jueves, 8 de noviembre de 2007

Los retos de la juventud centroamericana en el siglo XXI

Introducción



Con el presente ensayo pretendemos describir en términos generales los antecedentes históricos que han determinado el transcurrir del quehacer de la sociedad guatemalteca y de la juventud, indispensables para entender la situación actual y elaborar una propuesta alternativa como jóvenes socialistas comprometidos con la transformación de nuestras sociedades.

Para determinar cuáles son los retos de la juventud centroamericana en el siglo XXI, es necesario aunque de manera muy general tomar en cuenta la historia centroamericana, sus actores históricos, la influencia que han tenido los distintos movimientos mundiales y latinoamericanos y cómo recientemente ha influenciado el imperialismo norteamericano en el rumbo de los pueblos centroamericanos.

Como punto de partida hemos considerado que debemos tomar en cuenta el devenir histórico de Centroamérica en tanto dependencia de distintos poderíos en cada momento, y actualmente de Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Japón, aunque ahora predomina el poderío de la potencia yanqui.

Se han seleccionado tres teóricos contemporáneos Bloch, Dieterich y Gramsci comprometidos científica, política y éticamente con la transformación de la realidad social, cuyos planteamientos responden en esencia a la teoría marxista clásica del siglo XIX, dándose a la tarea de enriquecerla.

Perfil de la Organización

La Juventud Socialista Guatemalteca es una organización cuyos principios responden a los planteamientos marxistas-leninistas enfatizando la emancipación de la explotación de la clase trabajadora y la reivindicación de su dignidad humana, tanto en el contexto nacional como en el internacional.

Nuestras acciones se basan esencialmente en tres objetivos a) la Organización, b) la Formación Política e Ideológica y c) la Lucha de Clases.

Para el cumplimiento de dichos objetivos, se han planteado cinco principios fundamentales que son los siguientes:

I- La libre autodeterminación de los Pueblos;II- La solidaridad y fraternidad nacional e internacional;III- El internacionalismo proletario;IV- Nuestra liberación como pueblo oprimido;V- Buscar el equilibrio entre la naturaleza y la humanidad por ser parte de ella.

Perfil de nuestros representantes

Los autores de este ensayo son María Antonieta Cordón, Juan Noj y Carlos Itzep quienes actualmente son responsables de las Secretarias de Relaciones Internacionales, Organización y Formación Política respectivamente dentro de la Juventud Socialista de Guatemala.

Políticamente definidos marxistas-leninistas, comprometidos en la búsqueda del desarrollo humano integral. Han aportado sus mejores cualidades para el enriquecimiento político, ideológico y filosófico en los procesos de reflexión y discusión de la juventud socialista guatemalteca.

Igualmente, consideran que es importante la incorporación de las mujeres en la transformación de nuestras sociedades centroamericanas, como agentes de cambio y no como sujetos pasivos, puesto que tradicionalmente así se ha planteado.

Antecedentes históricos

Bloch fue influenciado fuertemente por los postulados de Hegel, Marx y el cristianismo, desarrollando su teoría en la Escuela de Franckfurt considerado neomarxista. Para Bloch “la historia no se ha hecho conscientemente, la sociedad nunca se ha detenido, pese a las grandes contradicciones por las que ha atravesado, es la historia un gran esfuerzo para entender a las sociedades. El hombre debe buscar la verdad en la historia, la verdad del devenir, de lo que todavía no ha llegado pero llegará, para el bien de todos” . En este sentido, la historia centroamericana debe ser interpretada a partir de la invasión española.

Desde la época en que la corona española administraba lo que ahora es Centroamérica, se daban intentos en la búsqueda de la construcción de la unidad centroamericana y de alguna manera esa construcción se concretó aunque de manera momentánea con la creación de la federación de los países centroamericanos en 1823. El fracaso de esos intentos se debió a que quienes formaron la federación fueron las elites económicas quienes tenían intereses eminentemente clasistas y, por lo tanto no representaban los intereses y el sentir de los pueblos.

Las políticas de la corona española en la época colonial marcaron el futuro de lo que ahora es Centroamérica; la esclavitud, el sometimiento del pueblo mesoamericano, el saqueo de sus recursos naturales y la imposición de la cultura de los invasores son elementos esenciales a rescatar para hallar las causas de nuestra realidad actual centroamericana.

El proceso de la llamada independencia del gobierno español, fue planteada desde dos vertientes o desde dos perspectivas: por un lado la independencia que planteaban los criollos que significaba tener ellos el control o el poder directo de administrar la esclavitud y el saqueo de los recursos del pueblo mesoamericano y; por el otro lado la independencia que se planteaba desde la clase oprimida en su necesidad de liberarse del gobierno español y de los criollos, pero con la apropiación del proceso independentista que degeneró en confusión porque los pueblos oprimidos al proclamarse “la independencia”, fueron apaciguados y no continuaron con el proceso de su independencia con la misma intensidad que al inicio. Este punto es esencial en nuestra opinión, porque de ahí derivan otras causas que han marcado el devenir histórico de Centroamérica.

Después de la llamada independencia de Centroamérica del gobierno español, los criollos acumularon una gran cantidad de riquezas a través de la esclavitud del pueblo mesoamericano (fuerza de trabajo) y el saqueo de los recursos naturales, ese flagelo lo podemos constatar en la actualidad de la mayoría de los países centroamericanos, el ejemplo mas claro lo tenemos en Honduras y Guatemala en lo relacionado a la explotación minera, y a nivel centroamericano la imposición del “Tratado de Libre Comercio” por parte de las oligarquías centroamericanas en contubernio con la oligarquía imperialista estadounidense.

La esclavitud, la política, la cultura y otras acciones impuestas a sangre y fuego por los invasores españoles al pueblo mesoamericano fue continuada por los criollos, prueba de ello es el totalitarismo y/o la tiranía que caracterizó a los gobiernos pos independencia de Centroamérica, aunque ante esas tiranías hubo resistencia por parte de la clase oprimida, la cual no fue suficiente para lograr abolir las arbitrariedades de los criollos.

Los grupos conservadores, para mantener su condición de clase parasitaria que se caracteriza por vivir a expensas de la clase trabajadora compuesta por indios y ladinos, haciendo uso de diferentes medios que les han permitido conservar y consolidar su estatus. Han actuado mucho más salvajemente que los invasores españoles, no existe un cambio de fondo de las actuales actitudes de las elites centroamericanas con las viejas actitudes de los criollos independentistas o del gobierno español; para decirlo con mayor propiedad es un actuar vigente en los criollos que conforman la clase oligárquica en el presente.

La incapacidad de los criollos para fundar la propia nación centroamericana, motivó al momento de la independencia a otros países colonizadores a que se anexaran, teniendo la opción de elegir el país que más le conviniera expoliar y explotar. Al final, esta situación llevó a la continuidad de la dependencia de una metrópolis, que en nuestros días se encarna en el imperio norteamericano.



La política intervencionista que sigue caracterizando al imperio estadounidense, ha impedido y en ciertos momentos ha hecho retroceder el desarrollo de los movimientos democráticos y progresistas latinoamericanos y más bien ha determinado el surgimiento de otras fuerzas de poder que no necesariamente tienen trabajan directamente en lo agrario, pero cuyos orígenes si vienen de ahí. Casos ejemplares de esto incluyen la proliferación alarmante de las industrias ensambladoras o de maquilas, de servicios, de centros recreativos, de turismo y las financieras que vale decir, reproducen la explotación de la clase trabajadora, traduciéndola en una mayor acumulación de riquezas para sus propietarios.

La evasión fiscal es otra de las formas en que los grandes empresarios acumulan grandes cantidades de riquezas haciendo caer un mayor peso sobre los trabajadores por medio de los impuestos indirectos, mientras los grandes capitales campean libremente en un paraíso fiscal legalizado y legitimado en una escala regresiva de tributación. Es esa la razón por la que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) es una de las formas principales de financiamiento estatal. Además, el crimen organizado como fuente de enriquecimiento y acumulación de la riqueza también ha llegado a ser un verdadero problema que se ha enquistado en las estructuras del Estado haciendo imposible erradicarle, a tal punto que el mismo Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica declaró recientemente que en Guatemala es una batalla perdida tratar de eliminar el crimen organizado.

Con este acercamiento, muy general, a los rasgos esenciales del devenir histórico de la sociedad centroamericana debemos plantear la otra parte de la historia, la parte que le corresponde al movimiento popular, democrático y progresista. De esta manera, para Gramsci “la filosofía de la praxis se realiza en el estudio concreto de la historia pasada y en la actual actividad de la creación de la nueva historia…comprender el mundo y modificarlo es la misma cosa”.

La lucha del movimiento popular, democrático y progresista latinoamericano

Los movimientos sociales surgen con la misma humanidad y se desarrollan con ella a través del tiempo, así que es difícil marcar un punto de partida; ejemplo de ello es que desde antes de la invasión española ya existían movimientos que luchaban por los derechos humanos, igualmente durante la invasión española hubieron movimientos de resistencia en Latinoamérica como una respuesta a la violencia ejercida contra los pueblos.

Los modelos de movimientos sociales considerados procesos de emancipación; fueron entre otros, la Revolución Rusa en 1917 y los procesos revolucionarios que se gestaron en Latinoamérica en la primera mitad del siglo XX. Estos movimientos surgieron como consecuencia de las insoportables condiciones socioeconómicas, en donde nuestros países centroamericanos se sumergieron en revueltas e insurrecciones revolucionarias, las cuales, han sido combatidas y aniquiladas por el intervencionismo estadounidense resultando en nuevas guerras. Esas condiciones provocaron una guerra interna en El Salvador, donde el precio a pagar fue de setenta y cinco mil muertos; en Nicaragua, la lucha de Sandino se continuó luego de declinar a la muerte de su liberador hasta lograr la caída de la tiranía somocista, solo para encontrarse con la guerra de los contras, fomentada y financiada por el imperialismo estadounidense, hecho que costó la pérdida del poder al gobierno sandinista. En Guatemala en 1954, la intervención de la CIA que motivó el derrocamiento del gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz llevó al país a un conflicto armado que costó más de doscientas mil vidas y alrededor de un millón de desplazados.

Quizás, una de las peores consecuencias del intervensionismo imperialista haya sido la eliminación de los mejores dirigentes y la destrucción del tejido social. Lo cual ha generado un gran vacío en la dirección del movimiento social, o más bien dicho popular; y por lo tanto una gran atomización de dicho movimiento que hoy se caracteriza por la falta de claridad al momento de plantear los términos de la lucha.

Todo lo anterior, ha llevado a las nuevas generaciones a no confiar en los liderazgos y tampoco en la validez de los argumentos revolucionarios. Pero quizás la cuestión más crítica sea el hecho de que toda la confusión ha provocado una gran apatía en algunos casos y temor en otros, presentando esta crisis ante nosotros el gran reto de lograr la participación ciudadana, principalmente la de la juventud en los espacios de lucha que se van abriendo.




Crisis del socialismo formal

De acuerdo a lo anterior, es lógico que el capitalismo mundial se haya visto beneficiado con la gran confusión que logró introducir y consolidar en las sociedades latinoamericanas por medio de las tácticas mencionadas. Aunado a lo anterior, la caída de la Unión Soviética (URSS) ha contribuido a crear la idea de que la construcción del socialismo no es una opción viable, argumentando que no tiene la capacidad de derrotar y superar al capitalismo, por consiguiente no es un sistema adecuado para el desarrollo de la mayoría ni de la democracia.

En otras palabras, se nos ha hecho creer que el capitalismo es inamovible y eterno, por lo tanto nuestro quehacer como jóvenes es adaptarnos a las nuevas condiciones, olvidándonos de lo ideológico (lo cual no se dice que es ideológico en sí mismo). Todo lo anterior, se ha ido imponiendo por medio de un rompimiento epistemológico que conlleva en su seno la concepción burguesa del mundo y de la historia.

Dicho rompimiento epistemológico consiste en la pretensión de implantar sus propias metodologías con el fin de “demostrar” que el marxismo ya no es una explicación adecuada de la sociedad en esta época del “fin de las ideologías”, por lo tanto, debemos aceptar las filosofías que el sistema nos proporciona. Se trata de borrar cualquier ideología opuesta a la ideología neoliberal. El problema del socialismo centroamericano es que aún no ha encontrado la manera de adaptarse a las condiciones actuales manteniendo su definición revolucionaria, elaborando para ello las tácticas necesarias y adecuadas sin perder la visión estratégica.



Sucede en un amplio sector de la izquierda que hay un gran desconcierto que viene en parte de la destrucción de la antigua URSS y en parte de los sucesos que se dieron en América Latina. Luego de negociar el fin de la guerra, algunas expresiones políticas de izquierda han entrado en una etapa que se asemeja a una autoliquidación, manifestada esta en fraccionamientos, lucha interna de intereses y fracasos electorales; quizás lo peor sea el abandono de las ideas revolucionarias para limitar sus planteamientos en la búsqueda de unas condiciones ligeramente suavizadas del capitalismo, es decir, de un “capitalismo más humano”.

La educación en las universidades

Dieterich plantea al respecto de la educación en las universidades “los grandes intelectuales latinoamericanos que son co-generadores de los paradigmas intelectuales dominantes, han sido con contadas excepciones fieles calibanes de las elites nacionales e internacionales, desde la invasión europea al hemisferio occidental en 1492, hasta la fecha”. Como resultado, hoy en día, en varias universidades nacionales se ha adoptado la metodología de la escuela funcionalista estadounidense que consiste en la simple descripción de los hechos y la construcción de indicadores que no permiten contextualizar los fenómenos políticos, sociales y culturales históricamente, lo cual ha creado un vacío teórico, una deficiencia metodológica que conlleva a la mediocridad académica y la falta de compromiso político en los estudiantes ante la realidad social con una actitud crítica.

Por otro lado, las oligarquías o burguesías han introducido cambios en los contenidos curriculares en todos los niveles de la educación, los cuales han llevado a un descenso en la calidad educativa y han dado lugar a justificar sus acciones neoliberales de privatización de la educación, fortaleciendo el elemento ideológico que les permite legitimarse ante la ciudadanía por medio de un proceso de deformación al que se le está sometiendo a los estudiantes convirtiéndolos en intelectuales al servicio de la clase dominante.

Gramsci plantea a cerca de esta problemática que los intelectuales deben ser los mediadores entre la masa y la burguesía, para que la primera adopte una conciencia para si; y por consiguiente los estudiantes no sean intelectuales orgánicos, es decir fieles servidores a la clase dominante que mantienen y consolidan el status quo. En la misma línea, Dieterich expone “mientras el régimen garantiza los privilegios de los intelectuales académicos, estos se abstienen de generar teorías críticas y formar alumnos críticos que podrían perturbar el status quo. De esta manera, el profesor se convierte en un cura secular, cuyo desempeño se agota en los cánones y liturgias de la teología política del sistema”.

Es importante mencionar, que todo el proceso educativo se desarrolla dentro de la lógica de la “competitividad”, propia de las élites explotadoras nacionales e internacionales, que han implementado políticas educativas de privatización que limitan el acceso a la educación a las personas pobres que no tienen la capacidad económica para poder pagar un establecimiento privado, condenándolos a vivir en el analfabetismo.

Posibilidades de desarrollo para los jóvenes

Todo esto, forma parte de un proceso de “redescubrimiento” de América Latina que va cerrando el círculo de saqueo de nuestro territorio, principalmente de los recursos no renovables que tiene como consecuencia la pauperización de las condiciones de vida para las futuras generaciones, específicamente de los niños, adolescentes y jóvenes.

Por otro lado, las políticas neoliberales están empobreciendo a la población a paso acelerado y provocando que nuestros compatriotas jóvenes se conviertan en el mejor producto de exportación de las élites parasitarias. Este sector de la población se ve en la necesidad de tener que dejar la patria en busca de un medio de subsistencia alternativo como única opción de sobrevivencia. Así, arriesgan su vida, enfrentándose a trenes de la muerte, muros de ignominia o a cazadores inhumanos de inmigrantes, además de tener que vivir en un ambiente de constante marginación y racismo, como también de explotación, haciendo trabajos inhumanos a cambio de salarios injustos.

Para Dieterich “el neoliberalismo es un sistema de dominación y acumulación que no ofrece una salida al futuro latinoamericano. Su inherente tendencia hacia la polarización de la riqueza social y la exclusión de las mayorías define su ciclo de vida como de corto a mediano plazo” .

Participación política de los jóvenes

Como corolario a todo lo anterior, no podemos dejar de denunciar la farsa que representan los procesos políticos, denominados “democráticos” por los explotadores. El papel de la juventud en los procesos políticos se reduce a pegar propaganda en las calles, afiliar personas para llenar un requisito del partido, objetos que ganan simpatía en los electores. La participación no se da realmente en los procesos políticos que implican el tener la capacidad para la toma de decisiones que respondan a las necesidades de la sociedad.

Lo que se denomina democracia en nuestros países no es más que un montaje que se realiza en cada momento electoral y se circunscribe a la acción de marcar una papeleta para votar por un candidato que no responde a las necesidades de los empobrecidos porque los partidos políticos son la mayor expresión antidemocrática que se pueda encontrar, representan los intereses de los pequeños grupos oligárquicos que les permite enriquecerse mediante el ejercicio de las funciones administrativas, sin que ese ejercicio signifique para el pueblo oprimido la más mínima mitigación de sus condiciones de miseria.

Quizá en el único espacio en que hallemos un germen democrático pero que debe transformarse para verdaderamente serlo son los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, conformados por el Consejo Nacional de Desarrollo-CONADE, los Consejos de Regionalización de Desarrollo-COREDES, los Consejos Departamentales de Desarrollo-CODEDES, Consejos Municipales de Desarrollo-COMUDES y los Consejos Comunitarios de Desarrollo-COCODES, estos Consejos surgen en la década de los 80s como una necesidad por parte del Estado y de las comunidades de impulsar el desarrollo urbano y rural que garantice la participación de la población en la identificación y solución de problemas y soluciones con el objetivo de descentralizar la administración pública.

El germen democrático se encuentra específicamente en los COCODES por tener una relación directa con la comunidad, ser elegidos por la comunidad, tomar decisiones sobre la solución de los problemas en la comunidad, y por estar al servicio de las necesidades de la comunidad.

Es importante mencionar, que los Consejos son utilizados por el Estado para legitimarse, transmitiéndoles las responsabilidades y los costos que este debe asumir, pero que no lo hace. Si bien es cierto, que tienen personería jurídica también es cierto que sus funciones están en relación a las exigencias de las autoridades del Estado y que, por ende, no toman decisiones que se salgan de los parámetros socialmente establecidos.

En síntesis, para los jóvenes, como para el pueblo explotado en general, no es posible participar en la toma de decisiones porque no hay estructuras que se lo permitan ni la voluntad política por cambiar esas circunstancias. Ser joven es desesperanzador en estas sociedades y la desesperanza juvenil es un caldo de cultivo para la drogadicción, el alcoholismo, la práctica sexual irresponsable y las pandillas juveniles.

Todo lo anterior, es producto del desarrollo de un proceso histórico, enmarcado desde la conquista hasta la Independencia y desde ésta hasta nuestros días Como resultado, se tiene un Estado autoritario, excluyente, dependiente económica y políticamente que no ha respondido al desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción que permitiría el desarrollo económico y la democratización política. Una de las razones fundamentales que explica esta falta de desarrollo y democratización es la desigual distribución de la riqueza entre las personas, los ricos haciéndose más ricos y los pobres más pobres, debido a la explotación.

El futuro de la juventud centroamericana lo escribimos aquí y ahora…

En Guatemala de la posguerra, de ruptura del tejido social, de desapariciones forzadas, de represión, de políticas de tierra arrasada, de genocidio, de exilio, de aniquilamiento de ideas democráticas, progresistas y revolucionarias, de traiciones y un sin numero de flagelos, las nuevas generaciones nos encontramos dentro de una serie de vacíos y confusiones. La confusión principal nos asalta cuando reflexionamos y concluimos que esa paz firme y duradera de la que se hablaba en el contexto de la firma de los “acuerdos de paz” es una farsa para los empobrecidos guatemaltecos.

Los años cercanos a 1996, año en que se firmaron los “acuerdos de paz” en Guatemala, la sociedad atravesó en este momento la crisis ideológica más profunda de la ultima década del siglo pasado. En principio se planteó que los Acuerdos creaban posibilidades objetivas de cambio, pero a la vez se tenía cierto escepticismo porque no se visualizaba la fuerza suficiente por parte de los actores protagonistas para alcanzar los cambios a que aspiraba el pueblo.

La mayoría de la población guatemalteca vive desconectada de la realidad por las armas ideológicas que ha utilizado y continúa utilizando la burguesía, con el objetivo de cultivar la indiferencia y la pasividad ante los problemas sociales que la aqueja, como la pobreza, el analfabetismo, el desempleo, la mortalidad, etc. Una de las armas más poderosas que tiene la burguesía son los medios de “comunicación” inyectando el individualismo en la población permanentemente.

Por otro lado, el asesinato generalizado y selectivo de hombres y mujeres, los desalojos violentos de campesinos que ocupan fincas ante la falta de tierras para vivienda y cultivar para así satisfacer en mínima parte sus necesidades básicas se ha penalizado y criminalizado, la corrupción, la demagogia, la pobreza y la pobreza extrema, la reducción del Estado, la falta de justicia social, todos ellos se han convertido en algo normal y cotidiano, que reflexionar sobre ello equivale a herejía.

Durante los últimos años la violencia contra los niños y jóvenes, que se caracterizan por su nivel de vulnerabilidad incrementó significativamente, sólo “el total de homicidios en el 2005 fue de 2,289 ocurridos en el país de Guatemala, el 18% de las victimas fueron niños, niñas y adolescentes, lo que se considera extremadamente alto porque representa casi una quinta parte de las personas muertas por razones de violencia en un año”. Es lamentable que las muertes violentas estén enfatizadas hacia la población joven específicamente a través de la aplicación de una política de “limpieza social” que se ha concretizado con las ejecuciones extrajudiciales.

Un ejemplo de lo anterior, ha sido la muerte de jóvenes que aparecen muertos en las calles, en donde las organizaciones del sistema de justicia no han podido dar una respuesta creíble a tales acontecimientos, más que la de la lucha por el poder que se da entre pandillas por el territorio. Sin embargo, es evidente que esta ha sido una hipótesis que el Estado ha planteado, las organizaciones de Derechos Humanos han realizado diversos estudios que han demostrado que el Estado ha intervenido directa y sistemáticamente.

Es importante mencionar, que ésta no es la única forma de violencia ejercida contra esta población, sino que también existe otra, de la que poco se habla como una forma de violencia, que es la mortalidad infantil y la desnutrición, “en agosto del mismo año el periódico reportó que 90,000 niños y niñas menores de 5 años mueren anualmente en el país, el 49% por causa de hambre crónica y la desnutrición” lo que evidencia claramente como el Estado garante de la vida, mata diariamente a niños y niñas futuros jóvenes violando abiertamente dicho derecho.

Todo lo anterior, denota claramente el fracaso de la política neoliberal que se traduce en el achicamiento del Estado, el individualismo y la privatización que no es más que un simple y vulgar reformismo a la política liberal; en tanto que no ha logrado dar respuesta ni siquiera a los principales problemas sociales que aquejan a la mayoría de la población.



Además, la falta de espacios democráticos y progresistas, la debilidad de las organizaciones que se identifican como izquierda, la falta de discusión y reflexión consciente así como la inexistencia de un programa político nacional, son condiciones esenciales que no permiten la emancipación de la clase trabajadora guatemalteca y por ende de la juventud.

Algunos instrumentos políticos que se consideraban una alternativa, se han embarcado en acciones electoreras, que lamentablemente parece ser su máxima aspiración. Llegar al poder en las condiciones actuales, es decir que los instrumentos políticos no se involucran en la lucha popular, representando un peligro no sólo para los partidos y el movimiento popular débilmente organizado, sino también para el pueblo en general. Las razones son: a) al no estar la fuerza popular mejor organizada y con un alto grado de conciencia por lo menos su dirigencia, el partido en el poder tendrá que negociar con el poder económico y se tirarían por la borda los cambios que el pueblo espera y, b) como efecto se da un retroceso en la credibilidad de los instrumentos políticos y los movimientos populares acompañantes en lo electoral.

Sin embargo, a pesar de todas las contradicciones endógenas y exógenas la construcción de un futuro para todos es posible desde la juventud centroamericana crítica y comprometida. Como bien lo dijo Bloch, “esperando no un mundo mejor, sino el mejor de los mundos, la utopía en algo final. En donde la historia no es más que la superación de lo viejo, como paraíso que promete la Biblia, solo que en este caso es un paraíso que esta en la tierra y es perfecto”. Esta construcción debe empezar aquí y ahora desde la juventud centroamericana dispuesta a luchar por la unificación centroamericana y sociedades igualitarias.

Propuesta de la Juventud Socialista de Guatemala

Es imposible construir una propuesta integral sin tomar en cuenta la relación dialéctica que existe entre la teoría y la praxis, puesto que la primera es un instrumento para transformar la realidad, y no un instrumento para contemplarla pasivamente.

Estamos conscientes como jóvenes socialistas que el estado de cosas antes descrito no va a cambiar sin que nosotros tengamos una participación directa y activa en su transformación, por lo que identificar este estado solo es el primer paso aunque indispensable en el proceso que nos llevará alcanzar el cambio profundo necesario para todos, pero fundamentalmente para la clase trabajadora explotada y marginada.

Por esta razón, nuestros aportes están fundamentados en la propuesta siguiente: a) construir un espacio de formación política e ideológica para lograr que la clase trabajadora transite de ser clase en sí a clase para sí, b) lograr la organización del pueblo que permita vencer a través de la unidad la desigualdad social, y c) la lucha de clases en la búsqueda de la transformación de la base económica, política y social con el fin de abolir las clases sociales.

Estos tres elementos: formación política e ideológica, organización popular y lucha de clases se encuentran en una relación dialéctica que crea la necesidad de avanzar en los tres simultáneamente.

Por el momento solo podemos oponer un proceso de formación de conciencia de la clase trabajadora, es decir la alfabetización política; en donde los jóvenes pertenecientes a la clase explotada puedan entender y explicar la problemática que les toca vivir y asumir de una forma crítica y comprometida el reto que tienen en la transformación de la misma. El objetivo es dejar de pensar en términos hegemónicos para sacudirnos el yugo de la opresión, y por lo tanto lograr el desarrollo de nuestro potencial individual y colectivo.

El problema de la falta de unidad de la clase trabajadora guatemalteca es histórico; por tal motivo la organización popular es otro de los elementos sobre los que hemos reflexionado constantemente en nuestros espacios de formación, por considerarla fundamental en la transformación y/o construcción de una nueva sociedad en la que la desigualdad social no exista. Resaltamos la importancia de trabajar conjuntamente en esfuerzos regionales en la organización de la clase trabajadora centroamericana por encontrarse en condiciones laborales similares y porque la historia nos ha demostrado que la unidad es uno de los cimientos que ha coadyuvado a la liberación de los pueblos oprimidos.

Esta transformación y/o construcción se debe realizar a través de la acción consciente de las masas en general, y de la juventud en particular quienes somos los sujetos, en ultima instancia, que debemos asumir la responsabilidad de concretizar una sociedad igualitaria, que mejore las condiciones de vida objetivas y subjetivas de las personas, no sólo a nivel político, sino también a nivel económico y social. En esta sociedad el principio rector debe ser “a cada quien según sus capacidades y a cada quien según sus necesidades como ya lo expuso Marx en el Manifiesto Comunista”.

Consideramos que la única forma de quebrantar el modelo capitalista precedido por la burguesía, es estructurar entes políticos cuyo fin sea hacer la revolución con el objetivo de darle el poder al pueblo a través de la transformación de las relaciones sociales de producción que solo se puede dar por medio de la lucha de clases.

Sin la transformación de dichas relaciones y sin un nivel de organización popular no hay viabilidad para ningún proyecto de contenido integral.

Como jóvenes socialistas no podemos asumir como propias las actitudes de la burguesía nacional e internacional; al contrario, debemos asumir la esperanza de un futuro mejor con una actitud positiva, reflexiva, crítica y constructiva.

En cuanto a los procesos hegemónicos, consideramos que es posible y razonable llevar a cabo las transformaciones, aún cuando el proceso sea complejo. Creemos que es indispensable que como jóvenes socialistas cobremos conciencia de nuestra situación, así como de nuestras fortalezas y nuestras debilidades para afrontar los retos que se nos presentan en el presente y poder de esta manera ofrecerle al pueblo un futuro más digno y justo.

Para concluir, valoramos el esfuerzo y el trabajo que ha realizado y continúa realizando la Coordinadora Mesoamericana de la Juventud-CMJ-. Hacemos nuestra la responsabilidad de contribuir a su consolidación y desarrollo; al mismo tiempo planteamos la necesidad y la urgencia de elaborar conjuntamente una base programática centroamericana que oriente nuestra lucha y potencialice nuestras fortalezas frente al neoliberalismo y todas las secuelas de miseria y sufrimiento que nos ha dejado.

Autores: María Antonieta Cordón, Juan Noj y Carlos Itzep

1 comentario:

Yoshiro dijo...

Hola, hace tiempo perdi contacto con maria antonieta,
por si le pueden dar mi mail

roberto.gomez@ogilvy.com
rjunior10@hotmail.com
o darme el mail de ella.

gracias