lunes, 26 de noviembre de 2007

Somos los herederos de una larga tradición de lucha y resistencia revolucionaria

Debo decir que la tareas de la juventud en general y de las uniones de la juventud de comunistas y otras organizaciones semejantes en particular, podrían definirse en una sola palabra: Aprender.Lenin.

Diagnóstico de la situación política y social de los jóvenes mesoamericanos

SAN SALVADOR - Los jóvenes mesoamericanos nos hemos convertido en los herederos de una enorme tradición de lucha revolucionaria; somos y seremos actores de la resistencia y los procesos de cambio de los pueblos mesoamericanos.

A partir de la ejecución del llamado neoliberalismo, que no es otra cosa que el capitalismo salvaje, los países dependientes han tenido que pagar en términos prácticos todas y cada una de las contradicciones económicas de los países imperialistas. El desempleo, la sobreproducción, la saturación del mercado de cada uno de los países llamados del “primer mundo” lo sufren los trabajadores e hijos de trabajadores.

En Centroamérica, la situación no ha sido diferente; las medidas que se han tomado con las apertura de las fronteras y la privatización de las empresas estatales, ha significado más miseria y descomposición de la sociedad.

Dentro de esta crisis económica y social podemos ver que uno de los eslabones más débiles en toda esta cadena de explotación es precisamente la juventud.

El desempleo que afecta a la región ha llevado a una explosión del crecimiento de la economía informal. Los ejemplos más representativos son los casos de Costa Rica y Panamá los cuales crecieron en un 41.8% y 41.6% respectivamente (OIT, Panorama Laboral 2005 América Latina y el Caribe, Lima, 2005).

El producto de esta política para la región Latinoamericana ha sido el incremento de la pobreza de una forma brutal; en 2005 ya se contabilizaban 301 millones de personas en estado de pobreza en todo el mundo.

Las consecuencias trascienden a cada uno de las esferas de la sociedad. Los golpes que se han lanzado a la educación, tratando de privatizarla, la descomposición de las familias, la falta de alternativas culturales y de recreación, etc., traen como consecuencia el hundimiento de la juventud en una dinámica de sobrevivencia y alejamiento de toda concepción creativa o reconstructiva.

La oposición al sistema económico capitalista se basa precisamente en estos hechos. La juventud ha jugado un papel muy importante luchando en contra de todas estas medidas que han causado esta miseria.

La juventud como un ente revolucionario

Dentro de los retos que se plantean para la juventud está la necesidad de luchar por consolidar las conquistas, las cuales se han ganado a partir de las luchas históricas, por ejemplo, la posibilidad de acceder a una educación publica, laica y de calidad, por la necesidad de recuperar y construir los espacios democráticos para los jóvenes, la libertad de expresión, etc.

El primer reto de la juventud organizada es la formación de otros jóvenes; tarea que se nos hereda de los y las primeros-as hombres y mujeres que ofrendaron su vida al proceso revolucionario.

La lucha contra la colonización, las guerras de independencia y las revoluciones del siglo XX como la lucha de Villa y Zapata en la Revolución mexicana, Sandino en la nicaragüense o Farabundo Martí en El Salvador, son muestra de ello. En este último caso la lucha de los trabajadores, que exigían una vida mas justa, fue respondida por una de las más sangrientas masacres asesinando a 30 mil campesinos e indígenas en tan solo 3 meses en el año de 1932, en la guerra civil de la década de los 80’s murieron 70 mil personas, cifras alarmantes para un país tan pequeño.

Las conquistas que mantenemos el día de hoy en nuestros países latinoamericanos como pueden ser las reformas agrarias, la educación pública, los derechos laborales, etc. Son producto de estas luchas y de esta sangre derramada por nuestros pueblos.

Tenemos que elevar estas consignas democráticas para trascender de la luchas por las reformas a la lucha por el socialismo. Los retos del pasado se tienen que enlazar con los retos del futuro, culminando la tarea de construir una sociedad justa.

Para esto, los jóvenes mesoamericanos debemos tener un instrumento que nos permita perfilar las luchas planteadas, es por esto la necesidad de una organización juvenil que se pueda consolidar para dar una respuesta seria y concreta, contra los ataques que recibimos y la construcción de una sociedad justa.

Esta organización se tendría que plantear la máxima libertad en la discusión y la máxima unidad en la acción. Los jóvenes mesoamericanos no necesitamos limitarnos nada más a la discusión de los problemas, sino que vincularnos a la lucha directa por la solución de los mismos, realizando acciones coordinadas entre las diferentes organizaciones locales.

Se tendrá que proponer para esta organización un programa de reivindicaciones mínimas para la lucha que responda a las necesidades más sentidas de la juventud, así como objetivos a corto, mediano y largo plazo, vinculando las luchas coyunturales inmediatas por la de la transformación de la sociedad.

La necesidad de la recuperación de la identidad

Es necesario llevar una lucha permanente por la recuperación de las raíces de nuestros pueblos, lo que conlleva al rescate de nuestra identidad histórica que tiene a sus espaldas una enorme tradición cultural y política. Para que podamos lograr esto, tenemos que marcarnos como una tarea primordial el estudio de nuestra historia y recuperar todos y cada uno de nuestros héroes locales, aprendiendo de sus aciertos y errores. Esto nos permitirá replantearnos toda la transculturización que nuestros pueblos han vivido a partir de la globalización imperialista.

La juventud revolucionaria tiene que rescatar, además, las tradiciones y métodos de lucha de la clase obrera; que responden al marxismo revolucionario y que tienen su expresión más clara en la experiencia bolchevique y la revolución de octubre de 1917.

Estos cambios estructurales en la conciencia de nuestra juventud tendrá que pasar por un periodo de estudio y discusión, la cual nos llevará a que, en un momento determinado, todas estas hermosas raíces de nuestros pueblos mesoamericanos puedan levantarse como una bandera para la reflexión de nuestra identidad.

Esto no será una tarea fácil; los procesos de enajenación en el que el capitalismo nos envuelve son muchos, en todo el mundo la sociedad esta impregnada por un profundo sentimiento de malestar, el desarrollo de la tecnología bajo este sistema basado en la propiedad privada y el beneficio de un puñado de parásitos capitalistas, lejos de aliviar los males del ser humano los profundiza convirtiendo al trabajador en un apéndice de la maquina y al trabajo en una actividad ajena donde la vida inicia cuando se checa la tarjeta y termina la jornada laboral. Esto permanecerá mientras la producción no sirva al beneficio común, solo erradicando la propiedad privada de los medios de producción se acabará con la alienación de la sociedad.

Hoy encontramos en la mayoría de la juventud un desinterés por la participación activa en la transformación de la sociedad, pero esto no significa que sea un fenómeno homogéneo, es decir, y no hay ninguna razón para pensar que siempre será así.

La enajenación emanada de la dinámica de los procesos productivos, de la distracción social o alejamiento del interés de la participación y la renuencia a la participación política por parte de los jóvenes, en un momento determinado tiene que cambiar y nosotros podremos acelerar este proceso si contamos con una organización, con compañeros formados bajo las ideas revolucionarias del marxismo y si tenemos claras nuestras tradiciones como mesoamericanos.

La alternativa para la juventud

Los jóvenes mesoamericanos debemos construir espacios donde se plantee la necesidad de pasar por dos momentos, en nuestro proceso de lucha

1. Reconocer nuestro origen
Como un sector excluido, oprimido pero además explotado por el imperialismo y la oligarquía, es decir adquirir conciencia de clase. La dura experiencia de la vida, pero sobre todo la participación activa en la lucha de clases nos concientaza y las ideas del marxismo nos ayudan a comprender esto.

Para cambiar la realidad primeramente debemos comprenderla y comprender las tradiciones que identifican a nuestros pueblos y del cual formamos parte la juventud oprimida y explotada. En base a esto se debe trazar como tarea fundamental construir nuestra identidad, la cual nos permitirá la segunda tarea:

2. Transformar la realidad
Actualmente el sistema económico capitalista, excluyente e inhumana que ha sido impuesta a nuestros países, obliga al joven a convertirse en mano de obra barata (lo esclaviza) o lo lanza a los grandes sectores informales de la economía. Al que no le sirve lo aliena y a los demás los destruye, sumergiéndolos en un mundo de alcoholismo, drogadicción, y violencia vulgar.

La lucha de clases sigue siendo el motor de la historia porque al escudriñarla nos encontramos con pasajes largos de luchas libradas por nuestros indígenas contra los colonizadores (las grandes movilizaciones populares), contra los criollos, contra el imperio y en conclusión contra la gran burguesía sea ésta nacional o extranjera, algunas de éstas luchas eminentemente reivindicativas por la tenencia de la tierra las cuales han desencadenado en algunos casos en procesos de liberación nacional y luchas que nos encaminarán a la construcción de la patria grande.

Desde los inicios del siglo pasado nuestros pueblos han sido perseguidos y aniquilados por exigir reformas agrarias profundas que beneficien verdaderamente a los campesinos, derechos laborales para la clase obrera, vida digna para los jóvenes y el conjunto de nuestros pueblos, es decir, por la lucha de una sociedad justa e igualitaria, sin opresión y explotación; las cuales son base fundamental de la lucha por la construcción del socialismo en el mundo entero.

En este sentido no nos queda otro camino que librar la batalla por nuestras reivindicaciones propias como sector y vincularlas con las luchas del proletariado. El papel de la juventud en el proceso revolucionario y en la lucha de clases, es la de imprimirle la audacia y el dinamismo propio de los jóvenes.

Para poder transformar la sociedad necesitamos construir un instrumento que nos ayude a eso, tal como los marxistas y obreros rusos lo hicieron al crear el partido bolchevique, un partido que estaba integrado en su inmensa mayoría por jóvenes. Para ello necesitamos iniciar formando cuadros revolucionarios que comprendan y apliquen las ideas y los métodos del marxismo.

Hoy más que nunca sigue permaneciendo vigente los principios y tradiciones expresados en el documento escrito por Karl Marx y Friederich Engels “El Manifiesto Comunista” el cual podemos expresar en la consigna clásica “Obreros de todo el mundo UNÍOS”.

Autor: Gustavo Enrique Rodríguez Grande, miembro del Bloque Popular Juvenil

Dedicado a:Todos y todas las y los militantes, simpatizantes y colaboradores de nuestra organización. 2006, Año de la organización.

El Bloque Popular Juvenil es una organización político social revolucionaria de base y fundamentos marxista leninistas que está conformado por hombres y mujeres revolucionarias con un espíritu de lucha eminentemente joven que acepta y aplica su programa y estatuto.

Nuestros principios son:1. Teoría y práctica revolucionaria. 2. Ética revolucionaria. 3 .Humanismo revolucionario. 4 .Centralismo democrático. 5 .Educación popular liberadora. 6 .Identidad y soberanía nacional. 7 .Solidaridad e internacionalismo.

Este ensayo es el producto de la construcción colectiva, de las experiencias y lecciones de cinco años de lucha acompañando diversos sectores de la clase trabajadora salvadoreña, es la práctica de cada uno de los militantes del BPJ y el cúmulo de conocimientos sistematizados para la discusión y la construcción de las fuerzas motrices para la revolución.

“Sin teoría revolucionaria, no existe movimiento revolucionario” Lenin.

La lucha de clases en México y los retos de la juventud revolucionaria en Centroamérica

“La juventud es la llama de la revolución proletaria”.Karl Liebknecht

MÉXICO D.F. - Vivimos en un mundo enajenado y marcado por grandes contradicciones en todos los sentidos. En la época donde se plantea llevar a un hombre a la luna millones de personas de América Latina, Asia y África son destinadas al hambre, el sufrimiento y la explotación más feroz. Los avances en la genética vislumbran un futuro donde el ser humano pueda tener una comprensión tan avanzada de sí mismo que incluso muchas de las enfermedades que hoy padecemos podrían erradicarse desde el nacimiento; pero hoy mismo miles de comunidades indígenas y campesinas de México, Centroamérica y el conjunto de América Latina no cuentan con servicio médico, los niños siguen muriendo de enfermedades como la gripe o la diarrea. Esto muestra cómo bajo la sociedad actual, donde se han alcanzado grandes avances en la ciencia esta no siempre llega a las amplias masas, por el contrario, existe un monopolio en unas cuantas manos de la ciencia, el arte y las riquezas materiales.

“Para poner sólo un ejemplo: el salario de Tiger Woods, el jugador de golf estadounidense, es más alto que los salarios de todos los empleados de la Nike en Indonesia. Goldman Sachs, una empresa de inversiones de tan sólo 167 socios, obtiene ganancias de $2,200 millones de dólares cada año -lo mismo que Tanzania, un país de 25 millones de habitantes-” (Alan Woods, El socialismo no es una utopía sino una necesidad, publicado en http://www.cedep.militante.org/).

Desde Canadá hasta la Tierra de Fuego se nos habla de la democracia y sus grandes beneficios. EEUU es quien mas bravuconería escupe, aunque el propio Bush ha llegado a la presidencia bajo unas elecciones fraudulentas. Se habla de democracia siempre y cuando los candidatos de las grandes trasnacionales sean quienes queden en los cargos, cuando no recurren al fraude electoral (como en México) o incluso a golpes de Estado (como el caso de Venezuela). Lo que tenemos frente a nuestros ojos es la dictadura de los monopolios.

La turbulencia, la inestabilidad en todos los terrenos tanto económico, político, social y diplomático es lo que caracteriza este periodo. Recientemente miles de personas hacían filas afuera del banco Británico Northern Rock para sacar su dinero pero el banco no contaba con los fondos para regresárselos a los ahorradores. Se basa en la especulación y el capital ficticio; en realidad, sólo pudo sobrevivir debido al rescate del Banco Británico quien dio dinero proveniente de los contribuyentes. Esto no seria tan grave sino es porque refleja en pequeño los grandes males de la economía que todavía sigue siendo la más poderosa del planeta: la de EEUU. El teórico marxista Alan Woods señala en un artículo aparecido en http://www.militante.org/: “En cierta etapa, varios de los inversores extranjeros perderán la confianza en la economía de EEUU. Entonces, veremos el mismo tipo de escenas que vimos hace poco en Gran Bretaña pero a una escala global. Será una huida del dólar similar a la de Northern Rock, y por las mismas razones. Si los inversores extranjeros temen que no conseguirán recuperar su dinero de "EEUU S.A.", harán cola para retirar sus fondos. Cuando ocurrió en Gran Bretaña, el Banco de Inglaterra intervino para apoyar al banco y así garantizar sus depósitos. Pero ¿quién ayudará a la economía norteamericana? El Banco de Inglaterra es el "prestamista como último recurso" en Gran Bretaña, pero EEUU es el "prestamista como último recurso" de todo el mundo” (Alan Woods, El 11 de Septiembre Financiero).

El capitalismo se encamina al vació. La crisis iniciada en Asia a finales de los 90’s se extendió a Turquía, Polonia, Rusia, Brasil y Argentina, en este último país provocó un levantamiento de las masas que derrumbó al gobierno de De la Rua, con imágenes muy similares a cuando los imperialistas de EEUU huían del pueblo Vietnamita, solo que en este caso el antes presidente huía de su propio pueblo. Escenas similares las hemos visto en Bolivia, Venezuela, Ecuador y más recientemente en México con las movilizaciones más numerosas de su historia.

Nuestros pueblos no pueden vivir más con el yugo de la explotación capitalista. Las revoluciones suelen darse por oleadas y vivimos una etapa revolucionaria en América Latina donde nuevas convulsiones se preparan en un país tras otro. El triunfo de los Sandinistas en Nicaragua en las elecciones del 2006 son una muestra de que los trabajadores buscan un cambio; buscan la aplicación de un programa a favor de la clase obrera y campesinado pobre. También se vio un giro a la izquierda en las elecciones guatelmaltecas y en El Salvador se nota que, aun cuando se realizarán las elecciones hasta el 2009, desde ahora ocupa una gran relevancia en la vida política de este país con ARENA sumido en una crisis y gran desprestigio y un Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) con grandes posibilidades de triunfo. Incluso en Costa Rica la estabilidad se esta viniendo por los suelos, la resistencia contra el TLC que ha durado 5 años y que puso en riesgo los planes del imperialismo para este país con movilizaciones impresionantes de cientos de miles de personas y un plebiscito que se perdió por poco margen a pesar de las múltiples irregularidades del proceso y de dar una batalla en la trinchera de la burguesía, es evidente que en condiciones de igualdad el No al TLC hubiera triunfado con un amplio margen. El TLC solo acarreará a la larga más convulsión en este país y en lo inmediato el movimiento luchará contra la implementación de dicho tratado. Centroamérica se encuentra en una profunda inestabilidad y se avecina un periodo de profundización en la lucha de clases.

Para plantearnos los retos de la juventud en la actualidad es necesario comprender en qué momento nos encontramos. Estamos en una era marcada por guerras, revoluciones y contrarrevoluciones, no existe un solo país estable en América Latina. Sin embargo, a pesar de contar con una correlación de fuerzas muy favorable que ha impedido derrotas sangrientas como en el pasado con las dictaduras militares de los años 70, en los procesos revolucionarios en nuestro continente ha faltado una organización y una dirección capaz de dirigirlos hasta la victoria.

El sistema capitalista es un viejo enfermo y los progresos que vivió la humanidad en la etapa de la juventud capitalista ahora se han venido abajo. Tantas guerras, muerte, hambruna, destrucción de las fuerzas productivas sólo pueden provenir de un sistema insano. Lenin decía que el capitalismo es horror sin fin esta frase es más aplicable ahora que en la época que vivió este gran revolucionario ruso.

Es tarea fundamental construir una sociedad y un planeta dignos para la humanidad, basada en una distribución equitativa de las riquezas materiales y culturales, esto sólo es posible bajo una economía planificada donde los medios de producción se encuentren estatizados y administrados de manera democrática por la clase obrera, es decir una sociedad socialista.

Las tradiciones revolucionarias de la juventud
La juventud es rebelde por naturaleza, sin embargo no es homogénea. Trotsky, en alguna ocasión, explicaba que hasta los jóvenes burgueses lo son. Él argumentaba que esta rebeldía radicaba en que ellos no tienen el control y no toman las decisiones; por eso, cuando ellos llegan a estar al frente de sus empresas y la sociedad, se acaba la rebeldía.

Pero para los hijos de las clases explotadas y oprimidas la situación es un tanto distinta, lo que está en juego es nuestro futuro y nuestra existencia misma. El descontento expresado de muy diversas formas por la juventud es producto de vivir en carne propia los males del capitalismo. Es cierto también que en esta etapa de la vida se es más sensible ante las problemáticas que afrenta la sociedad.

Hay un dicho que dice que se es revolucionario solo mientras se es joven, hoy mismo podemos ver, con honradas excepciones, a exrevolucionarios, exmarxistas y exguerrilleros que juegan un papel pernicioso en la lucha de clases, en algunos casos incluso poniéndose en el otro lado de la barricada formando parte del sistema. Otros se han convertido en un freno para los sindicatos y partidos obreros, o simplemente se dedican a desmoralizar a las nuevas capas de luchadores. Se nos suele decir: “Cuando yo era joven también fui revolucionario pero hoy me doy cuenta que no puedes cambiar las cosas”. Eso es completamente falso, la juventud tiene la ventaja de no estar marcada por las derrotas del pasado y si aprende de las experiencias de la historia jugará un papel de suma relevancia.

Para una persona 20 o 30 años pueden ser bastante, pero para la historia 20 o 30 años son apenas un parpadeo. El capitalismo no siempre ha existido y no siempre va a existir, la explotación no siempre ha existido y vamos a acabar con ella. Además nos ha tocado un periodo de cambio en la historia, donde la clase obrera tendrá muchas oportunidades de transformar la sociedad.

Es la juventud, y sobre todo la juventud obrera y los jóvenes hijos de trabajadores (muchas veces estudiantes) quienes a lo largo de la historia hemos jugado un papel protagónico. En Francia la huelga general más poderosa de la historia, con 10 millones de obreros parados, inició con una protesta estudiantil en mayo de 1968. En el Estado Español durante la lucha revolucionaria en los años 30 la juventud revolucionaria también fue relevante como también en las protestas de la época de transición. En 1986-87 vimos nuevamente salir a flote las grandes tradiciones revolucionarias de la juventud española que protagonizó grandes huelgas y manifestaciones y la formación del sindicato de estudiantes, animando al movimiento obrero que a finales de 1987 realizó una huelga general de 24 horas.

Nosotros nos planteamos una transformación profunda de la sociedad en líneas socialistas dado que la historia nos ha demostrado que no existen caminos intermedios ni atajos. Transformar la sociedad es una tarea de la clase obrera en alianza con los demás pobres urbanos y rurales, pero son los jóvenes quienes suelen empujar e impulsar este proceso. Tenemos gran confianza en la clase obrera y estamos seguros que nuevamente saldrá a luchar de manera decidida pero las experiencias recientes en América Latina nos muestran que para poder culminar la tarea no bastan las buenas intenciones y los grandes sacrificios revolucionarios.

¿Qué mas le podemos pedir a los trabajadores latinoamericanos? Cuando han derrumbado presidentes en un país tras otro, han desarrollado huelgas generales, insurrecciones, derrotado golpes de estado, obligado a sus presidentes de izquierda a nacionalizar empresas, ocupado fábricas y echándolas a andar bajo control obrero, formado soviets, en su etapa embrionaria, como los Cabildos Abiertos en Bolivia o la APPO en México.

Los mineros bolivianos en la reunión ampliada de la COB, después de haber echado del poder al odiado Sánchez de Lozada y de que el poder se les escapara como agua entre los dedos, concluyeron correctamente que no tomaron el poder porque no contaban con un partido revolucionario de los trabajadores.

El capitalismo solo nos ofrece desempleo, marginalidad, drogadicción, delincuencia, sobreexplotación…, si aspiramos a cambiar nuestra realidad y construir una sociedad digna para la juventud y el resto de la sociedad debemos aprender del pasado, pues el que no aprende de la historia estará condenado a repetirla y la historia reciente de América latina nos enseña que debemos caminar hacia el socialismo. Para ello se requiere de un partido revolucionario de los trabajadores con una dirección bolchevique, la construcción de esta organización y esta dirección es una de las tareas fundamentales de la juventud revolucionaria.

La lucha de la juventud mexicana, el año de 1968
Los jóvenes en México al igual que en América Latina tienen amplias tradiciones revolucionarias. Sin duda la lucha más importante de los jóvenes mexicanos se vivió en el año de 1968 donde miles de estudiantes realizaron una huelga que se extendió por cinco meses a lo largo y ancho del país. Contra la propaganda de la burguesía, con medios controlados por el Estado, se respondió sacando a cientos de brigadas a las calles, autobuses y mercados con volantes informando la realidad de la lucha de los estudiantes y ganando gran simpatía entre la clase trabajadora y campesina.

La creatividad de los estudiantes salió a relucir, se hicieron infinidad de pintas en autobuses, salieron brigadas de capturas de perros callejeros para pintarles las consignas del movimiento y para contrarrestar la represión, globos que llegando a una cierta altura explotaba y regaban volantes por la ciudad, mítines relámpago al finalizar las películas en las salas de cine, etcétera. El miedo al contagio a la clase obrera, dados los recientes acontecimientos revolucionarios en Francia, hicieron que el Estado reaccionara con una gran brutalidad enviando al ejercito el 19 de septiembre a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el 23 de septiembre al Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde sólo pudieron tomar posesión de las instalaciones las fuerzas represivas después de horas de enfrentamientos. Esto no derrotó al movimiento ni deshizo al Consejo Nacional de Huelga (CNH), un soviet estudiantil, de tal forma que el régimen reaccionó asesinando a cientos de estudiantes en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Este fue un golpe mortal; se encarcelaron a cientos de dirigentes estudiantiles y otros pasaron a la clandestinidad.

Es cierto que el movimiento obrero de aquellos años en México se encontraba bajo el control de la burocracia sindical priista, pero esto no representaba una barrera infranqueable. En la movilización iniciada por los pequeños productores de leche sólo cuatro años antes en el Estado de Puebla, los estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) les apoyaron desde el inició y por la vía de los hechos se pusieron a la cabeza de la lucha. La clase obrera se sumó con un movimiento huelguístico que culminó con el derrocamiento del gobernador. Era factible repetir esta experiencia a una escala mayor y derrumbar al estado capitalista extendiendo al CNH a las fábricas y barrios obreros.

Después de 1968 las cosas no fueron iguales; aun cuando el movimiento recibió una sangrienta derrota las demandas de libertades democráticas se tuvieron que conceder en los años siguientes. El movimiento se trasladó en gran medida de las calles a los centros de estudio debido a la gran represión. En diciembre de 1968 en un mitin en la Plaza Roja de Zacatenco del IPN se disolvió el CNH y los Comités de Huelga de los centros de estudio se convirtieron en Comités de Lucha formandose así Coordinadoras de Comités de Lucha que a la larga no funcionaron. Lo que se requería no eran organizaciones locales de los estudiantes que se comunicaran y se coordinaran entre sí, sino una organización nacional de estudiantes permanente, combativa y estable, con un programa de clase.

El movimiento estudiantil termómetro de la lucha de clases
Miles de estudiantes vieron que no era suficiente luchar por libertades democráticas sino que se necesitaba luchar por el socialismo y vieron la forma de contribuir al proceso revolucionario en México. Muchos dejaron las universidades y se fueron a las fábricas a organizar a la clase revolucionaria, de una forma similar a la que los narodnikis rusos hicieron al “Id al Pueblo”. A pesar del gran sacrificio revolucionario que esto significó mostró que los estudiantes no pueden sustituir a la clase obrera; sólo se es estudiante dentro de una etapa de la vida y después se pasa en su gran mayoría a las filas del proletariado incluyendo el ejército general de reserva. Muchos jóvenes, hijos de trabajadores, tienen que laborar para poder cubrir los gastos de sus estudios o incluso para contribuir al gasto familiar, esto es muy distinto a tratar de forzar un proceso de “proletarización” que en vez de contribuir suele terminar en frustración y deserciones.

Si bien el movimiento de 1968 es una muestra del potencial revolucionario de la juventud, no es el único ejemplo. En 1986 se desarrolló una fuerte lucha en la UNAM, al año siguiente ocurrió lo mismo en el IPN. Lenin decía que el viento sopla primero por las copas de los árboles y en otra ocasión señaló que el movimiento estudiantil es una especie de termómetro que mide la temperatura social. Las luchas de 1986 y 1987 sólo fueron la anticipación de las luchas de obreros y campesinos en 1988 y 1989, donde se venció al PRI en las elecciones. Cuauhtémoc Cárdenas no quiso llamar a luchar contra el fraude a pesar de las grandes marchas, multitudinarios mítines, tomas de municipios e incluso elementos de armamento del pueblo sumados a que el ejército estaba dividido en sus bases y se podría haber partido en líneas de clase. La presión de las masas obligó a construir el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989.

El caso de Chipas también cuenta mucho sobre la participación juvenil y la orientación política. Fueron los jóvenes quienes estuvieron en la primera línea de batalla, siendo los primeros en impulsar cada una de las iniciativas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en todo el país. Si la dirección zapatista hubiera planteado la lucha anticapitalista sin vacilaciones desde el principio (a la que llama hasta la sexta declaración de la Selva Lacandona en 2005); si se hubiera basado en los métodos clásicos de la clase obrera y no en supuestos nuevos métodos que han demostrado en cada etapa su rotundo fracaso llevando al movimiento a la dispersión y si se hubiera orientado las fuerzas a la construcción de una fuerte y disciplinada organización de los oprimidos -un partido revolucionario de los trabajadores- los días del capitalismo en México estarían contados.

Muchos jóvenes se desligaron a la lucha revolucionaria por la mala orientación de la dirección del EZLN y ahora su política sectaria hacia el PRD y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha aislado al moviendo zapatista poniéndolo en una situación de riesgo ante el régimen. Eso no elimina el gran sacrificio mostrado por la juventud y las comunidades indígenas en todos estos años que siguen siendo un inspirador ejemplo de lucha.

La huelga de la UNAM de 1999-2000
Después de 1968 la lucha más importante de los estudiantes en México se vivió con la huelga del Consejo General de Huelga (CGH) de la UNAM que inició en 1999 y terminó en el 2000 y que puso a prueba a las distintas tendencias en el movimiento durante casi diez meses. Los reformistas de derecha representados por la burocracia del PRD jugaron un papel pernicioso: maniobraron y pactaron a espaldas de las masas e intentaron vender el movimiento. Rápidamente quedaron aislados y fueron expulsados de la lucha.

El pecado del reformismo se paga con el ultraizquierdismo y los métodos del sectarismo mostraron sus propias limitaciones. Se decía que el PRD era un partido burgués sin poder explicar el por qué los primeros en apoyar la lucha de los estudiantes y mantenerse de aliados hasta el final fueron las bases de estos partidos. Lo que pretendían los reformistas lo consiguieron de manera inconciente los grupos ultraizquierdistas: aislar el movimiento y abrir paso al levantamiento de la huelga de manera violenta con la entrada de la Policía Federal Preventiva (PFP) a las instalaciones de la UNAM, terminando con el encarcelamiento de alrededor de mil estudiantes. Los métodos del sectarismo en vez de corregirse, se profundizaron, llevando a infinidad de organizaciones estudiantiles a la bancarrota.

La huelga de la UNAM recibió una derrota parcial debido a su dirección reformista y sectaria, su debilidad radicó en la debilidad de las fuerzas del autentico marxismo que nos mostró de nuevo la necesidad de construir una organización estable y sólida del estudiantado a nivel nacional rescatando la experiencia de los Comités de Lucha y de las luchas del estudiantado español; así fue que construimos el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Publica (CEDEP).

La naciente revolución mexicana
“México ruge por sus cuatro costados. Hay que remontarse a las jornadas heroicas de la revolución mexicana, sobre todo al cerco de los ejércitos campesinos comandados por Emiliano Zapata y Pancho Villa sobre el Distrito Federal en diciembre de 1914, para encontrar una crisis social y política de características semejantes. La memoria de la revolución mexicana, de la guerra campesina que incendió el país amenazando al poder de las clases poseedoras tanto del campo y de la ciudad ha vuelto a reencontrarse en este formidable movimiento de masas contra el fraude electoral” (México en la Órbita de la Revolución Latinoamericana, Fundación Federico Engels México).

La historia es un proceso donde una serie de cambios llegan a un punto de inflexión provocando saltos bruscos y repentinos; para una persona común estos acontecimientos pueden ser como un rayo que sale de un cielo despejado. El papel del marxismo es comprender las leyes de la historia para prever su desarrollo y tiene como principio analizar las cosas tal y como son. Los “marxistas” que analizan la realidad bajo ideas preconcebidas, nos presentan una caricatura del marxismo y de la misma realidad. Para estos “marxistas” la revolución debe de ser obreros haciendo huelgas, marchando con el puño izquierdo en alto cantando la internacional y dirigidos por ellos, todo lo demás son patrañas. En el mundo real la naturaleza aborrece el vacío y ante la ausencia de un partido revolucionario, las masas utilizan las organizaciones y dirigentes existentes que en el caso de México es el PRD y los sindicatos. La prueba de los revolucionarios es la revolución misma y nuestro deber no es abstenernos de la participación en las luchas de masas de los trabajadores, sino mostrar de manera amistosa a los trabajadores las limitantes del programa, los métodos y los dirigentes que se encuentran al frente. Esto no lo entendió el EZLN y su Otra Campaña y ahora pagan las consecuencias de sus errores.

La necesidad hace uso del accidente. Al igual que en 1910 nuevamente el fraude electoral fue el detonante que inició la revolución en México. La polarización era creciente y se veía en las huelgas mineras, la lucha magisterial, y la batalla electoral que ya había contado con la movilización de un millón de personas contra el desafuero de AMLO. El deber era unificar la lucha minera, la lucha revolucionaria en Oaxaca e incluso la Otra Campaña del EZLN con la lucha a nivel nacional contra el fraude electoral.

Mientras que en la ciudad de México los obreros y campesinos desbordaban las calles, en la capital de Oaxaca, uno de los Estados más pobres de este país, los trabajadores y jóvenes, con el magisterio a la vanguardia tomaron el cielo por asalto, desafiando las viejas instituciones caducas del corrupto Estado capitalista y formaron un organismo de poder de los trabajadores al que le llamaron Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que le disputó el poder a la burguesía. En el 2006 la burguesía mexicana estaba contra la pared, la clase obrera podía haber extendido la experiencia de Oaxaca formado Asambleas Populares en cada Estado de la república. Los sindicatos y el PRD podrían haber convocado una huelga general y evitar la imposición de Felipe Calderón, actual presidente espurio, tomar el poder e iniciar un cambio profundo en la sociedad.

La burguesía no es lo suficientemente fuerte para derrotar en estos momentos a los trabajadores y la clase obrera no es lo suficientemente poderosa para tomar el poder, debido en gran medida a la debilidad de la dirección revolucionaria. El proceso revolucionario en México no ha concluido, solo ha tomado un respiro. Se extenderá por años como lo vemos ahora en Bolivia, Venezuela y Ecuador.

Bajo el mando de Felipe Calderón, las contradicciones que ya perfilaron en 2006 siguen desarrollándose: existe una brutal pérdida del poder adquisitivo, el desmantelamiento de los Contratos Colectivos de Trabajo, fuerte represión y pérdida de los derechos laborales manifestadas recientemente en la imposición de la Ley del ISSSTE que busca desmantelar la seguridad social, las jubilaciones y las pensiones de los trabajadores al servicio del estado que suman dos millones y medio y afectan aproximadamente a 10 millones de derechohabientes. La burguesía no puede subsistir si no es a base de atacar a los trabajadores, pero los trabajadores no están dispuestos a soportar un ataque más. Esto es una receta acabada para el incremento de la lucha de clases y es aplicable no solo para México sino también para el resto de Centroamérica y América Latina.

El papel de los marxistas en la revolución mexicana
Hablar de lo que ya hemos hecho nos ayuda a visualizar el futuro. El origen del CLEP-CEDEP lo debemos remontar a la lucha de 1968; hay un hilo que no se rompe porque hemos luchado a partir del Comité de Lucha de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (CLESIME) de forma ininterrumpida desde 1968 hasta la fecha. El CLESIME fue la columna vertebral para construir el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico (CLEP). Somos herederos directos del heroico movimiento de 1968, de 1971 y las posteriores batallas de la juventud como las luchas de masas de los 70, los movimientos de 1986-87, las protestas estudiantiles en el IPN y la UNAM a inicios de los 90, la huelga de la UNAM en 99-00, la lucha contra la reforma a la Ley Orgánica del IPN en el 2002, etcétera. No ha habido ningún acontecimiento de relevancia nacional en el que no hayamos participado, hemos levantado la bandera del internacionalismo y hemos apoyado de muy diversas formas a las luchas del pueblo nicaragüense y salvadoreño contra el imperialismo y la oligarquía, por poner un par de ejemplos.

En 1999-2000 nos planteamos la construcción de una organización que rescatara lo mejor de la experiencia del movimiento estudiantil en México y a nivel internacional. Tomamos como referencia el ejemplo del Sindicato de Estudiantes del estado español, pugnando por una organización nacional de los estudiantes sin que existan barrera alguna por pertenecer a una universidad u otra. Es así como nace el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP). Finalmente en el año 2007 se fusionan (aunque desde antes ya se trabajaba de manera unificada) el CLEP y el CEDEP como un paso más en la construcción del Sindicato de Estudiantes en México.

Hemos luchado por construir una organización sólida de los estudiantes pero entendemos que la problemática de la juventud es mucho más amplia. Antes de ser estudiantes, somos hijos de trabajadores que luchamos por el derecho a recibir una educación pública, gratuita, democrática, científica y de calidad. Sabemos que las universidades no son una isla y que no es posible transformar de manera plena y profunda la educación sin también transformar al conjunto de la sociedad; por eso luchamos hombro con hombro con la clase trabajadora.

Hemos participado en la lucha contra el desafuero, llamamos a votar en el 2006 por el PRD y López Obrador a la par que llamábamos luchar por un programa socialista y romper todo tipo de vínculos con nuestros enemigos de clase. Advertimos que se preparaba un fraude electoral (en un momento donde todos daban por echo el triunfo de AMLO) y llamamos a prepararnos y luchar contra él.

Poco antes de que se desarrollaran las elecciones combatimos en el IPN la imposición de un reglamento académico, llamamos a una concentración en la Plaza Roja de Zacatenco a la que asistieron cerca de 10 mil estudiantes, llamamos a una huelga general en el IPN si las autoridades no daban marcha atrás a sus ataques. De manera fulminante detuvimos un ataque que tenían preparado desde el 2002, cuando también paramos las reformas privatizadoras. Las autoridades prefirieron dar marcha atrás a enfrentarse a un fuerte movimiento estudiantil que tendría como dirección principal a los marxistas, que se vincularía al movimiento obrero y sería un ejemplo para el mismo.

Consumado el fraude participamos en cada una de las acciones centrales para combatirlo. Vinculamos las luchas que dirigíamos con las luchas nacionales, tal es el caso del Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA); distribuimos cientos de miles de volantes y vendimos decenas de miles de periódicos llamando a realizar una huelga general, a formar Comités de Lucha en cada barrio, fábrica y Centro de Estudio, a formar Asambleas Populares en cada Estado del país y a convertir a la Convención Nacional Democrática (CND) en un organismo de poder de los trabajadores basado en los comités de trabajadores, amas de casa y estudiantes. Esto con el fin de evitar la toma de posesión de Calderón y posteriormente para desarrollar una dualidad de poderes, como lo fue la APPO en Oaxaca, que permitiría derrumbar al gobierno espurio. Participamos en la lucha del Pueblo de Oaxaca, llamamos a la unidad de acción con la CND y los sindicatos, defendimos junto con miles de jóvenes y trabajadores las conquistas de la lucha oponiéndonos a la entrada de la PFP, como lo fue Radio Universidad, la voz del Pueblo.

Más recientemente fuimos cofundadores del Consejo Nacional de Huelga que surge al calor de la lucha contra la imposición de la nueva Ley del ISSSTE. Impulsamos la formación del CNH-IPN basándonos en la experiencia del movimiento de 1968, pugnamos por la unidad de los estudiantes y los trabajadores, realizamos paros conjuntos, en algunos casos rebasando a las direcciones sindicales propatronales y apoyando activamente la democratización de los sindicatos.

La represión contra el movimiento estudiantil
Todo esto no le ha agradado a la burguesía y sus representantes en las universidades, los marxistas hemos demostrado no sólo en las palabras sino también en los hechos cómo se debe luchar. En Oaxaca el gobierno de Ulises Ruiz encarcela a uno de nuestros compañeros y un par de semanas después en el Politécnico se reprime una movilización de los aspirantes no aceptados dirigida por el CLEP-CEDEP, entraron más de 800 cuerpos policíacos de distintas corporaciones, en su mayoría granaderos, y después de golpear a niños, madres y padres de familia, compañeras embarazadas, etcétera fueron aprehendidos 9 compañeros. Desde 1968 no entraban fuerzas policíacas a reprimir una protesta estudiantil en el IPN.

Las autoridades con Enrique Villa, director general y Efrén Parada, secretario general del IPN, al frente utilizaron todo su aparato jurídico para someternos, tratando de echar abajo nuestros éxitos en la lucha e intentando desarticularnos, pero no lo consiguieron. El apoyo del movimiento obrero y juvenil nacional e internacional no se hizo esperar; se realizaron pronunciamientos y manifestaciones conjuntas, piquetes en diversos países del mundo y nosotros llamamos a realizar paros en el IPN y la UNAM si no se liberaban a nuestros compañeros. Al final las autoridades dieron marcha atrás y tuvieron que liberar a todos los presos del Movimiento de Estudiantes No Aceptados. Mientras escribimos este artículo seguimos luchando por la libertad de nuestro compañero en Oaxaca.

Nos preguntamos ¿Cuáles son los objetivos de la juventud? Nosotros decimos que uno de estos objetivos es ser un ejemplo para el conjunto del movimiento obrero; demostrar en los hechos que es posible luchar y que es posible vencer, que lo que necesitamos es una dirección revolucionaria al frente de nuestras organizaciones sindicales y partidos políticos.

Nuestro objetivo: Cambiar el mundo
Los auténticos marxistas de México, Centroamérica y el Mundo entero no lo ocultamos: queremos cambiar el mundo, tenemos el derecho y la obligación de hacerlo. No somos ningunos utópicos, sabemos que la humanidad se debate entre el Socialismo y la Barbarie a la que nos lleva el sistema capitalista. La revolución Bolivariana es el ejemplo más claro de que no hay caminos intermedios, el propio Chávez que defendía un programa democrático burgués, un capitalismo con rostro humano, hoy llama a construir el Socialismo.

Con casi 40 años de trayectoria podemos decir con toda claridad que la lucha juvenil no se reduce a la lucha estudiantil, si bien hay que formar fuertes organizaciones estudiantiles y juveniles orientadas y vinculadas al movimiento obrero, la tarea no termina ahí. Debemos construir un partido revolucionario de los trabajadores al estilo de los Bolcheviques rusos. Incluso con una revolución socialista triunfante en México o cualquier otro país centroamericano la tarea no estaría concluida; la burguesía nacional e internacional intentaría aplastar el naciente Estado Obrero y a la larga sólo podría culminar las tareas de la revolución y sostener la revolución con su extensión al resto de Centroamérica y América Latina. Una revolución triunfante en un país tendría un gran efecto en el conjunto de la zona.

De manera criminal las clases explotadoras dividieron el cuerpo vivo de Centroamérica, pero nuestros pueblos están íntimamente ligados por estrechos lazos. El triunfo de una revolución socialista en un país sólo sería el inicio para la construcción de una federación socialista de América Central, una federación socialista de América y a nivel mundial.

El capitalismo ha entrado a un callejón sin salida y vivimos una era de cambios profundos. América Latina ha entrado en un periodo revolucionario y la historia de los jóvenes y trabajadores mexicanos y centroamericanos nos muestran la vigencia de las ideas y los métodos del marxismo. Trosky, un revolucionario que ha sido difamado por la burguesía y la burocracia estalinista usurpadora de la revolución Rusa y que su nombre ha sido manchado además por grupos sectarios que nada tienen que ver con el marxismo y que por alguna extraña razón reivindican troskystas, dijo estas profundas palabras: “La crisis de la Humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria” (León Trosky, El programa de transición, Akal editor). Existen todas las condiciones objetivas para transformar la sociedad en líneas socialistas, sólo hace falta el factor subjetivo, es decir, un fuerte partido de masas de los trabajadores a nivel mundial con un programa y métodos marxista y una dirección bolchevique. La tarea central de la juventud revolucionaria es construir esa internacional de los trabajadores basados en las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, construyendo una fuerte organización de cuadros que combata el sectarismo y se oriente firmemente a los sindicatos y partidos obreros de masas de trabajadores para rescatarlos de la influencia del reformismo y del estalinismo y ganándolas a las ideas del autentico marxismo. Del cumplimiento de estas tareas está en juego el futuro de la humanidad. La actual generación de jóvenes podemos pasar a la historia como aquella que luchó de manera heroica y ejemplar pero al final cayó derrotada, como casi siempre ocurre, o bien podríamos sentar las bases para una transformación profunda y real en la sociedad. No queremos una derrota ejemplar, queremos -ante todo- la victoria.

Autora: Patricia Cruz, dirigente estudiantil mexicana, integrante del Comité Central del CLEP-CEDEP, egresada de la Escuela Nacional Preparatoria Nº 3, actualmente estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Forma parte de la Convención Nacional Democrática (CND), ha participado de manera destacada en la dirección del Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA), en la lucha contra el desafuero de López Obrador, contra el fraude electoral y recientemente ha jugado un papel activo en la oleada huelguística contra las reformas a la Ley del ISSSTE impulsada por el gobierno espurio de Felipe Calderón que afecta a 10 millones de derechohabientes. Es miembro de la Tendencia Marxista Militante, principal organización marxista de México y colaboradora de la Fundación Federico Engels México.

¿Qué es y qué defiende CLEP-CEDEP?El Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico-Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CLEP-CEDEP) es una organización estudiantil que tiene como origen la lucha de los estudiantes mexicanos. Luchamos por defender el derecho a los hijos de obreros y campesinos a recibir una educación pública, gratuita, democrática, científica y de calidad. Somos hijos de trabajadores que luchamos por un puesto de trabajo digno al terminar nuestros estudios. Todo empleo y derecho laboral perdido hoy, lo resentiremos nosotros mañana cuando salgamos a laboral, por eso luchamos hombro con hombro junto a la clase obrera.

Luchamos por construir una organización estudiantil a nivel nacional e internacional, con un carácter permanente, estable y que defienda un programa de clase, siguiendo el ejemplo del Sindicato de Estudiantes del Estado Español formado en las fuertes luchas de 1986/87.

Somos internacionalistas y apoyamos las luchas de la clase obrera y los oprimidos a nivel mundial. Sabemos que los males que sufrimos los jóvenes y trabajadores son causados por el sistema capitalista y que todas las conquistas que obtengamos bajo este sistema serán parciales y se nos arrebatarán cuando la correlación de fuerzas no nos favorezca, esto continuará mientras no cambiemos de raíz la sociedad, por eso luchamos por un sistema democrático y sin explotación llamado socialismo y nos basamos para ello en las ideas del socialismo científico explicadas por Marx, Engels, Lenin y Trosky. Sabemos que la lucha estudiantil es limitada y por eso contribuimos a la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores y fomentamos la militancia política en una organización revolucionaria por eso la mayoría de nuestros integrantes participa en la Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional (CMI).

jueves, 8 de noviembre de 2007

Los retos de la juventud centroamericana en el siglo XXI

Introducción



Con el presente ensayo pretendemos describir en términos generales los antecedentes históricos que han determinado el transcurrir del quehacer de la sociedad guatemalteca y de la juventud, indispensables para entender la situación actual y elaborar una propuesta alternativa como jóvenes socialistas comprometidos con la transformación de nuestras sociedades.

Para determinar cuáles son los retos de la juventud centroamericana en el siglo XXI, es necesario aunque de manera muy general tomar en cuenta la historia centroamericana, sus actores históricos, la influencia que han tenido los distintos movimientos mundiales y latinoamericanos y cómo recientemente ha influenciado el imperialismo norteamericano en el rumbo de los pueblos centroamericanos.

Como punto de partida hemos considerado que debemos tomar en cuenta el devenir histórico de Centroamérica en tanto dependencia de distintos poderíos en cada momento, y actualmente de Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Japón, aunque ahora predomina el poderío de la potencia yanqui.

Se han seleccionado tres teóricos contemporáneos Bloch, Dieterich y Gramsci comprometidos científica, política y éticamente con la transformación de la realidad social, cuyos planteamientos responden en esencia a la teoría marxista clásica del siglo XIX, dándose a la tarea de enriquecerla.

Perfil de la Organización

La Juventud Socialista Guatemalteca es una organización cuyos principios responden a los planteamientos marxistas-leninistas enfatizando la emancipación de la explotación de la clase trabajadora y la reivindicación de su dignidad humana, tanto en el contexto nacional como en el internacional.

Nuestras acciones se basan esencialmente en tres objetivos a) la Organización, b) la Formación Política e Ideológica y c) la Lucha de Clases.

Para el cumplimiento de dichos objetivos, se han planteado cinco principios fundamentales que son los siguientes:

I- La libre autodeterminación de los Pueblos;II- La solidaridad y fraternidad nacional e internacional;III- El internacionalismo proletario;IV- Nuestra liberación como pueblo oprimido;V- Buscar el equilibrio entre la naturaleza y la humanidad por ser parte de ella.

Perfil de nuestros representantes

Los autores de este ensayo son María Antonieta Cordón, Juan Noj y Carlos Itzep quienes actualmente son responsables de las Secretarias de Relaciones Internacionales, Organización y Formación Política respectivamente dentro de la Juventud Socialista de Guatemala.

Políticamente definidos marxistas-leninistas, comprometidos en la búsqueda del desarrollo humano integral. Han aportado sus mejores cualidades para el enriquecimiento político, ideológico y filosófico en los procesos de reflexión y discusión de la juventud socialista guatemalteca.

Igualmente, consideran que es importante la incorporación de las mujeres en la transformación de nuestras sociedades centroamericanas, como agentes de cambio y no como sujetos pasivos, puesto que tradicionalmente así se ha planteado.

Antecedentes históricos

Bloch fue influenciado fuertemente por los postulados de Hegel, Marx y el cristianismo, desarrollando su teoría en la Escuela de Franckfurt considerado neomarxista. Para Bloch “la historia no se ha hecho conscientemente, la sociedad nunca se ha detenido, pese a las grandes contradicciones por las que ha atravesado, es la historia un gran esfuerzo para entender a las sociedades. El hombre debe buscar la verdad en la historia, la verdad del devenir, de lo que todavía no ha llegado pero llegará, para el bien de todos” . En este sentido, la historia centroamericana debe ser interpretada a partir de la invasión española.

Desde la época en que la corona española administraba lo que ahora es Centroamérica, se daban intentos en la búsqueda de la construcción de la unidad centroamericana y de alguna manera esa construcción se concretó aunque de manera momentánea con la creación de la federación de los países centroamericanos en 1823. El fracaso de esos intentos se debió a que quienes formaron la federación fueron las elites económicas quienes tenían intereses eminentemente clasistas y, por lo tanto no representaban los intereses y el sentir de los pueblos.

Las políticas de la corona española en la época colonial marcaron el futuro de lo que ahora es Centroamérica; la esclavitud, el sometimiento del pueblo mesoamericano, el saqueo de sus recursos naturales y la imposición de la cultura de los invasores son elementos esenciales a rescatar para hallar las causas de nuestra realidad actual centroamericana.

El proceso de la llamada independencia del gobierno español, fue planteada desde dos vertientes o desde dos perspectivas: por un lado la independencia que planteaban los criollos que significaba tener ellos el control o el poder directo de administrar la esclavitud y el saqueo de los recursos del pueblo mesoamericano y; por el otro lado la independencia que se planteaba desde la clase oprimida en su necesidad de liberarse del gobierno español y de los criollos, pero con la apropiación del proceso independentista que degeneró en confusión porque los pueblos oprimidos al proclamarse “la independencia”, fueron apaciguados y no continuaron con el proceso de su independencia con la misma intensidad que al inicio. Este punto es esencial en nuestra opinión, porque de ahí derivan otras causas que han marcado el devenir histórico de Centroamérica.

Después de la llamada independencia de Centroamérica del gobierno español, los criollos acumularon una gran cantidad de riquezas a través de la esclavitud del pueblo mesoamericano (fuerza de trabajo) y el saqueo de los recursos naturales, ese flagelo lo podemos constatar en la actualidad de la mayoría de los países centroamericanos, el ejemplo mas claro lo tenemos en Honduras y Guatemala en lo relacionado a la explotación minera, y a nivel centroamericano la imposición del “Tratado de Libre Comercio” por parte de las oligarquías centroamericanas en contubernio con la oligarquía imperialista estadounidense.

La esclavitud, la política, la cultura y otras acciones impuestas a sangre y fuego por los invasores españoles al pueblo mesoamericano fue continuada por los criollos, prueba de ello es el totalitarismo y/o la tiranía que caracterizó a los gobiernos pos independencia de Centroamérica, aunque ante esas tiranías hubo resistencia por parte de la clase oprimida, la cual no fue suficiente para lograr abolir las arbitrariedades de los criollos.

Los grupos conservadores, para mantener su condición de clase parasitaria que se caracteriza por vivir a expensas de la clase trabajadora compuesta por indios y ladinos, haciendo uso de diferentes medios que les han permitido conservar y consolidar su estatus. Han actuado mucho más salvajemente que los invasores españoles, no existe un cambio de fondo de las actuales actitudes de las elites centroamericanas con las viejas actitudes de los criollos independentistas o del gobierno español; para decirlo con mayor propiedad es un actuar vigente en los criollos que conforman la clase oligárquica en el presente.

La incapacidad de los criollos para fundar la propia nación centroamericana, motivó al momento de la independencia a otros países colonizadores a que se anexaran, teniendo la opción de elegir el país que más le conviniera expoliar y explotar. Al final, esta situación llevó a la continuidad de la dependencia de una metrópolis, que en nuestros días se encarna en el imperio norteamericano.



La política intervencionista que sigue caracterizando al imperio estadounidense, ha impedido y en ciertos momentos ha hecho retroceder el desarrollo de los movimientos democráticos y progresistas latinoamericanos y más bien ha determinado el surgimiento de otras fuerzas de poder que no necesariamente tienen trabajan directamente en lo agrario, pero cuyos orígenes si vienen de ahí. Casos ejemplares de esto incluyen la proliferación alarmante de las industrias ensambladoras o de maquilas, de servicios, de centros recreativos, de turismo y las financieras que vale decir, reproducen la explotación de la clase trabajadora, traduciéndola en una mayor acumulación de riquezas para sus propietarios.

La evasión fiscal es otra de las formas en que los grandes empresarios acumulan grandes cantidades de riquezas haciendo caer un mayor peso sobre los trabajadores por medio de los impuestos indirectos, mientras los grandes capitales campean libremente en un paraíso fiscal legalizado y legitimado en una escala regresiva de tributación. Es esa la razón por la que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) es una de las formas principales de financiamiento estatal. Además, el crimen organizado como fuente de enriquecimiento y acumulación de la riqueza también ha llegado a ser un verdadero problema que se ha enquistado en las estructuras del Estado haciendo imposible erradicarle, a tal punto que el mismo Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica declaró recientemente que en Guatemala es una batalla perdida tratar de eliminar el crimen organizado.

Con este acercamiento, muy general, a los rasgos esenciales del devenir histórico de la sociedad centroamericana debemos plantear la otra parte de la historia, la parte que le corresponde al movimiento popular, democrático y progresista. De esta manera, para Gramsci “la filosofía de la praxis se realiza en el estudio concreto de la historia pasada y en la actual actividad de la creación de la nueva historia…comprender el mundo y modificarlo es la misma cosa”.

La lucha del movimiento popular, democrático y progresista latinoamericano

Los movimientos sociales surgen con la misma humanidad y se desarrollan con ella a través del tiempo, así que es difícil marcar un punto de partida; ejemplo de ello es que desde antes de la invasión española ya existían movimientos que luchaban por los derechos humanos, igualmente durante la invasión española hubieron movimientos de resistencia en Latinoamérica como una respuesta a la violencia ejercida contra los pueblos.

Los modelos de movimientos sociales considerados procesos de emancipación; fueron entre otros, la Revolución Rusa en 1917 y los procesos revolucionarios que se gestaron en Latinoamérica en la primera mitad del siglo XX. Estos movimientos surgieron como consecuencia de las insoportables condiciones socioeconómicas, en donde nuestros países centroamericanos se sumergieron en revueltas e insurrecciones revolucionarias, las cuales, han sido combatidas y aniquiladas por el intervencionismo estadounidense resultando en nuevas guerras. Esas condiciones provocaron una guerra interna en El Salvador, donde el precio a pagar fue de setenta y cinco mil muertos; en Nicaragua, la lucha de Sandino se continuó luego de declinar a la muerte de su liberador hasta lograr la caída de la tiranía somocista, solo para encontrarse con la guerra de los contras, fomentada y financiada por el imperialismo estadounidense, hecho que costó la pérdida del poder al gobierno sandinista. En Guatemala en 1954, la intervención de la CIA que motivó el derrocamiento del gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz llevó al país a un conflicto armado que costó más de doscientas mil vidas y alrededor de un millón de desplazados.

Quizás, una de las peores consecuencias del intervensionismo imperialista haya sido la eliminación de los mejores dirigentes y la destrucción del tejido social. Lo cual ha generado un gran vacío en la dirección del movimiento social, o más bien dicho popular; y por lo tanto una gran atomización de dicho movimiento que hoy se caracteriza por la falta de claridad al momento de plantear los términos de la lucha.

Todo lo anterior, ha llevado a las nuevas generaciones a no confiar en los liderazgos y tampoco en la validez de los argumentos revolucionarios. Pero quizás la cuestión más crítica sea el hecho de que toda la confusión ha provocado una gran apatía en algunos casos y temor en otros, presentando esta crisis ante nosotros el gran reto de lograr la participación ciudadana, principalmente la de la juventud en los espacios de lucha que se van abriendo.




Crisis del socialismo formal

De acuerdo a lo anterior, es lógico que el capitalismo mundial se haya visto beneficiado con la gran confusión que logró introducir y consolidar en las sociedades latinoamericanas por medio de las tácticas mencionadas. Aunado a lo anterior, la caída de la Unión Soviética (URSS) ha contribuido a crear la idea de que la construcción del socialismo no es una opción viable, argumentando que no tiene la capacidad de derrotar y superar al capitalismo, por consiguiente no es un sistema adecuado para el desarrollo de la mayoría ni de la democracia.

En otras palabras, se nos ha hecho creer que el capitalismo es inamovible y eterno, por lo tanto nuestro quehacer como jóvenes es adaptarnos a las nuevas condiciones, olvidándonos de lo ideológico (lo cual no se dice que es ideológico en sí mismo). Todo lo anterior, se ha ido imponiendo por medio de un rompimiento epistemológico que conlleva en su seno la concepción burguesa del mundo y de la historia.

Dicho rompimiento epistemológico consiste en la pretensión de implantar sus propias metodologías con el fin de “demostrar” que el marxismo ya no es una explicación adecuada de la sociedad en esta época del “fin de las ideologías”, por lo tanto, debemos aceptar las filosofías que el sistema nos proporciona. Se trata de borrar cualquier ideología opuesta a la ideología neoliberal. El problema del socialismo centroamericano es que aún no ha encontrado la manera de adaptarse a las condiciones actuales manteniendo su definición revolucionaria, elaborando para ello las tácticas necesarias y adecuadas sin perder la visión estratégica.



Sucede en un amplio sector de la izquierda que hay un gran desconcierto que viene en parte de la destrucción de la antigua URSS y en parte de los sucesos que se dieron en América Latina. Luego de negociar el fin de la guerra, algunas expresiones políticas de izquierda han entrado en una etapa que se asemeja a una autoliquidación, manifestada esta en fraccionamientos, lucha interna de intereses y fracasos electorales; quizás lo peor sea el abandono de las ideas revolucionarias para limitar sus planteamientos en la búsqueda de unas condiciones ligeramente suavizadas del capitalismo, es decir, de un “capitalismo más humano”.

La educación en las universidades

Dieterich plantea al respecto de la educación en las universidades “los grandes intelectuales latinoamericanos que son co-generadores de los paradigmas intelectuales dominantes, han sido con contadas excepciones fieles calibanes de las elites nacionales e internacionales, desde la invasión europea al hemisferio occidental en 1492, hasta la fecha”. Como resultado, hoy en día, en varias universidades nacionales se ha adoptado la metodología de la escuela funcionalista estadounidense que consiste en la simple descripción de los hechos y la construcción de indicadores que no permiten contextualizar los fenómenos políticos, sociales y culturales históricamente, lo cual ha creado un vacío teórico, una deficiencia metodológica que conlleva a la mediocridad académica y la falta de compromiso político en los estudiantes ante la realidad social con una actitud crítica.

Por otro lado, las oligarquías o burguesías han introducido cambios en los contenidos curriculares en todos los niveles de la educación, los cuales han llevado a un descenso en la calidad educativa y han dado lugar a justificar sus acciones neoliberales de privatización de la educación, fortaleciendo el elemento ideológico que les permite legitimarse ante la ciudadanía por medio de un proceso de deformación al que se le está sometiendo a los estudiantes convirtiéndolos en intelectuales al servicio de la clase dominante.

Gramsci plantea a cerca de esta problemática que los intelectuales deben ser los mediadores entre la masa y la burguesía, para que la primera adopte una conciencia para si; y por consiguiente los estudiantes no sean intelectuales orgánicos, es decir fieles servidores a la clase dominante que mantienen y consolidan el status quo. En la misma línea, Dieterich expone “mientras el régimen garantiza los privilegios de los intelectuales académicos, estos se abstienen de generar teorías críticas y formar alumnos críticos que podrían perturbar el status quo. De esta manera, el profesor se convierte en un cura secular, cuyo desempeño se agota en los cánones y liturgias de la teología política del sistema”.

Es importante mencionar, que todo el proceso educativo se desarrolla dentro de la lógica de la “competitividad”, propia de las élites explotadoras nacionales e internacionales, que han implementado políticas educativas de privatización que limitan el acceso a la educación a las personas pobres que no tienen la capacidad económica para poder pagar un establecimiento privado, condenándolos a vivir en el analfabetismo.

Posibilidades de desarrollo para los jóvenes

Todo esto, forma parte de un proceso de “redescubrimiento” de América Latina que va cerrando el círculo de saqueo de nuestro territorio, principalmente de los recursos no renovables que tiene como consecuencia la pauperización de las condiciones de vida para las futuras generaciones, específicamente de los niños, adolescentes y jóvenes.

Por otro lado, las políticas neoliberales están empobreciendo a la población a paso acelerado y provocando que nuestros compatriotas jóvenes se conviertan en el mejor producto de exportación de las élites parasitarias. Este sector de la población se ve en la necesidad de tener que dejar la patria en busca de un medio de subsistencia alternativo como única opción de sobrevivencia. Así, arriesgan su vida, enfrentándose a trenes de la muerte, muros de ignominia o a cazadores inhumanos de inmigrantes, además de tener que vivir en un ambiente de constante marginación y racismo, como también de explotación, haciendo trabajos inhumanos a cambio de salarios injustos.

Para Dieterich “el neoliberalismo es un sistema de dominación y acumulación que no ofrece una salida al futuro latinoamericano. Su inherente tendencia hacia la polarización de la riqueza social y la exclusión de las mayorías define su ciclo de vida como de corto a mediano plazo” .

Participación política de los jóvenes

Como corolario a todo lo anterior, no podemos dejar de denunciar la farsa que representan los procesos políticos, denominados “democráticos” por los explotadores. El papel de la juventud en los procesos políticos se reduce a pegar propaganda en las calles, afiliar personas para llenar un requisito del partido, objetos que ganan simpatía en los electores. La participación no se da realmente en los procesos políticos que implican el tener la capacidad para la toma de decisiones que respondan a las necesidades de la sociedad.

Lo que se denomina democracia en nuestros países no es más que un montaje que se realiza en cada momento electoral y se circunscribe a la acción de marcar una papeleta para votar por un candidato que no responde a las necesidades de los empobrecidos porque los partidos políticos son la mayor expresión antidemocrática que se pueda encontrar, representan los intereses de los pequeños grupos oligárquicos que les permite enriquecerse mediante el ejercicio de las funciones administrativas, sin que ese ejercicio signifique para el pueblo oprimido la más mínima mitigación de sus condiciones de miseria.

Quizá en el único espacio en que hallemos un germen democrático pero que debe transformarse para verdaderamente serlo son los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, conformados por el Consejo Nacional de Desarrollo-CONADE, los Consejos de Regionalización de Desarrollo-COREDES, los Consejos Departamentales de Desarrollo-CODEDES, Consejos Municipales de Desarrollo-COMUDES y los Consejos Comunitarios de Desarrollo-COCODES, estos Consejos surgen en la década de los 80s como una necesidad por parte del Estado y de las comunidades de impulsar el desarrollo urbano y rural que garantice la participación de la población en la identificación y solución de problemas y soluciones con el objetivo de descentralizar la administración pública.

El germen democrático se encuentra específicamente en los COCODES por tener una relación directa con la comunidad, ser elegidos por la comunidad, tomar decisiones sobre la solución de los problemas en la comunidad, y por estar al servicio de las necesidades de la comunidad.

Es importante mencionar, que los Consejos son utilizados por el Estado para legitimarse, transmitiéndoles las responsabilidades y los costos que este debe asumir, pero que no lo hace. Si bien es cierto, que tienen personería jurídica también es cierto que sus funciones están en relación a las exigencias de las autoridades del Estado y que, por ende, no toman decisiones que se salgan de los parámetros socialmente establecidos.

En síntesis, para los jóvenes, como para el pueblo explotado en general, no es posible participar en la toma de decisiones porque no hay estructuras que se lo permitan ni la voluntad política por cambiar esas circunstancias. Ser joven es desesperanzador en estas sociedades y la desesperanza juvenil es un caldo de cultivo para la drogadicción, el alcoholismo, la práctica sexual irresponsable y las pandillas juveniles.

Todo lo anterior, es producto del desarrollo de un proceso histórico, enmarcado desde la conquista hasta la Independencia y desde ésta hasta nuestros días Como resultado, se tiene un Estado autoritario, excluyente, dependiente económica y políticamente que no ha respondido al desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción que permitiría el desarrollo económico y la democratización política. Una de las razones fundamentales que explica esta falta de desarrollo y democratización es la desigual distribución de la riqueza entre las personas, los ricos haciéndose más ricos y los pobres más pobres, debido a la explotación.

El futuro de la juventud centroamericana lo escribimos aquí y ahora…

En Guatemala de la posguerra, de ruptura del tejido social, de desapariciones forzadas, de represión, de políticas de tierra arrasada, de genocidio, de exilio, de aniquilamiento de ideas democráticas, progresistas y revolucionarias, de traiciones y un sin numero de flagelos, las nuevas generaciones nos encontramos dentro de una serie de vacíos y confusiones. La confusión principal nos asalta cuando reflexionamos y concluimos que esa paz firme y duradera de la que se hablaba en el contexto de la firma de los “acuerdos de paz” es una farsa para los empobrecidos guatemaltecos.

Los años cercanos a 1996, año en que se firmaron los “acuerdos de paz” en Guatemala, la sociedad atravesó en este momento la crisis ideológica más profunda de la ultima década del siglo pasado. En principio se planteó que los Acuerdos creaban posibilidades objetivas de cambio, pero a la vez se tenía cierto escepticismo porque no se visualizaba la fuerza suficiente por parte de los actores protagonistas para alcanzar los cambios a que aspiraba el pueblo.

La mayoría de la población guatemalteca vive desconectada de la realidad por las armas ideológicas que ha utilizado y continúa utilizando la burguesía, con el objetivo de cultivar la indiferencia y la pasividad ante los problemas sociales que la aqueja, como la pobreza, el analfabetismo, el desempleo, la mortalidad, etc. Una de las armas más poderosas que tiene la burguesía son los medios de “comunicación” inyectando el individualismo en la población permanentemente.

Por otro lado, el asesinato generalizado y selectivo de hombres y mujeres, los desalojos violentos de campesinos que ocupan fincas ante la falta de tierras para vivienda y cultivar para así satisfacer en mínima parte sus necesidades básicas se ha penalizado y criminalizado, la corrupción, la demagogia, la pobreza y la pobreza extrema, la reducción del Estado, la falta de justicia social, todos ellos se han convertido en algo normal y cotidiano, que reflexionar sobre ello equivale a herejía.

Durante los últimos años la violencia contra los niños y jóvenes, que se caracterizan por su nivel de vulnerabilidad incrementó significativamente, sólo “el total de homicidios en el 2005 fue de 2,289 ocurridos en el país de Guatemala, el 18% de las victimas fueron niños, niñas y adolescentes, lo que se considera extremadamente alto porque representa casi una quinta parte de las personas muertas por razones de violencia en un año”. Es lamentable que las muertes violentas estén enfatizadas hacia la población joven específicamente a través de la aplicación de una política de “limpieza social” que se ha concretizado con las ejecuciones extrajudiciales.

Un ejemplo de lo anterior, ha sido la muerte de jóvenes que aparecen muertos en las calles, en donde las organizaciones del sistema de justicia no han podido dar una respuesta creíble a tales acontecimientos, más que la de la lucha por el poder que se da entre pandillas por el territorio. Sin embargo, es evidente que esta ha sido una hipótesis que el Estado ha planteado, las organizaciones de Derechos Humanos han realizado diversos estudios que han demostrado que el Estado ha intervenido directa y sistemáticamente.

Es importante mencionar, que ésta no es la única forma de violencia ejercida contra esta población, sino que también existe otra, de la que poco se habla como una forma de violencia, que es la mortalidad infantil y la desnutrición, “en agosto del mismo año el periódico reportó que 90,000 niños y niñas menores de 5 años mueren anualmente en el país, el 49% por causa de hambre crónica y la desnutrición” lo que evidencia claramente como el Estado garante de la vida, mata diariamente a niños y niñas futuros jóvenes violando abiertamente dicho derecho.

Todo lo anterior, denota claramente el fracaso de la política neoliberal que se traduce en el achicamiento del Estado, el individualismo y la privatización que no es más que un simple y vulgar reformismo a la política liberal; en tanto que no ha logrado dar respuesta ni siquiera a los principales problemas sociales que aquejan a la mayoría de la población.



Además, la falta de espacios democráticos y progresistas, la debilidad de las organizaciones que se identifican como izquierda, la falta de discusión y reflexión consciente así como la inexistencia de un programa político nacional, son condiciones esenciales que no permiten la emancipación de la clase trabajadora guatemalteca y por ende de la juventud.

Algunos instrumentos políticos que se consideraban una alternativa, se han embarcado en acciones electoreras, que lamentablemente parece ser su máxima aspiración. Llegar al poder en las condiciones actuales, es decir que los instrumentos políticos no se involucran en la lucha popular, representando un peligro no sólo para los partidos y el movimiento popular débilmente organizado, sino también para el pueblo en general. Las razones son: a) al no estar la fuerza popular mejor organizada y con un alto grado de conciencia por lo menos su dirigencia, el partido en el poder tendrá que negociar con el poder económico y se tirarían por la borda los cambios que el pueblo espera y, b) como efecto se da un retroceso en la credibilidad de los instrumentos políticos y los movimientos populares acompañantes en lo electoral.

Sin embargo, a pesar de todas las contradicciones endógenas y exógenas la construcción de un futuro para todos es posible desde la juventud centroamericana crítica y comprometida. Como bien lo dijo Bloch, “esperando no un mundo mejor, sino el mejor de los mundos, la utopía en algo final. En donde la historia no es más que la superación de lo viejo, como paraíso que promete la Biblia, solo que en este caso es un paraíso que esta en la tierra y es perfecto”. Esta construcción debe empezar aquí y ahora desde la juventud centroamericana dispuesta a luchar por la unificación centroamericana y sociedades igualitarias.

Propuesta de la Juventud Socialista de Guatemala

Es imposible construir una propuesta integral sin tomar en cuenta la relación dialéctica que existe entre la teoría y la praxis, puesto que la primera es un instrumento para transformar la realidad, y no un instrumento para contemplarla pasivamente.

Estamos conscientes como jóvenes socialistas que el estado de cosas antes descrito no va a cambiar sin que nosotros tengamos una participación directa y activa en su transformación, por lo que identificar este estado solo es el primer paso aunque indispensable en el proceso que nos llevará alcanzar el cambio profundo necesario para todos, pero fundamentalmente para la clase trabajadora explotada y marginada.

Por esta razón, nuestros aportes están fundamentados en la propuesta siguiente: a) construir un espacio de formación política e ideológica para lograr que la clase trabajadora transite de ser clase en sí a clase para sí, b) lograr la organización del pueblo que permita vencer a través de la unidad la desigualdad social, y c) la lucha de clases en la búsqueda de la transformación de la base económica, política y social con el fin de abolir las clases sociales.

Estos tres elementos: formación política e ideológica, organización popular y lucha de clases se encuentran en una relación dialéctica que crea la necesidad de avanzar en los tres simultáneamente.

Por el momento solo podemos oponer un proceso de formación de conciencia de la clase trabajadora, es decir la alfabetización política; en donde los jóvenes pertenecientes a la clase explotada puedan entender y explicar la problemática que les toca vivir y asumir de una forma crítica y comprometida el reto que tienen en la transformación de la misma. El objetivo es dejar de pensar en términos hegemónicos para sacudirnos el yugo de la opresión, y por lo tanto lograr el desarrollo de nuestro potencial individual y colectivo.

El problema de la falta de unidad de la clase trabajadora guatemalteca es histórico; por tal motivo la organización popular es otro de los elementos sobre los que hemos reflexionado constantemente en nuestros espacios de formación, por considerarla fundamental en la transformación y/o construcción de una nueva sociedad en la que la desigualdad social no exista. Resaltamos la importancia de trabajar conjuntamente en esfuerzos regionales en la organización de la clase trabajadora centroamericana por encontrarse en condiciones laborales similares y porque la historia nos ha demostrado que la unidad es uno de los cimientos que ha coadyuvado a la liberación de los pueblos oprimidos.

Esta transformación y/o construcción se debe realizar a través de la acción consciente de las masas en general, y de la juventud en particular quienes somos los sujetos, en ultima instancia, que debemos asumir la responsabilidad de concretizar una sociedad igualitaria, que mejore las condiciones de vida objetivas y subjetivas de las personas, no sólo a nivel político, sino también a nivel económico y social. En esta sociedad el principio rector debe ser “a cada quien según sus capacidades y a cada quien según sus necesidades como ya lo expuso Marx en el Manifiesto Comunista”.

Consideramos que la única forma de quebrantar el modelo capitalista precedido por la burguesía, es estructurar entes políticos cuyo fin sea hacer la revolución con el objetivo de darle el poder al pueblo a través de la transformación de las relaciones sociales de producción que solo se puede dar por medio de la lucha de clases.

Sin la transformación de dichas relaciones y sin un nivel de organización popular no hay viabilidad para ningún proyecto de contenido integral.

Como jóvenes socialistas no podemos asumir como propias las actitudes de la burguesía nacional e internacional; al contrario, debemos asumir la esperanza de un futuro mejor con una actitud positiva, reflexiva, crítica y constructiva.

En cuanto a los procesos hegemónicos, consideramos que es posible y razonable llevar a cabo las transformaciones, aún cuando el proceso sea complejo. Creemos que es indispensable que como jóvenes socialistas cobremos conciencia de nuestra situación, así como de nuestras fortalezas y nuestras debilidades para afrontar los retos que se nos presentan en el presente y poder de esta manera ofrecerle al pueblo un futuro más digno y justo.

Para concluir, valoramos el esfuerzo y el trabajo que ha realizado y continúa realizando la Coordinadora Mesoamericana de la Juventud-CMJ-. Hacemos nuestra la responsabilidad de contribuir a su consolidación y desarrollo; al mismo tiempo planteamos la necesidad y la urgencia de elaborar conjuntamente una base programática centroamericana que oriente nuestra lucha y potencialice nuestras fortalezas frente al neoliberalismo y todas las secuelas de miseria y sufrimiento que nos ha dejado.

Autores: María Antonieta Cordón, Juan Noj y Carlos Itzep

Los retos de la juventud en el contexto de las ideologías políticas en el siglo XXI

TEGUCIGALPA - Para hablar sobre los retos de la juventud frente a las nuevas ideologías políticas primero tenemos que caracterizar que es política, que son las ideologías políticas y cual es el contexto en cual interactuamos. Así podemos definir posteriormente los retos.

Comencemos por caracterizar la política

La política es término muy familiar para todos y todas. No obstante, ello no significa que quienes lo usan realmente lo entiendan. La política es un concepto dotado de diversos sentidos según sea el ámbito y el momento en que se aplica ( Ej. La política como control sobre las personas y recursos, la política como actividades desarrolladas desde un sistema de instituciones públicas,etc).

Un concepto más o menos aceptado por los teóricos políticos es aquel que la ve como aquella práctica que se ocupa de gestionar, de resolver los conflictos colectivos y de crear coherencia social, y su resultado son decisiones obligatorias para todos. Este concepto se sustenta en la existencia de conflictos sociales y de los intentos humanos por sofocarlos o para regularlos.

El origen de los conflictos se sitúa en la existencia de diferencias sociales, que se convierten a menudo en desigualdades, puesto que no todos los miembros de la comunidad tienen acceso a los mismos recursos intelectuales, políticos, económicos etc.

La política puede, entonces, asemejarse a un seguro colectivo que las comunidades asumen contra la amenaza (más o menos probable) de un derrumbe del edificio social. Mirando desde una perspectiva más positiva, la política se vuelve en la garantía de que la cohesión de este edificio social persistirá, por que las tensiones provocadas por los desequilibrios y desigualdades internas de este serán reguladas de un modo suficientemente aceptable para el mayor numero de miembros del colectivo.

Si la política es ese seguro colectivo que compramos, sometiéndonos a las decisiones, normas o leyes que emanan del ejercicio político para evitar el derrumbe social, ¿qué son las ideologías políticas?

Podemos encontrar múltiples definiciones de lo que es una ideología política aquí se incorporan algunas:

Las ideologías políticas son respuestas teóricas a situaciones históricas concretas partiendo de una visión universal del ser humano y de la historia, una cosmovisión, normalmente concebida intelectualmente en base a las opiniones de los pensadores políticos.

En otras palabras las ideologías políticas son los diferentes tipos de respuesta o soluciones que damos a una situación histórica por la cual transitamos. Por ejemplo si se le consulta cómo solucionar el problema de la pobreza, no es la misma respuesta de una persona marxista a una persona neoliberal. Toda acción política debe estar inspirada en una ideología; en otras palabras toda práctica (o sea política) debe de estar fundamentada en una teoría (Ideología).

La ideología opera hoy plenamente. Uno de los tópicos que se puso de moda desde la desintegración del socialismo, a fines de la década de los 80s, fue que la era de la ideología se había terminado. Decían que vivimos en una época postideológica, pragmática, en la que la economía es una cuestión de expertos. Desde ese momento no se cree más en las grandes ideologías.

Creo que eso no es verdad. Los 90s fueron los grandes años de la utopía liberal capitalista, eso que Francis Fukuyama conceptualizó con la fórmula de "el fin de la historia". Eso fue una ideología en la que la experiencia ideológica nunca se vive como ideológica en sí. Es decir en los 90s los grandes capitales practicaron el neoliberalismo como corriente económica, pero a la vez, como ideología sin que ellos mismos lo aceptaran como tal.

Hay además un fuerte sentido simbólico en el 11 de septiembre de 2001, con el ataque a las torres gemelas se marca el final de esta ingenua utopía liberal. Lo que este hecho nos deja claramente evidenciado es que no existe un solo mundo el cual es homogéneo y que por ende no hay tal fin de la historia, Este hecho nos enseña que no todas las sociedades están dispuestas a entrar en el mismo saco, es decir no todo el mundo va a ingresar al canon de este mundo capitalista liberal y tolerante.

A pesar de todo, la gente continúa sin aceptar que la ideología está aún operativa. Especialmente hoy las elecciones políticas están mediadas por la ideología, y son presentadas como elecciones debidas al sentido común o a los conocimientos de expertos. Si se escucha a los economistas de hoy, pretenden hacernos creer que lo que ellos hacen es ciencia, como si la ciencia de la economía no tuviera nada que ver con la política, sino solamente con el movimiento de los mercados.

Pero si esto se analiza de cerca, hay ciertas presuposiciones políticas porque la economía nunca es simplemente pura economía. Y esto es de lo que debemos convencer a la gente: que la ideología funciona precisamente cuando es invisible, cuando uno no está atento.

Se preguntarán ¿pero de que nos sirve hacer esta pequeña caracterización y reflexión de que las ideologías están vivas y que tiene que ver con los jóvenes? A diario los jóvenes vivimos de acuerdo a un tipo de ideología sin saberlo. ¿En qué sentido? Un joven rebelde que se siente inconforme con el sistema, que cree en la justicia social, que no esta contento de vivir en pobreza y ver como los ricos se aprovechan de los bienes del Estado; un joven que esta descontento con que los servicios públicos se hayan encarecido por la privatizaciones. ¿Ese joven esta viviendo según que ideología?

Un joven que es indiferente a lo que pasa a su alrededor, que solo le interesa en aumentar sus bienes, la mayoría suntuosos, el cual no tiene ninguna sensibilidad social. ¿En que ideología lo colocarían ustedes?

Los estilos de vida de los y las jóvenes están denotando en la práctica algún tipo de teoría o ideología política ya que todas nuestras acciones y decisiones están enmarcadas en nuestra forma de cómo dar respuesta al momento histórico en que vivimos. Pero estas respuestas están muy vinculadas a la influencia del modelo a la situación o condición en que vivimos.

Por eso nos encontramos con una gran cantidad de jóvenes consumistas e individualistas. El modelo neoliberal predominante, a través de sus diferentes estrategias y con especial énfasis en los medios de comunicación, han introyectado a la juventud su forma egoísta de abordar la situación histórica que actualmente nos enfrentamos.

El descontento de muchos jóvenes con el mismo modelo nos ha hecho rebelarnos contra el sistema y construir modelos alternativos de abordar la realidad. Estos modelos se sustentan en los valores de la igualdad, la lucha de clases, la búsqueda de una distribución más equitativa de la riqueza, la equidad social y la solidaridad; elementos que nos sitúan fácilmente en el espectro de la izquierda con sus diferentes tonalidades.

El reto que se nos presenta es como movilizar a los y las jóvenes a tomar el poder de construir una sociedad mas justa y equitativa para todos.

Este reto es grande por que aunque hayan muchos jóvenes que se sitúen fácilmente en la izquierda hay muy pocos los que se deciden buscar como cambiar el modelo, y todavía hay menos los que se decidan a emprender acciones políticas ya sea mediante la incidencia (poder de la ciudadanía) y/o mediante la búsqueda del poder publico participando en los sufragios populares.

Esto presenta un gran reto ya que el ejercicio de la política, en especial la partidaria, esta muy fuertemente satanizada, debido a los actos vergonzoso de corrupción los cuales han estado a la orden del día.

El reto está en movilizar a esos jóvenes que están descontentos con el sistema y encaminarlos a verdaderas acciones políticas. El reto no está en que ellos se aprendan de memoria los diferentes tipos de ideologías ya que no se trata simplemente de izquierda democrática o neoliberalismo. Es algo mas fundamental: es decidirse entre la equidad, la justicia social, o los privilegios para los grupos de poder, es acentuar las desigualdades es vivir en un mundo egoísta y egocéntrico.

Las nuevas luchas deben comenzar con hacer entender a la gente que el modelo actual no es la solución y que debemos de transitar a un modelo más justo. Esta lucha debe de ser especialmente fuerte en la juventud.

¿Como emprender esa lucha? La organización genera conciencia, la conciencia genera posición, las posiciones generan acción. Es decir en la medida de que los jóvenes se organizan y analizan el contexto en que interactúa su organización se dan cuenta de que hay un conjunto de cosas que cambiar.

Por ejemplo un joven que forma parte grupo deportivo sabe por experiencia propia las condiciones en las cual practica su deporte y conoce bien las necesidades que tienen. Esa experiencia solo se pudo obtener por su participación dentro de esa organización. Dicha participación le genero conciencia de lo que pasa en su sector. Esta conciencia mueve a que una organización tan simple como lo es un club deportivo pueda movilizarse para exigir su derecho al esparcimiento y a una vida saludable.

Esta persona ahora sabe que para que pueda ejercer plenamente sus derechos es necesario cambiar las cosas. En la medida que contribuyamos a construir y/o fortalecer la organización de la juventud en sus diferentes expresiones estudiantiles, comunales, gremiales, juveniles, partidarios estaremos generando las bases para la construcción de una sociedad mas justa.

Autor: Samuel Zelaya Castro, coordinador del Foro Nacional de Juventud desde el 2006 y voluntario de la organización desde el 2000. Oficial de Desarrollo Político del Centro de Desarrollo Humano (CDH), Miembro del consejo asesor del informe de desarrollo humano 2006. Coordinador del programa de formación sociopolítica Agentes de Cambio de la Fundación Friedrich Ebert, Mario Licona. Coordinador de Incidencia del Sector de Tegucigalpa, Voluntario activo desde el 2003. Agente de Cambio de la promoción 2005, ha laborado como consultor en temas de juventud para la Escuela Agrícola Panamericana (ZAMORANO).

Foro Nacional de Juventud (FNJ)El Foro Nacional de Juventud es una instancia permanente de jóvenes que busca mediante la participación proactiva de la juventud, impulsar políticas públicas a favor de toda la población pero en especial para los mismos jóvenes.

Desde su nacimiento el FNJ ha desarrollado una gran cantidad de esfuerzos orientados a potenciar la participación y organización juvenil, impulsar políticas públicas a favor de la juventud, firmas de pactos municipales y presidenciables y el proceso de aprobación de la ley marco para el desarrollo integral de juventud.

Género y juventud, retos en el Siglo XXI

"El derecho a la libertad es una cuestión de género"

(Antonella Picchio, 2006).


SAN SALVADOR - El presente ensayo pretende mostrar la importancia de superar la influencia que las instituciones capitalistas y patriarcales ejercen sobre las y los jóvenes, mediante el fortalecimiento de la participación política de la juventud en el siglo XXI.

La primera parte del ensayo presenta en términos teóricos, cuál es el funcionamiento y la vinculación del modo de producción capitalista y el sistema patriarcal, mientras que la segunda parte aborda la situación de la participación política de la juventud en Mesoamérica como resultado de la dominación de ambos sistemas en la esfera ideológica.

MARCO TEÓRICO

Sistema patriarcal y sistema capitalista
En este trabajo se entenderá por “género”, las características que se asignan a uno u otro sexo en una sociedad determinada y que condicionan la identidad de las personas. Se refiere a cómo éstas se definen a sí mismas a partir de la interiorización de los roles que de acuerdo a las ideas imperantes, les corresponden. Esto es importante precisamente para desmitificar la idea que “género equivale a mujer”.

El género, siendo un atributo social, responde a las características del contexto específico de que se trate. Por ello, pese a que es una categoría que ha estado presente en los distintos sistemas económicos (esclavismo, feudalismo, capitalismo), el género femenino y el género masculino, han sufrido transformaciones a lo largo de la historia. No obstante, según las Feministas Socialistas “la mujer ocupó un lugar subordinado a lo largo de la historia, y esto no solamente a partir del capitalismo. El surgimiento de la opresión sobre la mujer, dentro de lo que conocemos como patriarcado, coincide también con el surgimiento de la propiedad privada y los primeros estados”.

Asimismo, si nos enfocamos específicamente en el papel que juegan los hombres y las mujeres en las sociedades capitalistas, veremos que las relaciones patriarcales no solo son la base para la existencia del sistema capitalista, sino que a la vez, la dimensión de género se readecua a las necesidades del sistema económico.

Género, Producción y Reproducción Capitalista

Las características típicas asociadas al género femenino han estado vinculadas al ámbito de lo privado: la realización de labores domésticas, el cuidado de los hijos e hijas y la atención al esposo o compañero de vida. Por el contrario, al género masculino le corresponde proveer los recursos para el funcionamiento del espacio doméstico, lo que se logra mediante el trabajo productivo.

Según la teoría marxista, el trabajo productivo es aquel que - valga la redundancia - se realiza en la esfera de la producción. Por otro lado, el trabajo que se realiza en la esfera doméstica se considera trabajo reproductivo.

¿A qué se refiere el término “trabajo reproductivo”? Es aquel que permite la reproducción de la fuerza de trabajo. Una mirada de cómo funciona la explotación en el modo de producción capitalista nos ayuda a entender mejor el significado de este término.
Un trabajador o trabajadora crea en una misma jornada de trabajo, una cantidad de valor mayor al que el capitalista le paga como salario. Esto permite que el capitalista obtenga una ganancia, apropiándose de una parte del valor creado por la fuerza de trabajo. Esta apropiación de trabajo excedente se denomina “explotación”, y ésta se da en la esfera productiva.

Sin embargo, para que el capitalista pueda “explotar” a sus trabajadores/as, es necesaria la reproducción de la vida de estos/as. Para que se pueda producir esta ganancia, “debe haber alguien” (las mujeres) que se encargue de manera gratuita, de cocinar para los trabajadores/as, de lavarles la ropa, etc., porque de lo contrario, el salario que el capitalista les pagaría debería ser mayor, dado que tendrían que pagar a alguien por dichos servicios, de manera que pusiesen seguir asistiendo a trabajar diariamente.

Asimismo, la reproducción de la fuerza de trabajo futuro también está bajo el cargo de las mujeres, porque los niños y niñas son precisamente quienes al crecer, se convertirán en empleados/as del gran capital.

El capitalismo necesita de la realización del trabajo doméstico tanto para producir diariamente, como para reproducirse en el tiempo, por lo que le es indispensable que haya personas a las que les corresponda “por naturaleza” encargarse de ello.
Las maquilas: incorporación de las mujeres a la esfera de la producción como respuesta al cambio en el patrón de acumulación capitalista

El término “acumulación capitalista” hace referencia a la reinversión de la ganancia obtenida por los capitalistas en el proceso de producción, por lo que un cambio en este patrón de acumulación significa una reorientación de esta inversión. Para ejemplificar la readecuación de los roles de género a las necesidades del capital, tomaremos el caso de las empresas maquiladoras.

En la actualidad, la maquila representa la estrategia del gran capital de segmentar el proceso de trabajo. Esto significa que los distintos momentos del proceso de producción se realizan, paralelamente, en distintos países y permite a la empresa “aprovechar” la utilización de fuerza de trabajo barata en diversos territorios. Como parte del avance de esta forma de producción, se ha ido dando una mayor incorporación de las mujeres a la esfera productiva. Este nuevo rol asumido por las mujeres se deriva, en parte, a factores como:

Una alta proporción de la actividad maquiladora pertenece a la industria textil, y las actividades de confección han sido consideradas tradicionalmente como femeninas.

La contratación masiva de mujeres en estas industrias tiene relación con la idea del hombre como proveedor. Esto explica el bajo salario que, en este contexto, es únicamente un complemento del salario de los hombres.

Es importante resaltar que estos factores condicionan la oferta y la demanda de trabajo, ya que tanto la identidad de las mujeres, como las características que según los empleadores, se requiere para esos puestos de trabajo, han sido construidas en base a ideas sobre “lo femenino” y “lo masculino”.

Lo anterior no resta importancia a la salida de las mujeres al ámbito público y a la independencia económica de las mujeres con respecto a los hombres. De hecho, esta incursión de las mujeres en la esfera productiva representa un aspecto importante para su empoderamiento. Pero es necesario resaltar que las condiciones en que esta incursión se está llevando a cabo no en todos los casos constituye una mejora en la situación de la población femenina. Prueba de ello es que las actividades domésticas siguen siendo parte del rol femenino, por lo que se está dando para ellas una sobrecarga de trabajo. En otras palabras: “el acceso a los espacios considerados tradicionalmente masculinos no es suficiente para tener visibilidad, acceder al poder, ni mucho menos garantizar la equidad. En los discursos contradictorios, a partir de los cuales fundamentalmente las mujeres y la gente joven están (re)construyendo su identidad, se encuentran y confrontan diversos esquemas en los que persisten las ideas hegemónicas respecto a la imagen de la mujer y el hombre, y a su vez se contraponen las subjetividades que se crean en los espacios de resistencia de la colectividad.”





IDEOLOGÍA CAPITALISTA Y PATRIARCAL VRS. ORGANIZACIÓN JUVENIL EN MESOAMÉRICA

En el presente apartado se procura hacer visibles algunos aspectos que, desde nuestra perspectiva, corresponden a la situación real actual de la juventud mesoamericana; no obstante, la poca existencia de estadísticas que refuercen el análisis, constituyen una fuerte limitante para el mismo.

Decíamos anteriormente que la categoría género es interiorizada por las personas, de manera que se llega, a partir de ello, a definir una identidad de las mismas. Esta interiorización comienza desde que los niños y niñas nacen, sin embargo, el medio en que cada una/o se desarrolla tiende a reforzarla.

Para entender de mejor manera este tema, nos parece interesante observar un esquema que se presenta en un documento elaborado por la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida, LAS DIGNAS, en el año 1999:










Cuerpo Sexuado




La visión psico-social del cuerpo de la mujer es visto de dos formas como un cuerpo maternal (Virgen María), el cual es catalogado como normalmente positivo y que está dispuesto al cuido de los demás ya que es educado para la maternidad. Mientras, que por otro lado es visto como un cuerpo erótico (Eva), concebido como normalmente negativo y muy apreciado por los hombres (coquetas, provocadoras), por lo tanto es catalogado como que el cuerpo no les pertenece y que es para los hombres.

En cuanto a la visión psico-social del cuerpo de los hombres, éste es visto de una sola manera: es importante por si mismo, posee realización personal y fuerza física por naturaleza y tiene el derecho al placer.

Esto a partir de una figura presentada por Las Dignas en 1999. (nota: por cuestiones técnicas no se puede ilustrar)



La figura muestra básicamente dos elementos: El cuerpo de los hombres les pertenece a ellos mismosEl cuerpo de las mujeres no les pertenece a ellas, es para las y los demás.

Son estas las ideas bajo las cuales las y los jóvenes van formando su identidad sexual, y las diversas instituciones existentes en las sociedades capitalistas y patriarcales, tales como iglesias, medios de comunicación, partidos políticos, etc., se encargan de categorizar a estas ideas como “valores”. Ejemplo de ello son las revistas creadas para las adolescentes de clase media, en las cuales se promueven los patrones de consumo de los estratos altos de la sociedad, como instrumentos “necesarios” para ser apreciadas por los hombres.

Cabe resaltar por otro lado, que el tipo de hombres con quienes las adolescentes estarían buscando tener una relación es precisamente este hombre que pueda ejercer control y poder sobre ellas. “Es a fin de cuentas un modelo de masculinidad hegemónica, donde la dominación, el control, la autoridad, la independencia, la seguridad personal, la doble moral y el desprecio a los valores considerados femeninos como la ternura, la sensibilidad y la emotividad, son elementos predominantes en la propuesta para la configuración de la identidad de los varones y de las relaciones que establecen con respecto a otros hombres y a las mujeres, que incluye a la pareja, por supuesto, y se extiende a las hermanas y otras mujeres de la familia.”

En fin, “los medios masivos reproducen y promueven una visión del mundo, de los valores, las actitudes, las prácticas sociales, los modelos de comportamiento acerca del ser y deber ser en función de un orden social.”

Otro ejemplo de la influencia de las instituciones como instrumentos de dominación ideológica en la sexualidad de las y los jóvenes es el papel que juegan las iglesias en cuanto al combate de la problemática de los embarazos adolescentes. Observemos algunos datos sobre la actividad sexual de las jóvenes salvadoreñas:

Según los resultados de FESAL-98, el 48.8% de las adolescentes entre 15-24 años había tenido experiencia sexual. En el grupo de las menores de 19 años al momento de la encuesta, ya tenía experiencia sexual el 30.9% y en el grupo de las de 20 a 24 años, el 69.9%.

Para 1998 la edad promedio de la primera relación coital para las adolescentes de 15 a 24 años fue de 16.4 años, 15.3 años para las menores de 20 y 17.0 para las de 20 – 24. Una evidencia de que las relaciones se inician hoy día a más temprana edad es que si se toman a las adolescentes que en 1998 tenían de 20-24 y que tuvieron su primera relación antes de los 20 años, se obtiene un promedio de edad de inicio de 16.4 años.

Los datos anteriores muestran que las y los jóvenes están teniendo relaciones sexuales a temprana edad; pese a ello, las iglesias siguen reprimiendo el uso de anticonceptivos. El estudio consultado no presenta datos sobre el peso que este “mandato” religioso tiene sobre las adolescentes al momento de iniciar su vida sexual; sin embargo, nos atrevemos a decir que esta postura ante el uso de métodos anticonceptivos, resta importancia a los obstáculos que un embarazo no planificado puede tener en la vida educativa, laboral y social de las y los jóvenes (pero sobre todo de las mujeres).

De hecho, de los embarazos adolescentes se deriva cierto grado de riesgo de deserción escolar de las jóvenes, lo cual limita a la vez, sus posibilidades de accesar a actividades laborales con una adecuada remuneración. Según Espíndola y León (2002), las necesidades familiares (embarazo, maternidad y quehaceres domésticos) constituyen una causa de deserción escolar para el 5% de los jóvenes de 15 a 19 años de edad en El Salvador; mientras que para el mismo rango de edad, el 49% de las jóvenes salvadoreñas abandonaron sus estudios por dicha causa en el año 1999.

La relevancia de lo planteado anteriormente en cuanto a la participación de las mujeres jóvenes en espacios de organización política, es que, la estructura institucional que refuerza en el plano ideológico al sistema capitalista-patriarcal, pone diversas barreras a la participación ciudadana de las mujeres. Instituciones como las iglesias y los medios de comunicación, entre otros, logran distraer a las mujeres jóvenes de la vida política mediante la validación del rol de género de éstas.

Asimismo, para el movimiento social (a excepción del movimiento de mujeres y feminista), no ha sido prioridad la organización de las mujeres, ni tampoco suelen levantar como parte de sus banderas de lucha, las reivindicaciones femeninas. En ese sentido, uno de los grandes retos de las organizaciones juveniles, como sujetos en la construcción de un mundo más justo, es precisamente la organización de las mujeres jóvenes.

Para sustentar estas afirmaciones, podemos citar el estudio “La situación de la mujeres en El Salvador”, realizado por el Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) y el Movimiento de Mujeres en El Salvador, en marzo del año 2000: “en términos generales, las mujeres participan menos que los hombres en las organizaciones de la sociedad salvadoreña. Un 77.6 por ciento de la población salvadoreña no participa de ninguna organización o asociación. Del 22.4 por ciento de las personas que participan, pertenecen en mayor medida a una organización religiosa (15.1 por ciento) y sólo pequeños porcentajes afirmaron participar de alguna política, comunitaria o gremial entre otras. Las mujeres participan en organizaciones religiosas en un porcentaje un poco mayor que los hombres, pero éstos a su vez pertenecen en mayor medida que la población femenina a asociaciones políticas, comunitarias o gremiales. ”

“NO SE PUEDE HACER LA REVOLUCIÓN SIN LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES”

Previo a hacer propuestas de acción, queremos hacer énfasis en una pregunta: ¿Le conviene al sistema capitalista que las mujeres se organicen? Obviamente no. Si las tantas mujeres que realizan trabajo productivo se incorporan a la lucha de los sindicatos, peligra la acumulación de capital en actividades como la maquila, que como mencionamos anteriormente, constituyen el nuevo patrón de acumulación capitalista. De igual manera, si las mujeres dejan de realizar de manera gratuita las actividades de reproducción de la fuerza de trabajo, se estaría poniendo en peligro la reproducción, y por lo tanto, la existencia del mismo modo de producción. Entonces, la participación activa y propositiva de las mujeres, y desde las mujeres, es INDISPENSABLE para luchar contra un sistema injusto.

Propuestas de Acción Juvenil en Mesoamérica

A partir de lo anteriormente expuesto puede afirmarse que las organizaciones juveniles deben por lo tanto promover la organización política de las mujeres jóvenes, y para ello es necesario que éstas se sientan representadas por las mismas.

En este sentido es fundamental que las organizaciones juveniles muestren mayor apertura para la discusión de temas como: género, feminismo y masculinidad, entre otros, de manera que poco a poco estos conceptos vayan siendo desmitificados desde la propia experiencia de las y los jóvenes.

Como parte de dicho proceso, se pueden impulsar estrategias enfocadas a tratar temas que afectan directamente a las mujeres jóvenes, tales como la violencia de género en los ámbitos familiar, educativo, laboral, etc.

Otra propuesta de acción que podría impulsarse es la de ir eliminando la utilización de instrumentos simbólicos o leguaje con contenido sexista, tanto en la vida diaria de las y los jóvenes organizados, como en las actividades públicas.

Asimismo, se deberá incorporar la perspectiva de género en las investigaciones realizadas por las organizaciones de jóvenes.

Este proceso deberá constituir entonces, un compromiso real de parte las organizaciones de jóvenes y de su militancia, de visualizar como “el enemigo”, al sistema capitalista-patriarcal, e irse despojando de la idea de que mejorar la situación de género en nuestras sociedades es una lucha secundaria.

“Las mujeres debemos participar en política no porque seamos mejores que los hombres, sino porque es justo”
(Rebeca Grynspan, 2006)

Autora: Julia Aguilar, economista y feminista salvadoreña.
Activista del movimiento de mujeres desde el año 2002. Colaboradora en la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida (LAS DIGNAS) entre 2002 y 2004, en los programas: “Justicia Económica para las Mujeres”, “Derechos Sexuales y Reproductivos y una vida libre de violencia” y “Educación No Sexista”. Ha sido fundadora de algunos esfuerzos de organización juvenil; entre ellos, el Colectivo de Universitarias “Delfina Góchez”, desempeñando el cargo de Secretaria de Comunicaciones, y el Colectivo UTOPÍA, siendo miembra del Equipo Coordinador del mismo. Actualmente trabaja en el Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL), organización no-gubernamental en la cual se encarga del diseño, preparación y ejecución de talleres populares para el fortalecimiento sindical en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Pertenece además al Grupo de Género, acroeconomía y Economía Internacional para América Latina y el Caribe (GEM-LAC), red de economistas feministas latinoamericanas.

Referencias bibliográficas

Agrupación Juvenil ¡Ya Basta! “8 de marzo: Día Internacional de la Mujer. Todos a la Catedral”http://www.mas.org.ar/ya_basta/dia%20de%20la%20mujer.htm

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