jueves, 20 de diciembre de 2007

Los Retos de la Juventud Panameña en el Siglo XXI y los problemas sociales

I. Análisis de la población juvenil panameña:

PANAMÁ
- En la Republica de Panamá la población joven ha ido reduciéndose progresivamente en relación al total de la población, aunque en términos absolutos ha ido en incremento.

Puede apreciarse la gran concentración de la juventud, en torno a la ciudad de Panamá, en efecto en 1991, la población menor de 30 años ascendía a 1.824,694 individuos que representaban el 56.5 % de la población total.

Para este ensayo dividiremos a la juventud de la infancia, entendiéndose la primer como el segmento de la población de 15 a 29 años y la segunda como la población menor de 15 años.

Otro de los indicadores de la reducción de la población menor de 30 es el aumento de la mediana de edad de la población. Así en 1970 la edad mediana e la población era de 18 años, en 1980 era de 20 años, en 1990 era de 22 años y el último censo del 2000 era de 25 años. En el momento actual la edad mediana de la población es de 27 años.

En el año 2001 la población joven de país ascendía a los 711,944 personas que representan el 29% de la población total. En tanto, que en el 2005 esta población que ascendía a 843,467 individuos, representaba el 26.12% de la población total. Hubo un incremento en la cantidad de jóvenes, pero en comparación con otros años, este sector ha ido disminuyendo de la población total del país.

En cuanto a las distribución por sexo de la población joven, 49.2% pertenecía al sexo femenino y 50.8% al sexo masculino.


II. Índice ocupacional de la juventud panameña:

La población joven en Panamá asciende a 802,701 individuos y un 57% de ésta trabajan o buscan activamente un empleo Resalta el hecho de que el dato es, en términos relativos, menor que al promedio de la población en general.

Esto podría estar directamente vinculado al hecho de que estos grupos de edad se encuentran todavía estudiando. Aún y así, el hecho es que, en Panamá, la población entre 30 y 59 años es la más activa económicamente.

El índice de ocupación dentro de la juventud panameña corresponde a los 384,285 y el índice de desocupación de los jóvenes 17.4%, es de especialmente significativo, si tomamos en cuenta que la taza de desocupación del país es de 9.8%. Así pues, la desocupación entre los jóvenes es casi el doble del porcentaje nacional de desocupación. Se hace necesario aclarar que en Panamá la taza de desocupación excluye a aquellos que realmente son desempleados, pero se ven obligados a ganarse la vida de cualquier forma, es decir, son trabajadores informales.

En Panamá sólo un 7.7% de los jóvenes tienen empleo estable. También existen fuertes desigualdades de género. En efecto, el 72.7% de los jóvenes hombres es económicamente activo, en tanto que entre las mujeres sólo el 43.1%. A esto contribuye, sin duda alguna, el hecho de que las mujeres se convierten o en amas de casa o en estudiantes universitarias (en Panamá 2 de cada 3 universitarios son mujeres).

Salta a la vista, que aunque las mujeres en Panamá aun teniendo en promedio mayor escolaridad que el hombre, tiene más dificultades para obtener un empleo. La explicación se encuentra en que en Panamá la demanda de mano de obra calificada es baja. Según región urbana y rural podrían decir lo siguiente de los 536,877 jóvenes que viven en área urbana 310,690 son económicamente activas, es decir el 78.7%, en tanto, que en las áreas rurales de una población joven de 265,824 y los 154,314 son económicamente activa, es decir, 60% a todas luces, pues la actividad económica de los jóvenes es superior en las áreas urbanas que las áreas rurales.


III. Los problemas educacionales en la juventud panameña:

Entre otros aspectos problemáticos de la juventud en Panamá, es el problema de la educación. Esta ha decaído significativamente en los últimos 10 años y el país se encuentra discutiendo sobre la calidad de educación debido a los males resultados del pre ingreso a la Universidad de Panamá. En efecto, se ha venido percibiendo un descenso significativo en la calidad de la educación panameña, a través de los exámenes de admisión que aplica la UP, dichos exámenes revelan que el 62% de quienes intentan ingresar a esta casa de estudios superiores, no cuentan con los conocimientos para hacerlos.

Ese resultado es producto de la vida escolar panameña, desde las malas condiciones de la vida material, hasta el atraso de los planes educativos. El 36.2% de la población de 11 a 17 años no se encuentra matriculada, siendo especialmente notable el hecho de que el 39.1% de los hombres en este grupo de edad no llegan a matricularse, en tanto, que entre las mujeres el 33.2% no llegan a matricularse. Además, la esperanza de vida escolar de un estudiante es de 10.8 años.

En el año escolar 2004 reprobaron en el sistema educativo panameño 21,335 alumnos en la pre media y media que representan el 9.8% del total de la matrícula. En tanto, el número de estudiantes aplazados ascendió a 44,424 que representan el 20.5%. Por su parte al sistema educativo panameño desertaron 6,732 que representaban 3.1%. Llama la atención que los reprobados, aplazado y desertores son mayoritariamente del sexo masculino.

El escándalo más reciente en Panamá, es el concerniente a la deficiencia en las materias más importantes del pensúm, en que son notables las carencias del sistema; a saber: español, matemáticas, ciencias sociales y ciencias naturales. Entonces, dos de cada tres estudiantes manifestaron deficiencia y a pesar de que en el país que se este hablando de reforma educativa.

Esto se da porque la reforma educativa planteada por la oligarquía panameña tiene como objetivo fortalecer el neoliberalismo y no elevar la cobertura y la calidad del sistema. La prueba está en que los planteamientos gubernamentales no mejoran, a corto y mediano plazo, el sistema educativo. No buscan la forma más adecuada para presentarle al estudiante panameño la mejor oferta educativa. Además, los planes estaban hechos antes de un diagnóstico real de la situación, el cual llevó a cabo por primera vez y superficialmente el presente año 2005.

En muchas ocasiones se ha escuchado a los voceros del gobierno decir que los costos de la educación universitaria deben ser asumidos principalmente por los individuos que realizan las carreras, debido a que serán los beneficiarios de su propia educación. En Panamá –aunque el gobierno se jacta en decir que hay fuertes inversiones en educación- dicha inversión no aumenta significativamente. Más aún, en las áreas en que la educación es más costosa como lo son las áreas rurales e indígenas, se pueden encontrarse una gran cantidad de escuelas rancho.

En conclusión, a todas luces los indicadores anteriores muestran que la juventud (15 a 29 años) esta indefensa ante los resultados del neoliberalismo cuya primera ley no solo destruye la estabilidad del sistema laboral, sino de la propia familia panameña. Los jóvenes panameños son esencialmente trabajadores informales o trabajadores en condiciones paupérrimas. Esto esta fundamentado en que se les paga menos del salario mínimo y se les pone a trabajar más horas de las debidas.

En términos sociológicos marxistas podríamos decir que, la burguesía panameña ha ampliado significativamente la reserva de mano de obra de la juventud. Vale aclarar que en comparación a la década de los 70s cuando gran parte de la juventud panameña era absorbida por el estado, la juventud actual no encuentra espacio en el gobierno ni en la empresa privada, cuya capacidad de generar empleo no ha podido pasar en 15 años del 40% de la población ocupada.

Aunando a esto, el problema de la seguridad social y la jubilación, y las tendencias al poco empleo por los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos que empobrecerá aún más a nuestra juventud, ya que las pocas plazas de empleo que estarán en el país no se cubrirán con la juventud tan poca preparada como la que tenemos en la actualidad.

Luego de la aprobación de la Ampliación del Canal, podrían abrirse más de 250,000 empleos en el rubro de construcción y darse un aumento momentáneo en el Producto Interno Bruto, según las estadísticas del gobierno. Sin embargo, al finalizar la construcción, según algunos expertos, vendrán bajones económicos al país y peor aun, problemas de desabastecimiento de agua y una disminución de ingresos a las familias jóvenes panameñas.

Se dice que en el nuevo Instituto Nacional de Desarrollo Humano (INADEH) se “preparan” a los panameños jóvenes para diversos trabajos. Esto es una falacia ya que la esperanza de todos los que estudien en dicho instituto es entrar al proyecto de Ampliación de la V ía Interoceánica; cosa que no sucederá.

¿Qué se ha de esperar en un futuro cuando la educación en nuestro país no haya sido mejorada y los mismo planes de 1960 se sigan utilizando, sin buscar que el joven se prepare de una forma mas analítica y interpretativa de los hechos?


IV. Perspectivas sociales de Panamá para la juventud:

Para nuestra juventud revolucionaria es un reto importante la erradicación de enormes problemas que a medida de los años se han ido agravando en nuestro país. Uno de ellos es la aplicación del neoliberalismo que ha tenido el mismo efecto hacia la población en todo el mundo, incluida la región Hispanoamérica y del Caribe y en ella nuestro país. Esos efectos son la super concentración de la riqueza, el desempleo, el subempleo y la pauperación del trabajo. Así también el desmejoramiento muy visible de las condiciones de vida en sectores cada vez más amplios de la población, no sólo de los países medios y pobres, sino en los propios países del “centro” del capitalismo.

Luego –por supuesto- se están sucediendo las inevitables crisis políticas (falta de credibilidad en la partidocracia burguesa, falta de transparencia en la administración pública y privada, corrupción, la momentánea inestabilidad política causada por la imposición de medidas antipopulares, otras).

La actual fase del capitalismo no puede articular los excedentes de capital y de mano de obra, ocasionando una caída de la tasa de ganancia. Así el gran capital se desplaza hacia la especulación, el canibalismo contra las empresas grandes y medianas de países de menor desarrollo y hacia la acumulación por medio de la violencia.

Las relaciones de trabajo y las relaciones sociales de producción emergentes del nuevo desarrollo de las fuerzas productivas van eliminando las anteriores, como las relaciones del agro y la manufactura en varios países. Sin embargo, no crean un nuevo orden que emplee y ocupe la fuerza de trabajo y, por tanto, que amplíe el mercado y reactive la producción, permitiendo una “verdadera” reproducción del capital.

Este problema se verá reflejado en las fuerzas productivas juveniles, dado que los jóvenes, serán los que llevaran las políticas económicas de nuestros países. Es deducible que si los capitales se desplazan de la minoría hacia la mayoría habrá menos explotación, pero estas mayorías deben estar encaminadas al desarrollo humano y del país. Así pues, en Panamá, las políticas deben estar perfiladas hacia el desarrollo del individuo y de la población, no para el ser particular, dado que nuestro país posee grandes ganancias en la banca y los ingresos que percibe el Canal de Panamá.

Por tanto, en Panamá se da esta situación, la población más rica concentra el 44% del ingreso nacional, en tanto que la décima parte de la población que son los más pobres apenas obtienen el 0.5% del ingreso nacional. La distribución del ingreso en Panamá es mucho peor que la media de la región y es que somos el segundo país de Hispanoamérica con peor distribución de la riqueza y uno de los más desiguales del mundo.

Es impresionante como el capitalismo salvaje va empeorando nuestra situación como individuos y como país, por ello la revolución socialista es el camino para las mejoras de un sistema político-económico que pueda mejorar la distribución de las riquezas en nuestros países.

Una juventud alienada, lumpenizada y poco organizada es la que tenemos en Panamá, por ello hay que luchar por la organización política y juvenil que busque las mejoras a este sistema político, dado que los más perjudicados en esto es la juventud.


V. El reto de nuestra juventud


Desde unos inicios la juventud panameña ha sido combatiente, luchadora y sobre todo organizada, desde la creación de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) en la década de 1940, esta juventud lucho por la soberanía de nuestra nación; así mismo, en el año de 1958 y 1959 lucharon para que la bandera panameña se izara en la Zona del Canal donde se situaban los gringos.


El punto máximo de nuestras luchas por soberanía plena en nuestro territorio, se dan en los sucesos del 9 de enero de 1964, en donde jóvenes de la FEP, Instituto Nacional y otros colegios, se organizaron para izar la bandera panameña en territorio zoneita. Este suceso marcó un aspecto muy importante dentro de la historia luchadora del movimiento estudiantil panameño, logrando que se firmasen los tratados de reversión del Canal de Panamá y la reversión de las diversas bases estadounidenses en territorio panameño.


Esta juventud tiene más retos ahora que nunca, porque no solamente luchamos en contra del neoliberalismo y del imperio, sino que también a una clase política recalcitrante, esta clase política burgués que ha ido empeorando nuestra situación económica dada vez más.

Nuestra juventud no encuentra seguro un lugar donde organizase y mejorar su situación, dado que los partidos políticos tradicionales no presentan una posibilidad de mejoras, sino que todo lo contrario. Estos partidos son los que han llevado a las privatizaciones de muchas empresas que eran estatales, mostrando una supuesta mejor oferta, que las que tenían las empresas estatales.

La juventud panameña parece haber llegado a un consenso sobre la pérdida de aceptación de los partidos, las personalidades, las instituciones y los discursos políticos de quienes dirigen la sociedad.

El primer indicador es la alternabilidad en el poder de los partidos burgueses que refleja a su vez la imposibilidad de su continuación. El último partido, por ejemplo, Arnulfista, ahora Panameñista, obtuvo apenas un 16% de los votos presidenciales después de haber ostentado el poder (el partido triunfante en esas elecciones obtuvo tres veces más votos y el que llegó de segundo el doble de votos).

En cuanto al desarrollo de la izquierda revolucionaria, este no permite en este momento una propuesta de socialización de medios de producción. En Panamá, la “izquierda” en general y la “izquierda revolucionaria” en particular es numéricamente muy pequeña. Igualmente tiene pocos cuadros cualitativamente preparados y con disponibilidad de tiempo (militancia profesional). Ello implica poco crecimiento de su militancia a pesar de que formalmente existe desde 1930. Además – en la práctica - la mayoría de quienes han sido de la izquierda organizada ya no militan.

La izquierda revolucionaria no ha logrado crear suficiente o suficientes organizaciones obreras, campesinas, comunitarias, gremiales, estudiantiles, etc. que capturen porcentajes significativos de adherentes. Tampoco ha podido permear ideológicamente y políticamente las organizaciones existentes con concepciones más allá de la defensa sectorial o anti-neoliberal.

Es una realidad que en Panamá, la izquierda no tiene poder económico, ni espacios sociales institucionales que operen como contrapoderes al estado. Algunazas veces han existido pero no se han mantenido. El desarrollo histórico-político de la izquierda revolucionaria es notoriamente insuficiente y no es desarrollable a corto plazo.

Por tanto hay que crear una izquierda en donde nuestra juventud se sienta capaz de trabajar, que tenga un plan en donde se mejore este sistema político al cual nos han obligado a utilizar. Nosotros estamos dispuestos a ser ese cambio dentro de la izquierda panameña.

VI. Las propuestas como “Jóvenes forjando el camino hacia el socialismo”

Nuestra organización esta comprometida con la juventud y con el pueblo panameño a presentarle un sistema socialista en el cual se verán resueltos los problemas fundamentales del pueblo y de la juventud. Sin embargo, consideramos que en un primer momento es indispensable luchar por la independencia y soberanía nacionales, derrotando el neoliberalismo, ampliar el régimen democrático y elevar el nivel de vida del pueblo para avanzar en el bienestar general y en la conquista de los derechos de la juventud, como lo son: el trabajo, la educación, la salud, la cultura, la recreación, el deporte, la participación política, y a un medio ambiente sano.

También luchamos por transformaciones inmediatas, que –aún en el marco del capitalismo- permitan avances en favor de los intereses populares u nacionales, considerando estas no solo como bandera de lucha sino posibilidad real para mejorar las condiciones de vida de la juventud panameña.

La solución de los problemas de los jóvenes es nuestro principal objetivo dado que no está al margen de la solución de los problemas del pueblo. En esencia, estos están dados por una estructura de explotación capitalista y por la profunda dependencia en que nos ha sumido el neoliberalismo y otras formas de penetración imperialista. Por eso es que estamos convencidos que con la organización y formación socialista estaremos con una mejor sociedad y una mejor juventud.

Por último debemos recalcar que la juventud panameña no tiene acceso pleno a la participación política, dado que el imperialismo y la burguesía impulsan la desorganización y la apatía a través de múltiples medios. Tienen el interés de que los jóvenes se alejen de la actividad consciente que puede transformar la realidad en un sentido progresivo, por eso nosotros apostamos a la organización política que cambie este modelo político y mejore la situación de todos los jóvenes no solo en Panamá, sino que en todo el mundo.

Hay que promover el desarrollo de políticas concretas tendientes a dar un apoyo efectivo a todas las áreas que el sistema capitalista ha abandonado, como lo son: el deporte, la educación, el medio ambiente, la seguridad, entre otros. Solamente se hace con la unidad de acción entre los sectores progresistas que quieren ver un cambio.


Pero este empuje que se le debe dar a la juventud y en este caso, el empuje que debe dar nuestra juventud revolucionaria panameña, debe ser a la organización y la creación de un partido político que vaya con los intereses de la juventud panameña, no solamente en los aspecto laborales, sino en el aspecto del desarrollo individual.


Para ellos es imprescindible el conocimiento de las ciencias y en nuestro caso de las ciencias marxistas, que nos enseña como analizar la sociedad por medio del materialismo dialéctico y del conocimiento de los sistemas de trabajo, el materialismo histórico, estas herramientas nos ayudarán a transformar nuestra sociedad de la mejor manera y buscar una equidad en el país.

Nuestra meta principal en este año 2007 es la “Educación Marxista y el Servicio de la Juventud”, que por medio del conocimiento de la ciencias que es fundamento principal para el conocimiento de todo, podemos ayudar a la juventud a desarrollarse en todos los ámbitos.

Claro esta, que también el servicio por la juventud es sumamente importante, ya que de esta manera podemos mejorar sus condiciones de vida, en todos los ámbitos, tanto en el económico y el social. Por ello es que se debe transformar la sociedad de una manera radical, haciendo una revolución social o política, utilizando cualquier medio y devolviendo el poder al pueblo.

Hay que devolver a esa clase marginada lo que le corresponde, lo que por abuso del poder se le ha arrebatado, pero esto solo se hace con la organización popular y la formación política e ideológica. Esto es unos de los principales objetivos de nosotros, hacer una revolución socialista, que mejore la situación de todos.

Autora: Kerem Pérez, Licenciada en Periodismo, Graduada Universidad de Panamá. Edad 21 años, Panameña

Militancia:
Entre a la vida política estudiantil en el 2005 en medio de la coyuntura de La Caja de Seguro Social (CSS), donde se pretendió en primera instancia modificar la ley orgánica de la caja y perjudicar al pueblo panameño, la ley se aprobó pese a las advertencias del movimiento popular.
Ese año decidí de lleno entrar a una organización estudiantil, y decidí por el Movimiento Nacional de Juventudes-Pensamiento y Acción Transformadora (MNJ-PAT).
A partir de ese año, comencé a aprender la política, asistiendo a formación política y organizacional, comencé a adquirir muchos conocimientos.
En el 2006 me dieron el cargo de Responsable política de la base de la Facultad de Comunicación Social, por lo cual, pertenecía a la Dirección Política Provincial del MNJ-PAT Panamá.
A final del 2006, se me colocó además en la Secretaría de Relaciones Internacionales de la juventud.
En la actualidad, ya no estoy militando de lleno en la organización, sin embargo, sigo en la organización y en el partido.




Movimiento Nacional de Juventudes
Pensamiento y Acción Transformadora
MNJ-PAT



El Movimiento Nacional de Juventudes – Pensamiento y Acción Transformadora es una organización juvenil que se guía por los principios del Marxismo-Leninismo “y es Juventud y cantera de cuadros del Movimiento Revolucionario-9 Enero (MR-9)” nuestro partido Revolucionario de Cuadros.

Desde su fundación, el 30 de noviembre de 1993, el MNJ-PAT ha luchado al lado de su pueblo incorporando a la juventud panameña a los combates diarios del pueblo, ligando en una sola causa las demandas propias de la joven generación y las de todo el pueblo panameño.

Nuestra organización se inspira en el ejemplo de las generaciones pasadas, en que los estudiantes lucharon por los más grandes ideales del pueblo panameño y en contra del imperialismo norteamericano, logrando la salidas de las tropas yankees de nuestro territorio, acabando con la semicolonia que hasta entonces era nuestro país. El MNJ-PAT lucha por una transformación revolucionaria de la sociedad panameña el establecimiento del socialismo.

El MNJ-PAT se pronuncia por la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos y en base a los principios de internacionalismo proletario está y estará siempre dispuesto a tender su firme mano solidaria a todos los jóvenes que en el mundo luchan contra el fascismo, colonialismo, racismo, sionismo y toda forma de explotación capitalista. De igual manera, esta dispuesta a contribuir con su esfuerzo al desarrollo de la amistad y la colaboración con los jóvenes progresistas de todo el mundo.

La representante para este conversatorio, se declara fervientemente revolucionaria, creyentes en el marxismo-leninismo y una persona activa en todo lo que tenga que ver con el movimiento popular de izquierda.

Apoya toda corriente progresista que extirpe de nuestras tierras al monstruo del imperio que quiere seguir dominando en Meso América, con sus políticas neoliberales y los planes de los Tratados de Libre Comercio.

Es parte de la dirección política de nuestra organización MNJ-PAT y cree que el rol de las mujeres dentro de la revolución es sumamente importante.


El MNJ-PAT, analiza los principales problemas de la juventud panameña, los explica, plantea soluciones y contribuye activamente para que de forma organizada se alcancen los objetivos propuestos.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Retos de la Juventud Indígena Mesoamericana en el Siglo XXI

PANAMÁ - Ubicado en un área donde las desigualdades sociales se muestran en su más cruel realidad, la región mesoamericana, de su población total, aglomera una población indígena de mas de un tercio de esta población y su juventud representa ya mas de la mitad de nuestros pueblos autóctonos. Siendo pueblos que sufren la marginación y explotación; no parecen ser herederos de las genuinas salvaguardas de estas tierras ancestrales, de basta riqueza cultural y cosmogónica. Los alarmantes niveles de pobreza, los insignificantes niveles de desarrollo y toda esa condición que hace que nuestros pueblos indígenas sean considerados sub desarrollados, según el enfoque occidental, permite que este análisis que desarrollamos a continuación se de desde las mas firmes convicciones de la juventud indígena mesoamericana, quienes estamos llamados primariamente a resguardar la cultura, identidad y actitud aguerrida de los pueblos, históricamente poseedores de estas tierras. Por lo tanto, nuestro análisis no se fundamenta en la visión occidental de la vida, donde prevalece la defensa de los derechos humanos y los derechos individuales bajo un modelo económico enmarcado en el libre mercado. La definiremos desde la cosmovisión indígena propia, que se caracteriza por la relación del universo, la naturaleza y el ser humano, la promoción de los derechos colectivos, bajo un modelo de producción comunitario.

El sistema económico impuesto asocia la pobreza con la falta material de recursos para satisfacer necesidades básicas. Nuestra visión lo denota como la disminución o falta de espiritualidad, felicidad, en detrimento de un pensamiento propio, ya que nuestras riquezas se determinan desde la obtención y mantenimiento equilibrado de los recursos de la naturaleza, su diversidad biológica, que conlleva a la fortaleza de la identidad cultural y de la relación hombre/mujer-naturaleza-universo. Este enfoque permite mayores oportunidades de consenso, basados en nuestros hábitos y el legado cultural ancestral, y, por tanto, un marco de posibilidades mayores de un real desarrollo para nuestras comunidades, y para la juventud.

Para identificar mejor estos conceptos tomamos unas ideas del hermano Carlos Batzin, cuando al plantear sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas, indicaba:
“La visión de desarrollo de nuestros pueblos parte del origen de todas las formas de vida desde una perspectiva cosmogónica. El conocimiento alcanzado por los pueblos indígenas se enmarca en la cosmovisión y constituye la base de la práctica social, todas las estructuras de nuestras sociedades: políticas, sociales, culturales, económicas y religiosas, obedecieron un mismo patrón y en cada una se aplico la cooperación como ley fundamental del desarrollo, generando como sistema propio el comunitarismo esencia del modelo de vida que ha generado no solo la resistencia de los pueblos indígenas sino de la plataforma del desarrollo sostenible del futuro.”

De este señalamiento se desprende la tarea de la juventud indígena; una tarea que retoma el reto de superar los múltiples traumas de uno de los genocidios más infames que una civilización haya cometido contra otra. El genocidio iniciado con la conquista y profundizado durante distintos momentos de los últimos 515 años suprimió algunos pueblos que llevaron siglos de coexistencia con la tierra, la naturaleza y demás seres vivientes, y dejó a los sobrevivientes con secuelas de todo tipo.
Toca hacer avanzar nuestra condición de pueblos ancestrales, de firme convicción cultural, de principios cosmogónicos y de alta calidad como seres humanos, de trabajar por el bien común, en colectivo, promoviendo el comunitarismo como forma esencial del real desarrollo equitativo de las personas. La juventud indígena mesoamericana tiene la tarea de definir la estrategia adecuada para desdeñar de una vez esa condición de marginación y explotación condicionada por la composición de las estructura de dominación social, que imponen una forma de convivencia totalmente distinto a las formas reales de desarrollar a las comunidades y a sus pueblos.

Los enfoques y la acción propia y cotidiana de nuestros pueblos existen y transcurren en medio de una sociedad compuesta por distintos criterios y orígenes, y con distintos objetivos. Esto pone al descubierto los grandes retos que la juventud indígena de esta región debe afrontar; retos como la convivencia dentro de una sociedad occidental, sus formas y caracteres, con la raíz de ser y sentirnos de pueblos indígenas. Esto es una posición que debemos definir primeramente para poner en su justa dimensión ambas situaciones.

La convivencia debe ser no más que la clara intención de los pueblos no indígenas de respetar la tradición de sus hermanos indígenas. Esto debe manifestarse en el acceso a los bienes y servicios que ofrece el estado, en igualdad de condiciones, así mismo la apertura real de las formas de pensar y el respeto a la espiritualidad. Este último no se trata de antagonizar con las formas religiosas que nos han impuesto de otras civilizaciones, sino de velar por la cultura y las costumbres heredadas y mantenidas por nuestros pueblos. También la convivencia la determina la justa correlación política de nuestras leyes y tratados ancestrales, con las ya existentes desde la visión occidental, éstas últimas ya bastante desprestigiadas.

Hay elementos que se dan en la relación que tenemos con la sociedad en la que convivimos que afectan las costumbres que nos inculca nuestra cultura, ya sea desde los territorios de nuestros pueblos, o desde el ejemplo de nuestros mayores en ciudades. Por ejemplo, la educación oficial influye dramáticamente en la alienación de nuestros jóvenes y la imposición de una cultura sobre otra. Debemos fundamentar la educación de nuestras jóvenes en las formas tradicionales en que atendemos las situaciones diarias y su resolución efectiva y armónica con nuestros hermanos y hermanas. Esto debe prevalecer en toda circunstancia.

La falta de respuestas a las justas exigencias de nuestros pueblos, de mejorar su condición material de vida, así como la condición real de mínimo acceso a los recursos que obtienen los gobiernos nacionales, regentes del devenir de los países, ha caracterizado la relación Pueblos Indígenas – Estado. El Estado juega un papel sumamente importante en la situación de nuestros pueblos, ya que este fija las acciones materiales que deben resultar en bien común, cosa que en la práctica no se ve. Consecuencia de esto son los altos niveles de pobreza y la falta de acceso a los recursos económicos de las instituciones estatales.

Las estructuras tradicionales, la formación cultural y política de nuestros pueblos, las jerarquías propias, como tales, también influyen en como determinaremos nuestro actuar.

Tenemos que avanzar en la educación Intercultural bilingüe, la formación de líderes tradicionales, desde la juventud, la conformación de gremios juveniles y estudiantiles, la obtención de espacios físicos y de co-participación en toma de decisiones, ya sea comunitarias, como institucionales en el Estado, como a nivel internacional, y el fortalecimiento de espacios de intercambio de experiencias y acciones, como lo es el caso de la Coordinadora Mesoamericana Juvenil, que inicie con la transfiguración de un escenario que no ha traído, para nuestros pueblos indígenas mas que ayuda, atraso.

En fin, nosotros como jóvenes tenemos el reto de preservar nuestras culturas originarias, siendo parte de una sociedad homogénea, donde prevalece el individualismo, manifestado en y promovido por el libre mercado, chocando esta con la concepción propia de nuestros pueblos. Nuestra preparación en el mundo occidental también es necesaria para apoyar a nuestro mundo indígena. Nuestra labor de conciencia debe permitirnos aprovechar aspectos beneficiosos de la enseñanza técnica del occidente, de forma tal que obtengamos el mejor resultado de este para aplicarla para bien de nuestros pueblos, esto es pieza clave de nuestras 515 años de resistencia, que retoma su avanzada, para definitivamente hacer respetar nuestras culturas y posicionarla en el sitial que se merece.

En conclusión, el momento que viven nuestro pueblos indígenas en mesoamérica es de marginación, conciente dentro de las políticas estatales de gobiernos, que no son mas que simples administradores de un poder colonizador, quienes imponen un sistema económico y social que crea mas desigualad social y que choca con la preparación espiritual tradicional consciente y de alto sentir colectivo de los pueblos y la juventud indígena. Complementando las enseñanzas occidentales y las tradicionales, dejando claro que la única vía para la verdadera liberación de nuestros pueblos de esta condición, es conociendo y aprendiendo nuestra historia, para fortalecerla en el presente, irradiándola al futuro próximo, nos dan la firme convicción de seguir con la lucha de exigir el derecho que nos asiste de justicia e igualdad.

Autor: Ronaldo Ortiz, estudiante de economía de la Universidad de Panamá. Coordinador de actividades de la actual directiva de la A.E.K.U. Fue uno de los reiniciadores de esta última generación de la A.E.K.U, a finales de 2003, donde se redefinió la política a segurir, fortaleciendo el lema de asociación, añadiéndole ese sentir de ser de un pueblo con tanta historia, que arrojo la última línea del lema: Por Nuestra Cultura.
Es parte de diversas coordinaciones populares, actual miembro de dirección del Frente Nacional de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá, FRENADESO.

ASOCIACIÓN DE ESTUDIANTES KUNAS UNIVERSITARIOS

La Asociación de Estudiantes Kunas Universitarios, A.E.K.U., es una organización del pueblo Kuna (Dules), de mas de 30 años de existir en las universidades y colegios de Panamá, en sus inicios con otro nombre, pero con la misma esencia de nuestro pueblo Kuna, el de formar a jóvenes, hermanos y hermanas, para tener una buena fuente de apoyo técnico para nuestras comunidades, donde la formación occidental en las Universidades y Colegios secundarios del país sirvan de apoyo y complemento a la formación tradicional del pueblo, sus costumbres y tradiciones, llevando por delante la identidad de ser y sentirse Kuna Dule. En la A.E.K.U. son recibidos y participan todos y todas quienes estén interesados en aportar al fortalecimiento de nuestra cultura como estudiantes universitarios y secundarios, en defensa de los sagrados intereses de nuestro pueblo, sus dirigentes tradicionales y homenajeando la memoria de todos los que en su momento han aportado lo mejor de si para la formación de nuestro pueblo, ya sea nuestros grandes figuras ancestrales, como los recientes de las luchas reivindicativas, así como los actuales, que igual que nosotros cumplen tareas de bien y provecho común, en colectivo.

La A.E.K.U. la conforman estudiantes y jóvenes de todas las Universidades particulares y publicas del país que lo deseen, se compone de una directiva que dirige la labor diaria, y es la estructura, quien dirigido a su vez por el secretario general o la secretaria general, cumplen con representar a los estudiantes Kunas.

El objetivo fundamental de la A.E.K.U. se resume en nuestro lema: Estudio, Trabajo y Lucha por Nuestra Cultura.