lunes, 26 de noviembre de 2007

Somos los herederos de una larga tradición de lucha y resistencia revolucionaria

Debo decir que la tareas de la juventud en general y de las uniones de la juventud de comunistas y otras organizaciones semejantes en particular, podrían definirse en una sola palabra: Aprender.Lenin.

Diagnóstico de la situación política y social de los jóvenes mesoamericanos

SAN SALVADOR - Los jóvenes mesoamericanos nos hemos convertido en los herederos de una enorme tradición de lucha revolucionaria; somos y seremos actores de la resistencia y los procesos de cambio de los pueblos mesoamericanos.

A partir de la ejecución del llamado neoliberalismo, que no es otra cosa que el capitalismo salvaje, los países dependientes han tenido que pagar en términos prácticos todas y cada una de las contradicciones económicas de los países imperialistas. El desempleo, la sobreproducción, la saturación del mercado de cada uno de los países llamados del “primer mundo” lo sufren los trabajadores e hijos de trabajadores.

En Centroamérica, la situación no ha sido diferente; las medidas que se han tomado con las apertura de las fronteras y la privatización de las empresas estatales, ha significado más miseria y descomposición de la sociedad.

Dentro de esta crisis económica y social podemos ver que uno de los eslabones más débiles en toda esta cadena de explotación es precisamente la juventud.

El desempleo que afecta a la región ha llevado a una explosión del crecimiento de la economía informal. Los ejemplos más representativos son los casos de Costa Rica y Panamá los cuales crecieron en un 41.8% y 41.6% respectivamente (OIT, Panorama Laboral 2005 América Latina y el Caribe, Lima, 2005).

El producto de esta política para la región Latinoamericana ha sido el incremento de la pobreza de una forma brutal; en 2005 ya se contabilizaban 301 millones de personas en estado de pobreza en todo el mundo.

Las consecuencias trascienden a cada uno de las esferas de la sociedad. Los golpes que se han lanzado a la educación, tratando de privatizarla, la descomposición de las familias, la falta de alternativas culturales y de recreación, etc., traen como consecuencia el hundimiento de la juventud en una dinámica de sobrevivencia y alejamiento de toda concepción creativa o reconstructiva.

La oposición al sistema económico capitalista se basa precisamente en estos hechos. La juventud ha jugado un papel muy importante luchando en contra de todas estas medidas que han causado esta miseria.

La juventud como un ente revolucionario

Dentro de los retos que se plantean para la juventud está la necesidad de luchar por consolidar las conquistas, las cuales se han ganado a partir de las luchas históricas, por ejemplo, la posibilidad de acceder a una educación publica, laica y de calidad, por la necesidad de recuperar y construir los espacios democráticos para los jóvenes, la libertad de expresión, etc.

El primer reto de la juventud organizada es la formación de otros jóvenes; tarea que se nos hereda de los y las primeros-as hombres y mujeres que ofrendaron su vida al proceso revolucionario.

La lucha contra la colonización, las guerras de independencia y las revoluciones del siglo XX como la lucha de Villa y Zapata en la Revolución mexicana, Sandino en la nicaragüense o Farabundo Martí en El Salvador, son muestra de ello. En este último caso la lucha de los trabajadores, que exigían una vida mas justa, fue respondida por una de las más sangrientas masacres asesinando a 30 mil campesinos e indígenas en tan solo 3 meses en el año de 1932, en la guerra civil de la década de los 80’s murieron 70 mil personas, cifras alarmantes para un país tan pequeño.

Las conquistas que mantenemos el día de hoy en nuestros países latinoamericanos como pueden ser las reformas agrarias, la educación pública, los derechos laborales, etc. Son producto de estas luchas y de esta sangre derramada por nuestros pueblos.

Tenemos que elevar estas consignas democráticas para trascender de la luchas por las reformas a la lucha por el socialismo. Los retos del pasado se tienen que enlazar con los retos del futuro, culminando la tarea de construir una sociedad justa.

Para esto, los jóvenes mesoamericanos debemos tener un instrumento que nos permita perfilar las luchas planteadas, es por esto la necesidad de una organización juvenil que se pueda consolidar para dar una respuesta seria y concreta, contra los ataques que recibimos y la construcción de una sociedad justa.

Esta organización se tendría que plantear la máxima libertad en la discusión y la máxima unidad en la acción. Los jóvenes mesoamericanos no necesitamos limitarnos nada más a la discusión de los problemas, sino que vincularnos a la lucha directa por la solución de los mismos, realizando acciones coordinadas entre las diferentes organizaciones locales.

Se tendrá que proponer para esta organización un programa de reivindicaciones mínimas para la lucha que responda a las necesidades más sentidas de la juventud, así como objetivos a corto, mediano y largo plazo, vinculando las luchas coyunturales inmediatas por la de la transformación de la sociedad.

La necesidad de la recuperación de la identidad

Es necesario llevar una lucha permanente por la recuperación de las raíces de nuestros pueblos, lo que conlleva al rescate de nuestra identidad histórica que tiene a sus espaldas una enorme tradición cultural y política. Para que podamos lograr esto, tenemos que marcarnos como una tarea primordial el estudio de nuestra historia y recuperar todos y cada uno de nuestros héroes locales, aprendiendo de sus aciertos y errores. Esto nos permitirá replantearnos toda la transculturización que nuestros pueblos han vivido a partir de la globalización imperialista.

La juventud revolucionaria tiene que rescatar, además, las tradiciones y métodos de lucha de la clase obrera; que responden al marxismo revolucionario y que tienen su expresión más clara en la experiencia bolchevique y la revolución de octubre de 1917.

Estos cambios estructurales en la conciencia de nuestra juventud tendrá que pasar por un periodo de estudio y discusión, la cual nos llevará a que, en un momento determinado, todas estas hermosas raíces de nuestros pueblos mesoamericanos puedan levantarse como una bandera para la reflexión de nuestra identidad.

Esto no será una tarea fácil; los procesos de enajenación en el que el capitalismo nos envuelve son muchos, en todo el mundo la sociedad esta impregnada por un profundo sentimiento de malestar, el desarrollo de la tecnología bajo este sistema basado en la propiedad privada y el beneficio de un puñado de parásitos capitalistas, lejos de aliviar los males del ser humano los profundiza convirtiendo al trabajador en un apéndice de la maquina y al trabajo en una actividad ajena donde la vida inicia cuando se checa la tarjeta y termina la jornada laboral. Esto permanecerá mientras la producción no sirva al beneficio común, solo erradicando la propiedad privada de los medios de producción se acabará con la alienación de la sociedad.

Hoy encontramos en la mayoría de la juventud un desinterés por la participación activa en la transformación de la sociedad, pero esto no significa que sea un fenómeno homogéneo, es decir, y no hay ninguna razón para pensar que siempre será así.

La enajenación emanada de la dinámica de los procesos productivos, de la distracción social o alejamiento del interés de la participación y la renuencia a la participación política por parte de los jóvenes, en un momento determinado tiene que cambiar y nosotros podremos acelerar este proceso si contamos con una organización, con compañeros formados bajo las ideas revolucionarias del marxismo y si tenemos claras nuestras tradiciones como mesoamericanos.

La alternativa para la juventud

Los jóvenes mesoamericanos debemos construir espacios donde se plantee la necesidad de pasar por dos momentos, en nuestro proceso de lucha

1. Reconocer nuestro origen
Como un sector excluido, oprimido pero además explotado por el imperialismo y la oligarquía, es decir adquirir conciencia de clase. La dura experiencia de la vida, pero sobre todo la participación activa en la lucha de clases nos concientaza y las ideas del marxismo nos ayudan a comprender esto.

Para cambiar la realidad primeramente debemos comprenderla y comprender las tradiciones que identifican a nuestros pueblos y del cual formamos parte la juventud oprimida y explotada. En base a esto se debe trazar como tarea fundamental construir nuestra identidad, la cual nos permitirá la segunda tarea:

2. Transformar la realidad
Actualmente el sistema económico capitalista, excluyente e inhumana que ha sido impuesta a nuestros países, obliga al joven a convertirse en mano de obra barata (lo esclaviza) o lo lanza a los grandes sectores informales de la economía. Al que no le sirve lo aliena y a los demás los destruye, sumergiéndolos en un mundo de alcoholismo, drogadicción, y violencia vulgar.

La lucha de clases sigue siendo el motor de la historia porque al escudriñarla nos encontramos con pasajes largos de luchas libradas por nuestros indígenas contra los colonizadores (las grandes movilizaciones populares), contra los criollos, contra el imperio y en conclusión contra la gran burguesía sea ésta nacional o extranjera, algunas de éstas luchas eminentemente reivindicativas por la tenencia de la tierra las cuales han desencadenado en algunos casos en procesos de liberación nacional y luchas que nos encaminarán a la construcción de la patria grande.

Desde los inicios del siglo pasado nuestros pueblos han sido perseguidos y aniquilados por exigir reformas agrarias profundas que beneficien verdaderamente a los campesinos, derechos laborales para la clase obrera, vida digna para los jóvenes y el conjunto de nuestros pueblos, es decir, por la lucha de una sociedad justa e igualitaria, sin opresión y explotación; las cuales son base fundamental de la lucha por la construcción del socialismo en el mundo entero.

En este sentido no nos queda otro camino que librar la batalla por nuestras reivindicaciones propias como sector y vincularlas con las luchas del proletariado. El papel de la juventud en el proceso revolucionario y en la lucha de clases, es la de imprimirle la audacia y el dinamismo propio de los jóvenes.

Para poder transformar la sociedad necesitamos construir un instrumento que nos ayude a eso, tal como los marxistas y obreros rusos lo hicieron al crear el partido bolchevique, un partido que estaba integrado en su inmensa mayoría por jóvenes. Para ello necesitamos iniciar formando cuadros revolucionarios que comprendan y apliquen las ideas y los métodos del marxismo.

Hoy más que nunca sigue permaneciendo vigente los principios y tradiciones expresados en el documento escrito por Karl Marx y Friederich Engels “El Manifiesto Comunista” el cual podemos expresar en la consigna clásica “Obreros de todo el mundo UNÍOS”.

Autor: Gustavo Enrique Rodríguez Grande, miembro del Bloque Popular Juvenil

Dedicado a:Todos y todas las y los militantes, simpatizantes y colaboradores de nuestra organización. 2006, Año de la organización.

El Bloque Popular Juvenil es una organización político social revolucionaria de base y fundamentos marxista leninistas que está conformado por hombres y mujeres revolucionarias con un espíritu de lucha eminentemente joven que acepta y aplica su programa y estatuto.

Nuestros principios son:1. Teoría y práctica revolucionaria. 2. Ética revolucionaria. 3 .Humanismo revolucionario. 4 .Centralismo democrático. 5 .Educación popular liberadora. 6 .Identidad y soberanía nacional. 7 .Solidaridad e internacionalismo.

Este ensayo es el producto de la construcción colectiva, de las experiencias y lecciones de cinco años de lucha acompañando diversos sectores de la clase trabajadora salvadoreña, es la práctica de cada uno de los militantes del BPJ y el cúmulo de conocimientos sistematizados para la discusión y la construcción de las fuerzas motrices para la revolución.

“Sin teoría revolucionaria, no existe movimiento revolucionario” Lenin.

1 comentario:

Eliot Pacas dijo...

Bueno la jventud revolucionaria tiene el deber y derecho de incluirse a la realidad politica, social, cultural y todo aquello que conllebe a la realidad en la que viven. Para poder expresar su grado de acceptacion ante algun evento ocurrido que limimite sus libertades.

El joven revolucionario a demas de ser los proximos dirigentes de la revolucion tienen el deber de aprender toda teoria revolucionaria, como dijo lenin: "Sin teoria revolucionaria, no existe movimiento revolucionarios y viceversa". y asi como ellos tienen el deber de estudiar las teorias revolucionarias en alguien recae el enseñarles.

Hoy en dia pocos de los jovenes son los que se sientan a analizar y a debatir con profundida lo que son temas de realidad nacional, economica, social y muchos menos combatirlas. digo esto por que soy joven y se del pensamiento del joven y sus actitudes.