miércoles, 31 de octubre de 2007

Juventud, la destinada a cambiar el qué hacer de los partidos políticos

GUATEMALA - La participación en política partidaria es quizás la lucha peor vista dentro del movimiento de izquierda. Hay quienes afirman que no es la vía para alcanzar las transformaciones sociales. Sin embargo, la nueva coyuntura política en el Suramérica, con gobiernos como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, empujan a no descartar este método. De modo que, aunque para muchos es desagradable, es preciso que la juventud tenga claridad de cuáles sobre hacia dónde debe encaminar su lucha. Por tanto se hace necesario hacer una revisión de nuestra historia colectiva.

Juventud, heredera de la resistencia milenaria. Se dice que no podemos entender nuestro presente si no conocemos el pasado. Por esta razón, debe estar permanentemente en la memoria los hechos históricos que marcaron el rumbo de la historia de Mesoamérica y de Guatemala.

- La resistencia indígena en tiempos de la colonización: Cuando llegaron los españoles a Nuestra América, esta era habitada por pueblos indígenas. En la historia de Guatemala se conoce que los primeros pobladores pertenecían a diferentes culturas mayas: Kaqchiqueles, Chortís, Kichés, Q’eqchí’es, etc. Dichos grupos dieron las primeras batallas contra los colonizadores españoles que invadieron este territorio para imponer su dominio y su cultura.

- La revolución de octubre del 44: El 20 de octubre de 1944, en Guatemala se consumó una gesta popular revolucionaria, en la que grupos de jóvenes civiles y militares dieron de baja a un presidente militar que pretendía continuar con una serie de dictaduras, que tenían sumida a toda la población; principalmente, la población indígena, a la que no se le reconocían sus derechos fundamentales. Ni siquiera se reconocía su condición de ser humano. Aún persistían las prácticas esclavistas hacía los indígenas. Con el triunfo de esta revolución, se eligió democráticamente al primer presidente revolucionario, Juan José Arévalo. En este período se impulsaron cambios trascendentales como la reforma agraria, en la cual las tierras ociosas fueron entregadas a la población campesina y tanto las mujeres como los indígenas pudieron ejercer su derecho al voto, el cual les había sido siempre negado.

En esta etapa, Guatemala cobró protagonismo a nivel mundial. Las agresiones sufridas para destruir el proceso revolucionario, dirigidas por los EEUU, llegaron hasta el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Por ser no alineados al imperio norteamericano, se temía que se instaurara el comunismo en Guatemala. Esto por que la Unión Soviética protagonizaba la polarización mundial de aquel entonces. Más que comunismo, el ideal era nacionalista, se quería instaurar un capitalismo moderno. Pero la reforma agraria y la nacionalización de tierras ociosas, incluidas las de la United Fruit Company, empresa norteamericana, tocaron fuertes intereses de sectores poderosos que se aliaron para dar por terminado este proceso.

- La contrarrevolución. En 1954, un grupo de militares, financiados por la CIA y EEUU, dio un golpe de Estado al segundo presidente de la etapa revolucionaria, Jacobo Arbenz Guzmán. Con esto se retrocedió al mismo sistema que imperaba. Las tierras que estaban en manos de campesinos volvieron a ser tierras ociosas en manos de los terratenientes.

- Inicio de la Guerra Popular Revolucionaria. En 1960, un grupo de rebeldes encabezados por el coronel Augusto Turcios Lima, y otros jóvenes revolucionarios se agrupan por primera vez y realizan los primeros combates. Estas acciones dieron comienzo a un conflicto armado que duró 36 años. Durante este período, la resistencia indígena tuvo un predominio especial. Fue la población que más se organizó y apoyó las luchas revolucionarias. Al mismo tiempo fue la que más padeció las secuelas de la guerra. Se sabe que el 90% de la población víctima de guerra fueron indígenas.

- Nace URNG: En 1982 las cuatro organizaciones revolucionarias, Organización del Pueblo en Armas (ORPA), Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), y Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), se unen y conforman la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Esta organización se constituye por la necesidad de unificar las cuatro agrupaciones revolucionarias y fortalecer su estrategia para derrotar al Ejército de Guatemala.

- La firma de la paz: En 1996 finaliza el conflicto armado con la firma de los Acuerdos de Paz, que más que ser un convenio de cese al fuego, se constituyó como un ambicioso proyecto de nación. Este tuvo un importante nivel de consenso en distintos sectores –incluso participó la oligarquía nacional- e impulsaba cambios estructurales en áreas políticas, culturales, sociales, fiscales, etc.

- URNG se convierte en partido político. En 1994, aunque aun se mantenía en la ilegalidad, URNG coordinó con otros sectores populares y participó en el primer proceso electoral. Fue hasta en 1997 cuando URNG se inscribe como partido político y en 1999 va a las elecciones en coalición, formando la Alianza Nueva Nación. Se convirtió en la tercera fuerza política del país. Posteriormente URNG sufre una escisión y ANN se inscribe como partido independiente de URNG.

- Nace la juventud partidaria. Como era un requisito de la Ley Electoral y de partidos políticos, se establece una comisión de juventud que tenía como responsable a un viejo comandante. En 2001 la juventud militante en URNG, toma las riendas, se organiza y realiza su primer encuentro nacional. Este grupo fue creado en sus inicios por jóvenes combatientes, universitarias/os, así como integrantes de H.I.J.O.S., una organización de familiares de desaparecidas y desaparecidos.

No sólo somos jóvenes rebeldes. Somos de izquierda. En síntesis, puede decirse que URNG es un proyecto que hereda la lucha y resistencia de los pueblos indígenas, así como el proyecto de la revolución que iniciaron los presidente Arévalo y Arbenz en 1944.

Al mismo tiempo, URNG asume una posición ideológica acorde a las transformaciones que en el Siglo XIX revolucionaron la historia de Europa; bajo las teorías de Karl Marx, seguidas de otros políticos, pensadores y luchadores como Engels y Lenin.

Hoy en día también la nueva juventud revolucionaria reivindica el espíritu integracionista de Simón Bolívar y José Martí. Levantan las banderas de lucha revolucionaria que comenzaron Fidel Castro y El Ché, en Cuba.

Además, la Juventud de URNG, es una organización que rescata todo este cúmulo histórico e ideológico del partido nacido de la lucha armada, y lo ajusta a la dinámica y al lenguaje de los jóvenes.

La música, el teatro, la pintura y también la comunicación por la vía de los recursos tecnológicos, son las herramientas de lucha en la actualidad. Con estos medios se busca incidir a favor de las necesidades más sentidas de las y los jóvenes guatemaltecos.

Nuestra obligación es que por medio de la política partidista, la juventud guatemalteca tenga más oportunidades a la educación, al trabajo digno, a la cultura y recreación. Las opiniones jóvenes, muchas veces son vistas con menosprecio por aquellos que son conservadores y tienen una visión poco crítica y de resistencia al cambio. Por ellos, asumimos la lucha para defender las ideas y propuestas de cambio emanadas de los jóvenes, incluso a lo interno del partido.

En el marco de la lucha electoral, URNG está trabajando por constituir una alianza con el movimiento social. Reconociendo que existe una diversidad de formas de luchas, nos estamos uniendo para enfrentar la batalla electoral y desplazar a los sectores oligárquicos que actualmente tienen el poder económico y político.

En función de esta coyuntura, como Juventud de URNG apoyamos los esfuerzos de alianzas sociales, y buscamos construir una plataforma política de juventud en unidad con los sectores estudiantiles, y otros grupos de jóvenes.

Sin embargo, el quehacer de la juventud no solamente es reivindicar la problemática de las y los jóvenes de Guatemala. No consideramos lo más apropiado construir espacios de participación de y para jóvenes y que nos encerremos solo en la realidad de nuestro sector.

Más bien, tratamos de que los jóvenes seamos los que ocupemos todos los espacios que existen para discutir la problemática en general y las estrategias de lucha dentro del partido.
Hemos estado impulsando, a lo interno de URNG que se establezcan cuotas de participación de jóvenes, de modo que haya un mínimo de jóvenes en todos los espacios de dirección y en los cargos de elección popular.

Cabe mencionar que como Juventud de URNG mantenemos una relación con las juventudes de izquierda de Centroamérica de los partidos, UD en Honduras, FMLN, en El Salvador y FSLN en Nicaragua.

De manera que esta es la historia y este es el pensamiento y la lucha que rodea a la Juventud de URNG. Consideramos necesario compartir toda nuestra experiencia y nuestra historia como una forma de reflexionar sobre la participación de los jóvenes en los partidos políticos.

Juventud de Mesoamérica, unámonos! Con los antecedentes históricos expuestos, y tomando el contexto en el que vivimos actualmente los jóvenes de Mesoamérica, cabe hacernos la pregunta ¿cuántos jóvenes conocemos nuestra historia, y la asumimos realmente como propia?.

Este es un punto de partida para analizar el papel que los jóvenes juegan hoy en la vida política de los pueblos.

Aunque es difícil caracterizar a un joven hoy en día, podríamos mencionar que en una gran cantidad de jóvenes impera el desinterés por cambiar el sistema. Más bien, hay una tendencia a ajustarse a éste. Lo anterior, entra en choque con las palabras del guerrillero heroico, Ernesto “Che” Guevara: “ser joven y no ser rebelde, es una contradicción ideológica”.

Y en efecto, los jóvenes tenemos un espíritu rebelde que nos es inmanente. Lo que sucede hoy en día es que el sistema neoliberal busca que los sectores poderosos mantengan un dominio en toda la población. Por esta razón, nos inyecta temor y nos lanza un bombardeo de información que termina por cercar nuestros ideales y los limita al deseo de consumo.

De manera pues, que a los jóvenes nos corresponde hacernos la pregunta ¿es lo mejor seguir sentados esperando a que el mundo cambie o que siga igual? ¿en verdad pienso que yo no puedo hacer nada por construir una sociedad más justa?

Si la respuesta es NO, entonces debemos empezar ahora mismo a buscar las transformaciones sociales.

Y en este sentido, tomemos en cuenta que la lucha a través de un partido político es fundamental. La razón es que actualmente, el partido político es el instrumento con el cual se accede al poder político. Pero también tomemos en cuenta que no es el único poder que existe. Tenemos que construir un poder social y un poder económico. Un poder económico no para explotar a otros sino para librarnos de los explotadores. Construir un poder mediático también es sumamente importante hoy en día. Ya no debemos permitir que los medios nos sigan vendiendo basura. Debemos construir nuevos espacios de comunicación.

Y no olvidemos que esto debemos hacerlo juntos y organizados. Así que: ¡Viva la Unidad Mesoamericana!

Autor: Juan Pablo Ozaeta, periodista y dirigente de la Juventud de URNG

Retos de los Jóvenes Cristianos en el siglo XXI

“La Iglesia ve en la juventud, una enorme fuerza renovadora , símbolo de la misma iglesia.” (Puebla 1178)
NICARAGUA - Los jóvenes cristianos son fuerza renovadora y trasformadora no sólo de la sociedad, sino también de la Iglesia. En la búsqueda de la construcción del Reino de Dios impulsamos cambios en la Iglesia para que ésta sea más dinámica, creativa y sencilla. En este artículo compartimos los retos que vemos para l@s jóvenes cristian@s desde nuestra experiencia de trabajo con las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y como jóvenes nicaragüenses.

La problemática de las juventudes


Dentro de las realidades que vivimos en Latinoamérica una de las más complejas es el de las juventudes, principal objetivo de la propaganda estatal y comercial, necesitado y temido, criminalizado y puesto en la fila de espera porque “los jóvenes son el mañana” ; esto a pesar de que para muchos jóvenes - víctimas de las drogas, la carencia de educación, empleo y recreación - el mañana es solo una posibilidad.

En medio de las realidades de las juventudes, los jóvenes cristianos aparecen como una opción más en medio de la diversas culturas juveniles. Las múltiples militancias es una característica de las juventudes y es fundamental tenerlo en cuenta para comprender que los jóvenes cristianos también son rockeros, graffiteros, miembros del equipo de fútbol, estudiantes universitarios, militantes de partidos, organizaciones sindicales, de la organización estudiantil, etc. La militancia cristiana se complementa en diferentes esferas de la vida del joven. Es un error creer que la juventud Cristiana se limita a la iglesia o a la comunidad.

Algunas propuestas formativas proponen al joven que asume como fragmentado la dualidad de la vida o que opte por un lado de la “dualidad”: La Iglesia como espacio de crecimiento espiritual y el resto de cosas como signo de pecado, banalidad, ubicado en la periferia de la fe. Estas propuestas se centran en la salvación como única tarea de la juventud; le invitan a escaparse de esta etapa de la vida para evitar “tentaciones”. De esta forma conviertan la juventud en un estado carente de sabor e importancia.

Por otro lado, se invisibilizan las propuestas liberadoras juveniles. En todo Centroamérica florecen de forma sencilla los grupos cristianos que desde su fe se comprometen con la transformación de las sociedades centroamericanas. Por ser pequeños, por su misma sencillez, por los compromisos que acarrean y por los pocos recursos con los que se cuentan, no son vistos como una alternativa. No se trata de caer en la propaganda o el proselitismo religioso, sino de ser propuesta.

Los jóvenes cristianos son afectados por diferentes aspectos de la realidad social: la pobreza, la marginación, la persecución, la migración y la criminalización. Frente a la urgencia de buscar opciones de sobre vivencia, los procesos de la formación y militancia quedan en un segundo plano.

Durante muchos años en Centroamérica los jóvenes han sido victimas de la persecución política por los regímenes de turno; durante el periodo de “democracia” la situación no ha cambiado mucho en la mayoría de países, solo se ha disfrazado. En Centroamérica la juventud cristiana ha jugado un papel importante en las luchas sociales, pero en vista de los cambios en las formas de persecución, explotación, y criminalización, nos preguntamos ¿como debe responder los jóvenes que desde su fe, buscan cambios profundos en sus comunidades y el mundo?

Ante estas realidades, hace falta jóvenes líderes y adultos comprometidos con la liberación de las cárceles del consumo, la mediocridad y la exclusión, propuestos e impuestos por las estructuras sociales. Es un compromiso totalmente coherente con la opción por los jóvenes y los pobres de la iglesia latinoamericana; mas allá de los documentos eclesiales es coherente con la propuesta de liberación de Jesús.

Desde aquí algunos retos, para la construcción de Otro mundo posible!!!

Es necesario darle forma a una organización característica de la juventud cristiana, basada en los valores de la sociedad a la que aspiramos, al contrario se convertiría en un discurso vació e incoherente. Un primer paso es romper con los vicios organizativos de jerarquías, la dependencia a modelos establecidos y el adultismo. Esto es una tarea más a mediano y largo plazo pero es necesario en la medida que asegura una verdadera participación de los jóvenes en la sociedad y una mejor incidencia de los cristianos en otros esferas sociales donde se puede aportar a la construcción de los nuevos movimientos sociales. La creación de una nueva forma de organización es fundamental, no solo para la misma organización, sino para servir a la sociedad.

Otro reto es la construcción de nuevas relaciones entre generaciones y entre géneros, pues en la iglesia y la sociedad han sido en gran manera basadas en una concepción del poder vertical. Para construir relaciones de cercanía y de horizontalidad, es necesario romper con el modelo patriarcal, de la sociedad y de las mismas iglesias. No se trata de una aspiración romántica, sino de la construcción de nuevas formas de relaciones donde mujeres, hombres, adultos y jóvenes aporten al proceso. No es algo fácil,; se trata de destruir modelos autoritarios, sexistas y adultistas de muchos años y que muchas veces se reproducen inconscientemente a través de practicas cotidianas. Para desconstruir y construir hace falta algo mas que capacitación sobre genero y sobre derechos de los jóvenes. Esto puede ser importante, pero no es suficiente. Hace falta integrar de manera practica a la vida cotidiana de los grupos, comunidades, iglesias, cambios sencillos y radicales que nos ayuden a hacer el proceso de acción- reflexión tan necesario en los procesos de educación populares. Hay que revisar y cuestionar los espacios para la toma de decisiones, los espacios operativos, de servicio, las formas y los costumbres de la organización.

La militancia cristiana requiere de procesos ordenados e integrales de formación, no de un simple adoctrinamiento, donde la búsqueda de las buenas acciones y la caridad son la finalidad. Necesitamos procesos de formación que potencian las habilidades y capacidades de los individuos para propiciar la formación de liderazgos entrañables que sirvan al mismo proceso de la iglesia y a las organizaciones populares. Hay que romper con la formación espiritualista que aleja a Dios de la realidad del joven e iniciar procesos encarnados en cada realidad juvenil para formar actores capaces de ver la realidad, analizarla a la luz de su fe y trasformarla integralmente desde su compromiso.

Los procesos deben pensarse a mediano y largo plazo. Muchas veces las urgencias nos llevan a esperar resultados inmediatos de los jóvenes. Queremos que asuman compromisos antes de que ellos están preparados para esto. Un proceso va mas allá de un par de talleres y la participación en actividades; implica aprender y desaprender y esto lleva tiempo y esfuerzo. Los presupuestos de egoísmo, capitalismo, des-humanización calan profundo en la vida de los jóvenes, blanco de las estrategias de marketing y propaganda de las nuevas- viejas propuestas neoliberales.

La integralidad del proceso pasa por respetar las etapas de la formación pero además abarcar en esta los aspectos de la vida del joven desde la espiritualidad hasta su compromiso concreto.

Aunque los procesos de formación deben ser grupales, no se pueden dejar de un lado los procesos personales. Muchas veces sucede que la formación es colectivista y no contempla espacios para cerrar ciclos y heridas personales. Las tragedias que produce la pobreza no solo asalta al plano económico, sino también a las historias sentimentales, de afectividad, relación con los padres, autoestimas, y percepciones, que luego se traducen en incoherencias en la vida militante. La historia de vida y la sexualidad son tan importantes como las técnicas de análisis y de capacidades para la organización.

Ante las diversas propuestas y protestas juveniles, los jóvenes cristinos tenemos la tarea de rescatar el mensaje profundamente liberador del evangelio y las primeras comunidades. Además de ser una propuesta de fe, es una nueva propuesta de formas y fondos, de cómo relacionarse entre los seres humanos, de hacer y pensar la economía, del servicio como objetivo del poder y del mismo poder.



“todos lo que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades repartían luego el dinero entre todos según sus necesidades de cada uno” (Hch. 2)

Seguimos el ejemplo de monseñor Romero quien encontró en “la dimensión política de la fe…respuesta a las exigencias del mundo real…” (Mons. Romero. 02.02.80). Desde el cristianismo queremos descubrir esta nueva forma de hacer política, rompiendo con los vicios e incoherencias aprendidos; es decir, construir “Otra política Posible” ¡Y necesaria! Desde la opción por los pobres podemos ver al mundo y a la luz del evangelio tomar decisiones y asumir compromisos, que al igual que hizo Jesús, nos llevan a entregar la vida, día a día.

Los jóvenes cristianos del siglo XXI deben romper con la dicotomía “fe y vida” e integrarlos en la lucha diaria por la transformación de la sociedad y de las vidas. Esto presupone claro, el descubrir a un viejo-nuevo Dios: solidario, con rostro de hombre, de mujer, de niño y con rostro de pobre. Es el Dios que genere una fe sólida que motive las militancias y que sustenten a “hombres y mujeres que luchen toda la vida”, que sean fermento en medio de los procesos de masa.

Las razones por las que Jesús opto por la comunidad donde formó a los primeros cristianos siguen siendo vigente en un mundo que como entonces, necesita de hombres y mujeres cuyas vidas sean testimonio, Cristianos dispuestos a llevar la Buena Nueva para los Pobres y Liberación para los Oprimidos.


Autor: Xavier Ernesto Rodríguez Corea, miembro de las Comunidades Eclesiales de Base de Nicaragua.

Participación de la Red de Ambientalistas en Acción en el Encuentro Mesoamericano de la Juventud realizado en la ciudad de San Salvador

SAN SALVADOR - La defensa del ecosistema no es el único pero sí uno de los más grandes e importantes retos que la humanidad tendrá que asumir de cara a sobrevivir la presente embestida brutal del sistema capitalista que ataca con toda saña a los más débiles del planeta, a los que no tienen voz. Cuando decimos “los que no tienen voz” nos referimos también a los cientos de especies animales y vegetales que desaparecen cada día por causa de las prácticas de explotación oligarcas y corporativas y con las cuales la humanidad tiene una alta responsabilidad en la defensa de su subsistencia, pues compromete la continuidad de la vida humana.

En este sistema económico, quien no produce dinero no vale nada. Quien no llena con su fuerza de trabajo los bolsillos de los burgueses no tiene derecho al acceso a la tierra, al agua, y a la comida; es obvio que tampoco tiene derecho a ser protegido ante las amenazas y riesgos a los que está expuesto por la degradación ecológica en sus comunidades. Las condiciones de estas comunidades son generalmente los espacios físicos más contaminados, las tierras más accidentadas - y peor aún - las únicas a las que ellos pueden tener acceso.

En este sentido no se puede hablar de la defensa del planeta sin revisar analítica y críticamente la agenda social, económica, política, cultural y militar neoliberal mundial. Ser defensores de la integridad de nuestro ambiente natural planetario implica confrontar a la estructura que sustenta al sistema económico.

Esta realidad no es una coincidencia, la opresión está diseñada para provocar la vulnerabilidad económica y ésta a cambio acarrea la vulnerabilidad ecológica.

Por otra parte existe la teoría de que el planeta es un organismo vivo y como tal no cuenta con recursos de subsistencia infinitos. Valga la siguiente analogía: si a una persona humana le extrajeran indiscriminadamente su sangre ésta moriría muy pronto. Igualmente, nuestro planeta es un ser vivo del que el agua, los ríos, el aire, y la biosfera son todos sus componentes, sus órganos.

Pareciera una historieta de ciencia-ficción el hecho de que la tierra y el agua sean consideradas mercancías. Hasta hace un poco más de 100 años parecía improbable que la tierra se pudiera comprar, mucho menos el agua. Sin embargo, miremos las condiciones actuales de estos elementos al respecto: Ya hay guerras por el agua en el planeta y la privatización del agua potable es económica, política y militarmente agresiva.

Ahora nos parece inaudito creer que en algún día cercano pasará lo mismo con el oxígeno - y afirmamos que será así – que de no haber reducción significativa en los patrones de consumo de hidrocarburos, de los métodos usados por la explotación industrial y del creciente parque mundial de vehículos, los niveles de bióxido de carbono serán tan altos que quienes sigan vivos tendrán que librar una lucha encarnizada por el poco oxígeno que todavía exista. Esto es sin mencionar en detalle el impacto futuro del efecto invernadero que por hoy ya ha sido relacionado científicamente como la causa principal del calentamiento global.

Pero también en el mundo microscópico tenemos increíbles historias que son como sacadas de la ciencia-ficción: la manipulación genética de la reproducción de las especies con fines de lucro. En este campo los productos transgénicos son una terrible amenaza al orden natural de la reproducción de la vida y a la sustentabilidad alimenticia humana. No se ha estudiado ni investigado sobre los posibles efectos negativos derivados de manipular los alimentos genéticamente ni sobre cuáles serán sus efectos en quienes los consumen. Tampoco se ha estudiado sobre cómo esta actividad va a afectar las condiciones de las especies vegetales que son contaminadas al polinizarse con semillas transgénicas.

Ubicando el tema de la vida humana en el contexto legal, aquí en El Salvador la constitución política en el Artículo Uno dice que: es obligación del Estado garantizar a todos los habitantes de El Salvador el acceso a una vida digna. En similar forma lo dice también la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, la privatización del agua potable y del manto acuífero y la contaminación de los ríos son factores que hacen cada vez más difícil para las grandes mayorías empobrecidas tener acceso a una vida digna. Ya la vida se ha convertido en una lucha por la subsistencia y todos los variables en juego son factores ambientales que sostienen la continuidad de la vida.

Por lo tanto, no se puede hablar de la defensa del planeta sin revisar la agenda económicaneoliberal mundial. La idea romántica y reaccionaria de que el planetase recupere sembrando árboles, después de haber devastado un bosque o la ideaque el medio ambiente esta relacionado, no más, con el trinar de los pájaros, eseso una posición romántica e idealista. Ser verdaderos defensores de la integridad de nuestro ambiente natural planetario implica confrontar con las estructuras que alimentan a este sistema económico.

Esta es la lucha que nosotras y nosotros tenemos pendiente en el presente. En la historia de la humanidad ha sido la juventud quien ha jugado un papel protagónico en las luchas y revoluciones: un Marx y un Engels que a sus escasos 27 y 28 años respectivamente plasmaron en el Manifiesto del Partido Comunista las demandas sociales y políticas de su época; un Che Guevara y un Fidel Castro quienes muy jóvenes se encomendaron realizar una revolución en Cuba y luego apoyaron otras revoluciones al otro lado del océano. Son miles y miles de jóvenes que ahora se enlistan como heroínas y héroes de la historia porque ofrendaron con su preciosa sangre en las luchas revolucionarias en América Latina.

No en vano las corporaciones le apuestan en sus campañas mercadotécnicas a someter a la juventud. Asimismo, con sus políticas de marginación de la niñez y la juventud, las agendas de los gobiernos reaccionarios limitan sus oportunidades de desarrollo intelectual y físico porque saben que el potencial de generar una verdadera revolución social y económica está precisamente en la juventud.

Es nuestra obligación, entonces - y en la medida en que cada quien asuma su compromiso - potenciar a nuestra niñez con educación en nuestros espacios inmediatos. No propiciemos su abandono. En principio, y en la medida de lo posible, garanticemos que nuestra actividad revolucionaria no prive a nuestras niñas y niños de un ambiente de cuidado. Eso es necesario para que se conviertan en jóvenes pensantes, que no sean volátiles y presa fácil de la oligarquía mundial en sus campañas de alienación y para que tengamos garantizada una generación futura de revolucionarios. Queremos formar jóvenes que tengan un desarrollo intelectual histórico en todos los órdenes y que sean capaces de identificar a sus lugares de origen como parte integral de la evolución histórica de la humanidad, condición necesaria para el desarrollo de su identidad individual y colectiva de clase.

La globalización, por su parte, pretende romper con el principio inalienable de la autodeterminación de los pueblos para invadirnos comercialmente y para debilitarnos organizativa e ideológicamente. Como organizaciones que buscamos el progreso social debe ser nuestro compromiso el fortalecimiento del arte y la cultura y la difusión del folklore local entre nuestras hijas e hijos. Estas actividades deben ser parte de nuestra agenda. Tenemos que crear ese eslabón para garantizar que todo el conocimiento popular y milenario no se pierda.

Nuestra juventud también debe comprometerse en el definitivo establecimiento de la equidad de género dejando a un lado prácticas homófobas y conservadoras; que la orientación sexual no se convierta en una excusa para negarles a las personas sus derechos. Estos son prejuicios y vicios sociales comunes que en nuestras izquierdas latinoamericanas no se han podido erradicar. La única función que estos prejuicios tienen es la de provocar violencia y discriminación social en cualquiera de sus formas. En términos ambientalistas, esa visión conservadora y machista también promueve la violencia contra la mujer cuando las condiciones naturales en las que mujeres mayormente desempeñan su trabajo son destruidas, creando así un nuevo segmento de empobrecimiento humano.

La lucha por la defensa de los elementos naturales definirá la continuidad de la especie humana en el planeta. El escritor marxista, José Luís Colegial, expresó la relación entre la lucha por la defensa de la conservación de nuestro ambiente natural y el régimen económico de la siguiente manera:

"Al capitalismo no le interesan ni los hombres, ni los trabajadores, ni la tierra. Posteriormente distintos pensadores marxistas de diversos lugares del mundo han retomado eso para señalar la posibilidad de fundar una ecología marxista y ese discurso ecológico marxista se distinguiría radicalmente de los otros, en que precisamente señalaría que no es posible entender los problemas ambientales del mundo sin hacer referencia a la lógica del capital".

Autora: Xotchitl Swedler, miembro de la Red de Ambientalistas en Acción de El Salvador. (RAA). Colectivo social que potencia la educación y organización política local como principal instrumento para defenderse ante la destrucción de sus ecosistemas, la cual se origina por la medidas adoptadas por del modo de producción capitalista cuya actividad económica convierte en materia prima los elementos naturales del planeta, destruyendo la biodiversidad vegetal y animal, rompiendo el equilibrio ecológico que permite la seguridad alimentaria, el conocimiento milenario para la cura de enfermedades, destruye fuentes de trabajo en el campo y la ciudad, profundizando sistemáticamente la vulnerabilidad económica de las comunidades.

La RAA empodera a su membresía con instrumentos técnicos y legales para avanzar en la precomposición de la organización política de las comunidades. Considerando que para destruir las causas estructurales de las amenazas socio ambientales es necesario la toma del poder político, desplazando practicas asistencialistas que el sistema capitalista plantea como la solución para la superación del empobrecimiento en las comunidades.

Su objetivo único es potenciar la organización social a través de la educación política, para que las comunidades realicen la movilización social necesaria para llegar a construir un modo de producción que eleve el desarrollo integral de la persona humana.

El rol y retos de los jóvenes cristianos en el siglo XXI

SAN SALVADOR - Para cualquier persona, la juventud es sólo una etapa más o el lapso entre la niñez y el ser adulto, que es cuando la persona ya es alguien.

Esto nos pone frente a un reto, pues, el ser joven es más que eso; es un grupo social bien definido con necesidades y derechos propios. Los jóvenes tienen propuestas claras para solucionar las grandes problemáticas de la realidad.

En esta gran gama de personas que conformamos la juventud están, los y las jóvenes cristianos que de igual manera tienen sus características muy particulares. Nosotros y nosotras, desde nuestra identidad, desde nuestros carismas, vemos cuál es el rol y el compromiso que debemos asumir todos y todas para trasformar la realidad y construir ese reino de Dios en la tierra.

En este siglo, a 7 años de su comienzo, el mundo ha experimentado cambios en los cuales en vez de tener mejoras, ha empeorado en temas muy importantes como lo político, económico, social, cultural, ambiental y, por supuesto, lo religioso.
Hay una crisis generalizada de la humanidad, en la cual los y las jóvenes son los más afectados. Para comenzar, somos víctimas de un sistema político-económico, que nos perjudica. Si conscientemente se hubiera querido buscar una forma de institucionalizar la injusticia con el fin de dañar a los más vulnerables, aun así seria menos lesivo que el sistema económico que actualmente tenemos. Nuestro sistema económico actual es increíblemente voraz y mantiene a una minoría con excelentes condiciones de vida hasta el derroche mientras que las grandes mayorías en el mundo sufren de la explotación y la miseria, además nos asola una política mundial al servicio de ese modelo económico, de ese sistema capitalista que nos corrompe y aliena. Nos hace que adoremos al ídolo del dinero y nos hace individualistas para que no nos preocupemos por el mal ajeno, haciéndonos pensar que estamos solos en el mundo, que no hay nada que cambiar, nada por qué luchar, ni esperanza que nos haga seguir.

Vivimos en un clima generalizado de violencia, delincuencia, drogas, migración, destrucción ambiental y esto dentro de guerras, homicidios, feminicidios, etc., que están a la orden del día en cualquier país del mundo y que socialmente dañan la integridad del joven desde su niñez. Por muy pobre o muy rico que este sea, no escapa a esta realidad de muerte que Monseñor Romero llamaba el pecado social, o pecado estructural, que es el que nace a raíz de las condiciones y limitantes que el sistema da y produce jóvenes excluidos, marginados, desnutridos, sin educación, con una salud gravemente afectada. En nuestros pueblos, lo extraño no es que un hombre que tenga su familia muriendo de hambre robe una gallina; lo extraño es que todos los hombres cuyas familias mueren de hambre, no lo hagan.

¿A qué se debe ese hecho? A que en lo muy profundo de su ser, las mujeres y hombres tienen una moralidad que la fe ha implantado en ellas y ellos. Muchas veces, esta fe es también el instrumento que los puede movilizar a defender sus derechos y el de los demás, pero para llegar a ello hay que analizar primero que hay una grave problemática económica y social a nivel mundial que nos afecta a todos y todas y específicamente a las y los jóvenes.

Nuestra cultura e identidad están siendo duramente dañadas; se ha dado un auge de pérdida de valores que están desencadenando en una muerte de nuestra identidad como pueblos.
Estamos tan enajenados y dañados culturalmente que hemos terminado por aceptar como común, sucesos dañinos a la sociedad; por ejemplo: el hecho de que hallan más de trece muertos diarios en nuestros pueblos, o que indiscriminadamente deforesten todo un bosque o el alto costo de la vida en la canasta básica todo lo anterior. Ni lo miremos como extraño, mucho menos como algo que podamos participar activamente para evitar; olvidamos lo nuestro y preferimos los espejos que nos traen de otros lados. Las y los jóvenes somos víctimas de la moda y del consumismo y esto nos distrae de lo verdaderamente importante. No es malo querer ir al cine o ver un partido de fútbol pero cuando le damos más importancia a estas cosas, que a las problemáticas surgidas de la falta de acceso de necesidades humanas básicas que la gran mayoría de jóvenes en el país no poseen, tenemos un grave problema de prioridades. En esto entra en juego una gran palabra - Solidaridad - es parte de los valores culturales que nos legaron nuestros antepasados indígenas y que ya están desapareciendo. Es mejor asumir la ideología Africana del ¨Ubuntu¨: Yo soy en tanto tú eres. No deberíamos pensar si alcanza o no el agua para mi; lo adecuado es preocuparse para que alcance para todos porque si alcanza para todos, alcanza también para mí.

Nuestro ambiente, nuestra madre tierra, todos los días clama ayuda al creador ante la muerte de sus ríos, lagos, árboles y animales. La estamos matando; nosotros y nosotras no hacemos nada por detener los atroces abusos de unos pocos ignorantes que piensan que la tierra la heredaron de sus padres. No saben que en realidad la tienen prestada de sus hijos.

Los ríos contaminados, el aire irrespirable, nuestros animales extintos; la biodiversidad robada, la pérdida de nuestra soberanía alimentaría, la invasión de alimentos transgénicos que nos llenan de enfermedades, nuestro planeta casi sin ozono y con ese cambio climático severo son productos de unos pocos dementes que juegan a ser Dios y que piensan que el dinero se puede comer y beber y respirar.

Si todo lo malo hasta aquí mencionado no fuera suficiente para enloquecer hasta el más cuerdo, está el ámbito religioso. Lo religioso tiene una fuerte carga moral y encausa de alguna manera la forma de pensamiento de grandes sectores de nuestra juventud.

Con el surgimiento de infinidad de iglesias fundamentalistas o neo fundamentalistas y grupos religiosos ultra conservadores que creen en un Dios distante, alejado, sentado en un trono viendo la tierra de lejos y solo escuchando oraciones y no como es en realidad un Dios liberador cercano que esta con nosotros que camina con su pueblo pobre, que aborrece las injusticias y que pide acción acompañada de la oración.

Estos grupos e iglesias inculcan a sus feligresías y en especial a sus jóvenes, que ante los malestares del mundo no se puede hacer nada más que rezar, y que, no se puede hacer nada porque es la voluntad de Dios. Dicen que oponerse a dicha voluntad es pecado, nada más alejado de la realidad pues como jóvenes es nuestro deber y obligación cambiar las cosas y mejorarlas, ser evangelio viviente que al igual que Jesucristo denuncien lo malo y promuevan lo bueno.

El mismo ámbito religioso está regido por centrismos que niegan el acceso a la participación de todo a todos y en especial a los y las jóvenes. Existen iglesias ecleciocéntricas, templocéntricas, adultocéntricas y para colmo machistas, en las cuales si eres joven y mucho más, si eres joven y mujer, no puedes ni hablar porque no piensas. solo sirves para mover mesas o cargar sillas. Si hay un culto, misa o servicio el joven solo sirve para recolectar la limosna, eso si tiene suerte; pero no puede hacer un comentario a la escritura porque no sabe. Es triste que en pleno siglo 21 todavía halle tan marcada discriminación generacional.

Ante esta realidad de violencia, de indiferencia, de pérdida de valores y otros mil problemas y males que se tejen y entretejen formando una quimera, ¿porque las y los jóvenes no hacemos algo para cambiar nuestra realidad?

Los jóvenes somos una gran fuerza en el mundo entero, pero somos una fuerza que esta pasiva. Es así por que este sistema devorador le conviene que los jóvenes estemos dormidos y por esto nos niegan educación, seguridad, soberanía alimentaría, salud, en fin la calidad de vida a la que todos y todas tenemos derecho. A los estados les conviene que exista una juventud ignorante que no opine, que mantenga el rostro abajo y que no diga lo malo de la realidad que los envuelve. Los y las jóvenes anhelan llegar a la adultez porque el sistema nos enseña que como jóvenes no podemos hacer nada y que solo siendo adultos podemos tener cualquier tipo de participación.

Además, los pocos jóvenes concientes de esa realidad de explotación, exclusión e irrespeto a la juventud no se organizan para concientizar a otros jóvenes y sacarlos de ese abismo de enajenación en que los han sumergidos años de mensajes adormecedores de los medios de comunicación amarillistas y los sistemas de educación que solo responden a los intereses de la clase burguesa. Estamos separados, somos como pequeñas islas desconectadas que no sabemos unos de otros y eso nos hace aun más vulnerables; una hoja de papel sola, cualquiera la rompe pero quinientas o mil unidas son muy difíciles de romper.

Entonces ¿cual es nuestro reto como jóvenes cristianos frente a la realidad de opresión, dolor y muerte que vivimos o sufrimos en este nuevo siglo?

En un primer lugar estar concientes de la problemática, saber que ocurre y no quedarnos con lo que dicen los periódicos o la televisión. Debemos agrandar nuestro criterio y buscar la verdad; pero no buscar ver con los ojos de alguien más, o escuchar con otros oídos sino utilizar nuestros propios sentidos para formar nuestros criterios. No por ser jóvenes somos ignorantes. No podemos aceptar la mentira que por ser jóvenes “no podemos”, o que por ser jóvenes no tenemos la experiencia para tal o cual cosa. Eso es el mayor engaño pues un joven puede ser mucho más capaz para cualquier cosa que un adulto. Siendo jóvenes podemos hacer mucho y, tal vez, más que los mayores. La solidaridad nos enseña a sentir el mal ajeno como propio. Las problemáticas que no nos afectan directamente son por las que más hay que luchar para conseguir un cambio. Recordemos que somos sal y luz en el mundo: como la sal conservemos las cosas y demos sabor, y si somos luz pues iluminemos.

Como segundo paso, considerando que lo primero no es nada fácil, es necesario concientizar a las y los demás jóvenes. Con esto hay que tener guantes de seda porque a muchos jóvenes no les gusta escuchar a otros jóvenes. No han salido del adultocentrismo que nos tiene tan enajenados que no escuchamos un buen consejo de alguien por ser joven.

Tenemos que llegar a un punto en que los jóvenes capaciten jóvenes, en que los jóvenes hagamos cosas y organicemos cosas para jóvenes y desde nuestra identidad cristiana poder decir que Dios no quiere que sus hijos se mueran de hambre por un sistema tan devorador que hace que todos y todas solo seamos simples marionetas de trabajo o cosas.

Es de hacer ver nuestros puntos de vista sin ofender ni incomodar a los demás, en un primer momento. La conciencia dada por Dios nos hará ver cuando habrá que ser más fuertes en manifestar nuestras ideas. Es que es mejor dar un golpe que despierte que un golpe para cerrar la caja en un entierro. En nuestro país muchos jóvenes están medio muertos ya sea por el grado de violencia en que vivimos, la migración, las drogas, la exclusión, el desempleo, en fin somos víctimas de muerte del pecado estructural.

Tenemos que involucrarnos para no dejar que otros tomen nuestras decisiones. Si el estado desarrolla una política que nos involucra, ¿por qué no podemos participar en su creación, implementación y desarrollo? Tenemos derecho a participar en aquellas cosas que se refieren a nosotros y es el momento de perder el miedo a lo nuevo y alzar nuestra voz y decir "Yo pienso". Podemos exigir que se apruebe una ley de juventud en la cual se diga claramente cuáles son las obligaciones del estado para con los y las jóvenes y de esa manera mejorar la calidad de vida de todos. ¿Porque no pedir que se haga un consejo nacional de jóvenes que den su punto de vista sobre cualquier tipo de política publica, plan programa, estrategia o acción? Las cosas vistas desde los ojos de un joven pueden ser razonadas de manera distinta e incluso más eficiente que desde la de un adulto. El punto es buscar involucrarnos en todas las cuestiones de las que históricamente hemos sido excluidos y así demostrar que somos capaces de hacer algo por nosotros y nosotras mismos.
El reto es mostrar que somos levadura y hacer ver que conocimiento y capacidad no siempre son directamente proporcionales a la edad. Para eso hay que sacar a todos ese pensamiento tonto que el sistema nos inculca que los y las jóvenes somos vagos, flojos, tontos, irresponsables, y pecadores; es tiempo de despojarnos de esos estigmas, de crear y forjar nuestro propio futuro.

Como jóvenes cristianos tenemos una misión importantísima en este mundo que nos ha dado Dios para que lo cuidemos y lo protejamos: llevar la buena nueva de liberación a todos y todas y decirles que Dios nos dio el albedrío para escoger lo mejor para nosotros y para nuestras comunidades. Tenemos que ser micrófonos de Dios, mensajeros, profetas, que denuncien la maldad y las injusticias de este mundo y busquemos construir ese otro mundo posible donde todos y todas seamos iguales, donde quepamos todos y nadie sobre, donde todos seamos hermanos y hermanas, hijos, todos y todas, del mismo Dios.

Autor: Luis Alonso González Ayala, miembro de la Juventud Romerista Coordinación Ecuménica de la Iglesia de las y los pobres de El Salvador (CEIPES)

martes, 30 de octubre de 2007

Jóvenes debaten sobre futuro de Mesoamérica

SAN SALVADOR - Diferentes organizaciones juveniles independientes y otras que forman parte de la Coordinadora Mesoamericana de la Juventud, desde hace algún tiempo vienen trabajando en temas de interés regionales: los Tratado de Libre Comercio, criminalización y otras temáticas de interés general, con el afán de llegar a consolidar ideas y publicar un libro que aborde estás problemáticas desde la perspectiva de los jóvenes.

Por ello recientemente diez organizaciones independientes y miembros de la Coordinadora Mesoamericana de la Juventud, de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y El Salvador, realizaron un conversatorio sobre los retos de la juventud en el presente Siglo, en el cual se presentaron 10 ensayos que giran en torno a tres grandes temáticas: la criminalización y remilitarización en toda la región mesoamericana; los efectos del Tratado de Libre Comercio y la construcción del sujeto político en la región.

Los ensayos fueron elaborados en su mayoría por jóvenes menores de 25 años desde la perspectiva de sus organizaciones estudiantiles, cristianas, ambientalistas y juventudes de partidos políticos.

Los debates pretenden básicamente que los jóvenes puedan ser vistos y escuchados no sólo como simples activistas, sino como sujetos claramente definidos desde una realidad política y social, en un área de constantes y vertiginosos cambios.

Durante la última semana de noviembre todas las organizaciones participantes pretenden hacer público el libro en la Ciudad de Guatemala, donde habrá nuevamente un conversatorio e intercambio de las experiencias.

Para conocer más sobre esta experiencia y las publicaciones que integrarán el referido libro, durante los próximos días se estarán publicando los 10 ensayos elaborador por los jóvenes. Luego estos serán reuniros en un blog para que sea visitado abiertamente y sin límite de tiempo. Los autores de los ensayos desean motivar debates y esperan que sus obras sean criticadas.

ContraPunto (http://www.contrapunto.com.ec/ ) fue sólo el vehículo de divulgación de esta interesante actividad juvenil. Cada autor es responsable de la opinión expuesta.